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Cómo evitar que el sueño de tus hijos se descontrole en vacaciones: señales y consejos de una experta

Irritabilidad, despertares nocturnos o falta de concentración pueden ser señales de un sueño infantil alterado. Una enfermera y asesora certificada explica cómo detectar estos síntomas y qué hacer para recuperar el descanso durante el verano

Irene Toribio

Viernes, 20 de junio 2025, 09:29

Con la llegada del verano, muchos padres se hacen la misma pregunta: «¿Por qué mi hijo duerme mal en verano?» Las rutinas se relajan, cambian los horarios y el descanso infantil se ve alterado. Sin colegio, sin obligaciones tempranas y con días más largos, mantener rutinas estables en vacaciones puede parecer misión imposible. Pero, ¿realmente importa tanto el horario? ¿Qué señales indican que un niño no está descansando bien? ¿Cuáles son los errores más comunes del sueño infantil en verano? Y sobre todo: ¿cómo evitar que el verano descontrole el descanso de los más pequeños… sin perder la flexibilidad que esta época del año también ofrece?

Para dar respuesta a estas dudas, hablamos con Irene Rodríguez Sánchez, enfermera y asesora de sueño infantil certificada, quien nos ofrece consejos prácticos sobre cómo mantener rutinas saludables, cómo recuperar los horarios antes de volver al cole, y qué hacer si ya se ha producido un desajuste importante en casa. Porque sí: el verano también puede ser una oportunidad para que los niños descansen mejor.

Qué cambios se producen en los niños cuando llega el verano

«Durante el verano, los niños suelen estar más activos durante el día, se exponen a más estímulos, pasan más tiempo al aire libre y se acuestan más tarde. Todo eso, sumado al calor y a los cambios de ambiente (vacaciones, campamentos, piscinas…), puede alterar su patrón de sueño«, comienza reflexionando la experta. El sueño se altera, »especialmente si se eliminan de golpe las rutinas que daban estructura al día. Los horarios escolares marcan el ritmo de todo: las comidas, el descanso y las actividades. Sin esa base, el cuerpo tarda unos días (o semanas) en reorganizarse«, señala.

Las consecuencias de un descanso irregular y la falta de sueño pueden traducirse, apunta, «en irritabilidad, falta de concentración, más conflictos en casa, bajada de defensas e incluso una falsa sensación de «hiperactividad»». Y es que «dormir bien es fundamental; es salud física, emocional y mental».

Cómo seguir una rutina en verano

Es recomendable hacerlo, pero con flexibilidad. «No se trata de seguir el reloj al minuto, sino de ofrecer estructura predecible: mantener horarios aproximados para dormir, comer y descansar ayuda al cuerpo a regularse incluso en vacaciones», explica Irene, divulgadora en la cuenta de redes sociales 'Bostezzzos'.

¿Hasta qué punto se puede flexibilizar la hora de dormir y levantarse?

Se puede retrasar un poco, especialmente si no hay obligaciones al día siguiente. Lo ideal es que la diferencia con el horario habitual no supere 1 hora, para que la vuelta al cole no sea un choque brusco.

¿Cómo hacer una adaptación gradual al nuevo horario?

Si se van a acostar más tarde, explica la experta, «intentemos mover poco a poco el resto del día: comidas, siesta, actividades… Una adaptación progresiva (en tramos de 15-20 minutos por día) ayuda al cuerpo a sincronizarse sin forzar».

Precisamente, sobre las siestas, lo tiene claro. «En niños pequeños (0-3 años) SI, siempre. Hasta los 3 años la siesta sigue siendo una necesidad biológica. A partir de esa edad (2-3 años) probablemente empiecen a rechazarla, lo cual no significa que no la necesite, por lo que mi consejo es que sigáis ofreciendola. Si se omite, puede aparecer sobrecansancio, irritabilidad o más despertares nocturnos«, señala.

¿Qué papel juegan la luz natural, el ambiente y las pantallas?

Un papel enorme. La luz natural es aliada del ritmo circadiano, pero el exceso de luz por la noche (pantallas, atardeceres tardíos) puede retrasar la producción de melatonina. Oscurecer la habitación y evitar pantallas al menos dos horas antes de dormir es clave para un descanso de calidad.

¿Qué hacer en caso de viajes, campamentos o celebraciones?

Flexibilidad con calma. Si el sueño se altera unos días, no pasa nada. Lo importante es volver poco a poco a una rutina conocida, sin dramatizar ni intentar «corregir» todo en una noche ya que te puede generar frustración. Aprovechar los momentos de descanso, incluso en movimiento (sueño en carrito, brazos, porteo…), también cuenta.

Cinco errores frecuentes que cometen las familias en verano

  1. 1

    Abandonar completamente las rutinas

  2. 2

    Permitir que los niños se acuesten muy tarde de forma constante

  3. 3

    Pensar que si no hay cole, no pasa nada si duermen poco

  4. 4

    Exceso de pantallas antes de dormir

  5. 5

    Vivir en la excepción

¿Qué hacer si ya se ha descontrolado la rutina?

No te culpes. Volver poco a poco al orden, empezando por los horarios de comida y siesta, suele ayudar. Incluir una rutina calmada antes de dormir (baño, cuento, música suave) también reconecta.

¿Qué señales indican que un niño no está descansando bien?

Cambios de humor repentinos, irritabilidad, despertares frecuentes, dificultad para concentrarse, siestas irregulares o necesidad constante de estímulo.

«El verano puede ser una oportunidad para descansar más… no menos. Con un poco de estructura, flexibilidad consciente y respeto por las necesidades de cada peque, es posible disfrutar sin perder el equilibrio»

Irene Rodríguez Sánchez

Enfermera y asesora de sueño infantil certificada

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La experta recomienda empezar a adaptar a los más pequeños al menos una o dos semanas antes de que empiece el cole. «Así evitamos un cambio brusco y ayudamos al cuerpo a adaptarse sin estrés», apunta. Lo mejor es «ir avanzando el horario de forma progresiva (15-20 min antes cada 2-3 días), manteniendo rutinas predecibles y evitando negociaciones eternas a la hora de dormir. El entorno también ayuda: menos pantallas, más calma, ambiente oscuro y silencioso», explica.

¿Pasa algo si un niño se acuesta más tarde pero duerme las mismas horas?

Depende de su edad, ritmo y temperamento. Algunos niños no tienen problema, el horario se atrasa y se adaptan perfectamente pero otros se desregulan si se acuestan muy tarde. No solo importa cuánto duermen, sino cuándo.

¿Es perjudicial que duerman más por la mañana si no tienen obligaciones?

No, siempre que el descanso sea suficiente y de calidad. Si por la tarde están irritables o agotados, es señal de que algo falla, y lo mejor sería volver a su horario inicial.

¿Hay diferencias según la edad o el temperamento?

Sí. Los niños más pequeños y sensibles a los cambios (o con mayor necesidad de estructura) necesitan más previsibilidad. Los mayores o más flexibles pueden tolerar mejor los cambios… pero todos necesitan descansar bien.

Siete consejos prácticos para las familias

  1. 1

    Crea una rutina nocturna predecible, incluso en verano

  2. 2

    Evita cambios de horario bruscos (ni muy tarde, ni muy diferente cada día)

  3. 3

    Aprovecha la luz natural durante el día y atenúa la luz artificial por la noche

  4. 4

    Reduce pantallas al menos dos horas antes de dormir

  5. 5

    Respeta las siestas según su edad (no las elimines por comodidad)

  6. 6

    Si hay viajes o cambios, sé flexible pero vuelve con calma a lo conocido

  7. 7

    Observa señales de sueño y no esperes al agotamiento

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