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Las referencias sobre Extremadura en la XXXII Cumbre Hispano-Portuguesa que se celebró este jueves en Trujillo se hicieron esperar, pero finalmente llegaron. No fue hasta las cinco y media de la tarde cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro luso, António Costa, aludieron por primera vez a esta región delante de los medios. Y lo hicieron con el tema estrella: el tren.
Mientras Sánchez volvió a repetir que «en verano de 2022 la conexión entre Plasencia y Badajoz será una realidad», Costa fue incluso más generoso con sus palabras al considerar a esta comunidad autónoma como «estratégica» para las conexiones ferroviarias.
De este modo, Costa destacó que el Gobierno luso está «apoyando la conexión entre Lisboa y la frontera española, sea para pasajeros, sea para mercancías», y que eso «coloca a Extremadura en una posición estratégica, con el acceso a los puertos mediterráneos de España, pero también a los puertos atlánticos de Portugal y en especial al puerto de Sines».
Ante eso, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, incidió en que «la primera posibilidad de salida a los puertos portugueses pasa por Extremadura» y añadió que, de hecho, «la única línea que se está construyendo es la de Lisboa-Évora-Elvas-Badajoz-Cáceres-Plasencia-Madrid».
Vara indicó que Portugal está avanzando con la construcción de la línea Évora-Elvas y eso «nos va a permitir una comunicación hacia los puertos de Portugal y de España, que es la clave para el desarrollo de nuestra región».
Avanzó que ya «hay empresas que están pensando en instalarse en Extremadura porque saben que va a haber salida de mercancías a todos los puertos de la península ibérica».
Eso sí, nada de detallar plazos concretos por el momento en los acuerdos anunciados en la cumbre. Lo único que han comunicado desde el Ministerio de Transportes es que, entre las actuaciones desarrolladas en esta cita, se incluye «el avance de las actuaciones ferroviarias en el eje Lisboa-Madrid». Según apunta el Gobierno español, «permitirá una disminución del tiempo de recorrido del 40% a corto plazo».
La otra gran alusión a Extremadura llegó de la mano de Sánchez, cuando se refirió a la importancia del litio. «España y Portugal hemos puesto en común los planes de Recuperación, Transformación y Resiliencia porque son una gran oportunidad y vamos a trabajar para reforzar cuatro áreas: en primer lugar la industria del automóvil, con el vehículo eléctrico y la valorización y gestión de toda la cadena de valor empezando por la extracción del litio. Aquí en Extremadura lo saben muy bien», apostilló antes de hacer hincapié en la fabricación de baterías y las estaciones de recarga eléctrica.
Sánchez también aludió al impulso de las energías renovables como el hidrógeno verde, las tecnologías espaciales para observar la tierra y el desarrollo de infraestructuras digitales.
El otro gran asunto del día que ya había avanzado este diario fue la aprobación del estatuto del trabajador transfronterizo, que, según indicó Sánchez, «va a permitir un censo de empleados que trabajan en el país vecino, erradicar las discriminaciones que puedan seguir existiendo, luchar contra el fraude y facilitar el acceso a los servicios públicos de empleo, sanitarios y educativos en ambos países».
En ese ámbito también abogó por trabajar contra la despoblación a un lado y otro de La Raya, así como en la puesta en marcha de proyectos para impulsar la coordinación de los servicios de emergencia del 112 en España y Portugal y posibilitar una colaboración «ágil y eficaz» en incendios forestales y catástrofes transfronterizas.
Ya en términos generales y sin referirse a esta comunidad, en la cumbre también se firmó el Tratado de Amistad y Cooperación con Portugal. Los dos gobiernos han negociado un documento que renueva, sin llegar a derogarlo, el ya firmado en 1977.
En él se establece un marco de relación bilateral más adaptado a la realidad del siglo XXI que el suscrito hace más de cuatro décadas. Entre otros aspectos, se resalta el compromiso de ambos países por cooperar en lo relacionado con proyectos europeos.
Costa y Sánchez firmaron este acuerdo en una cumbre en la que también se dejaron asuntos en el tintero. La unión por autovía de Moraleja con Castelo Branco y el puente que une Cedillo y el concejo portugués Nisa se olvidaron en una cita que empezó a las doce del mediodía en el castillo de Trujillo.
Hasta allí, Pedro Sánchez llegó en coche oficial mientras un helicóptero sobrevolaba la ciudad. En el punto más alto de este municipio cacereño, lejos de la plaza Mayor, ya le estaba esperando Vara; el alcalde trujillano, José Antonio Redondo, y la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco. Diez minutos más tarde, Costa hacía acto de presencia y, tras bajarse del vehículo, se fundió en un abrazo con su homólogo del Gobierno español y el dirigente del Ejecutivo extremeño.
El primer ministro portugués asistió a esta cumbre tras una de las jornadas más duras a las que se ha tenido que enfrentar. En el país luso se ha desatado una de las mayores crisis políticas que se recuerdan, pues está al borde de elecciones anticipadas después de que el miércoles el Partido Comunista, el Bloque de Izquierda y Los Verdes votaran en contra de los presupuestos para 2022 planteados por el Gobierno socialista.
Tras el abrazo, Sánchez y Costa pasaron revista al Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº1 y entraron en el castillo para acceder a una de sus almenas. Allí posaron para casi 50 medios de comunicación acreditados.
En ese recibimiento oficial con honores militares, las respectivas delegaciones de ministros no participaron, algo que sí suele suceder en otras cumbres. Así que no se pudo ver la esperada imagen juntas de las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, que han protagonizado la última polémica en el seno del Gobierno de Sánchez a cuenta del liderazgo por el control de las negociaciones de la reforma laboral.
Hubo que esperar a que los ministros de las delegaciones españolas y portuguesas, junto a Sánchez y Costa, se reunieran en el palacio Duque de San Carlos, donde se celebró el plenario, un acto en el que pusieron en común los asuntos tratados por las diferentes carteras en sus reuniones. Ahí sí se vio a Calviño y Díaz sentadas a ambos lados del presidente del Ejecutivo español.
Además, en esta cumbre participaron Teresa Ribera, que ostenta la otra vicepresidencia, y los ministros de Asuntos Exteriores (José Manuel Albares), Interior (Fernando Grande-Marlaska), Transporte (Raquel Sánchez), Industria, Comercio y Turismo (Reyes Maroto), Agricultura, Pesca y Alimentación (Luis Planas) y Cultura y Deportes (Miquel Iceta).
En este encuentro tampoco faltaron las concentraciones de plataformas que se desplazaron a Trujillo desde varios puntos de la región para reivindicar un tren digno.
Tras las reuniones entre ministerios, hubo un encuentro, en el teatro Gabriel y Galán, de Sánchez, Costa y Vara con jóvenes que viven en zonas transfronterizas. Fue un acto en el marco de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, una serie de debates que permitirán a las personas de este continente compartir sus ideas y contribuir a configurar un futuro común.
La cumbre hispano-lusa celebrada este jueves dejó un buen sabor de boca a los responsables políticos de las diferentes carteras que se dieron cita en Trujillo. No solo por los acuerdos firmados tras las reuniones bilaterales, sino también por el regalo que realizó el Ayuntamiento trujillano a los ministros de ambos países, así como al presidente Pedro Sánchez y al primer ministro António Costa. Cada uno de ellos recibió un lote de productos de la tierra «para promocionarlos», entre los que no faltó el queso, del que Trujillo se convierte en capital cada primavera con su popular feria.
Ese buen sabor de boca también estuvo presente en la comida, servida por Catering Plaza Corral del Rey. El almuerzo tuvo lugar en el palacio de los Duques de San Carlos, junto a la plaza Mayor. En este caso, el menú estuvo basado en productos de la comarca trujillana.
Ese retrogusto que dejó la comida contrastó con las malas sensaciones que tuvieron algunos vecinos por no poder ver al presidente español, sobre todo por la mañana, en la plaza Mayor, el lugar donde le esperaban.
«Llevamos aquí desde antes de las doce y no le hemos podido ver», explicaba con cierta resignación una vecina, sentada ya hacía dos horas en una de las terrazas del recinto y rodeada de fuertes medidas de seguridad, tanto a pie de calle como en lo alto de algunos edificios. «Solo hemos visto guardias civiles y periodistas», apostillaba otra compañera. «Más que cuando vino el Rey», aseguraba otro vecino entrado en años.
A pesar de ello, el colegio Sagrado Corazón de Jesús, situado a unos metros de la plaza Mayor, pudo desarrollar sus clases con normalidad. En su edificio principal, el palacio de Orellana Pizarro, se celebraron algunas de las reuniones bilaterales, al igual que en el Ayuntamiento trujillano, cerrado al público en la jornada de este jueves.
En los días previos a la cumbre, el Consistorio llevó a cabo trabajos de adecentamiento y limpieza en calles, jardines y espacios municipales para que todo estuviese en perfecto estado de revista. Incluso minutos antes de que llegasen Sánchez y Costa a la alcazaba trujillana, los operarios se afanaban en desbrozar la zona.
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