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Representación de Saturno hecha por la NASA.
La nave Cassini, orientada hacia su última inmersión en la atmósfera de Saturno

La nave Cassini, orientada hacia su última inmersión en la atmósfera de Saturno

El vehículo espacial de la ESA efectuará una órbita final para conseguir la vista más cercana posible del planeta

Colpisa

Miércoles, 31 de mayo 2017, 14:59

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La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) ha informado este miércoles de que su nave Cassini ya había sido orientada hacia su última inmersión en la atmósfera de Saturno, una órbita final para conseguir la vista más cercana posible del planeta.

Hasta ahora, uno de los hallazgos más importantes de la misión Cassini-Huygens ha sido comprobar que no hay polvo entre los 2 000 kilómetros de distancia que hay entre los anillos de hielo y las nubes de Saturno. Y por ello la nave está siendo, deliberadamente, orientada hacia las nubes saturnianas.

En el Laboratorio de Ciencia Espacial Mullard, al sur de Inglaterra, el grupo de científicos que trabaja para esta misión ya tiene entre sus logros el lanzamiento de una sonda sobre Titán (la mayor de las lunas de Saturno) y el descubrimiento de un océano de hielo en Encélado (sexto satélite saturniano).

"La Cassini ha estado orbitando alrededor del planeta durante muchos años y se ha servido de Titán para cambiar de órbita. A finales de abril, volvió a cambiar de órbita rozando Titán. Ahora, se encuentra entre el planeta y el anillo D y, tras realizar 22 de esas órbitas, la Cassini se precipitará contra Saturno en septiembre", ha explicado Geraint Jones, director de ese laboratorio.

"Al orbitar entre los anillos, podemos medir la distribución de masa dentro del planeta para averiguar cuánto material hay en el sistema de anillos orbitando alrededor del planeta mismo", ha añadido Jones desde la bucólica Holmbury House que alberga el principal laboratorio de investigación espacial inglés en Surrey Hills (en el sudeste del país).

Datos hasta desintegrarse

La odisea de Cassini, que seguirá enviando datos durante su última inmersión en la atmósfera hasta el momento de desintegrarse, llegará a su fin el 15 de septiembre tras 13 años alrededor del sistema Saturno. Y para evitar que caiga en Titán o Encélado, dos lunas que podrían albergar vida, está siendo deliberadamente orientada hacia las nubes de Saturno. "Se acerca el final de la misión, es muy triste aunque nos permitirá seguir obteniendo datos hasta su desaparición", ha lamentado el propio Jones.

"La órbita será cada vez más baja y empezaremos a rozar la parte superior de la atmósfera. Pocos instrumentos en la nave Cassini pueden analizar la atmósfera directamente lo que nos permitirá saber, en el instante mismo, los materiales que componen la atmósfera. En la última etapa a través de la atmósfera, la nave espacial comenzará a caer y se quemará. Eventualmente, se convertirá en parte de Saturno. Desgraciadamente, será el final de esta misión tan exitosa de Cassini", ha finalizado Jones.

Por su parte Michele Dougherty, profesora de Física Espacial del Imperial College de Londres, piensa que el magnetómetro de la Cassini desvelará más secretos sobre Saturno: "Aún no comprendemos cómo es el interior del planeta. Creemos que hay un núcleo sólido, probablemente, hay una región líquida por encima de ese núcleo que, de alguna manera, está generando un campo magnético".

«Otro asunto embarazoso»

"Otro asunto, bastante embarazoso, es admitir que pese a que la misión lleva ya 13 años, todavía no sabemos cuánto tiempo dura un día en Saturno", ha dicho Dougherty, a sabiendas de que Saturno es descrito como un gigante de gas; un planeta compuesto en un 75% de hidrógeno, con algunos componentes interesantes en sus nubes que la Cassini debería ayudar a explicar.

"Una de las mejores imágenes de Saturno es la vista del polo norte donde observamos esa estructura hexagonal girando en torno a la atmósfera. Podemos ver la atmósfera aunque de manera remota y percibir cómo la estructura cambia con el tiempo. Esta visión nos permite entender la dinámica de la atmósfera, si el material sube desde abajo. Los diferentes instrumentos son capaces de mostrarnos qué tipos de moléculas y materiales hay en la atmósfera, es casi como estar dentro de ella sin estarlo", ha indicado Dougherty.

Las lunas de Saturno son tan diversas e intrigantes como el planeta. En 2005, la Cassini dejó caer la sonda Huygens de la ESA en Titán y descubrió una superficie impregnada de una lluvia que se parece más a la gasolina que al agua. Otra de las lunas que ha fascinado a los científicos es Encélado, sexto satélite saturniano, que tiene unos 500 kilómetros de diámetro y despierta gran interés al existir sobre su superficie las condiciones necesarias para la vida.

"Nos dimos cuenta con la misión de Cassini que Encélado está cubierto de hielo. En el polo sur hay grietas en el hielo, de esas grietas surgen géiseres que expulsan chorros de material. Cassini voló a través de esas emanaciones en 2008 y detectó agua salada, amoníaco, silicatos e hidrocarburos, lo que haría factible la posibilidad de vida", ha comentado Sheila Kanani, colaboradora de la misión Huygens.

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