El autor del crimen de Zafra dio más de 40 golpes a la víctima
El informe forense localiza más de 20 lesiones en la cabeza y descarta que muriera como consecuencia del primer impacto
No fueron tres, ni diez. Fueron más de 40 los golpes que observó el equipo de forenses cuando analizó el cadáver de María Soledad S. ... D., la mujer de 59 años que murió a manos de Manuel G.G.M., el vecino de Zafra de 73 años que le había facilitado una casa de campo a cambio de que cuidase su parcela.
Esta escalofriante cifra fue ratificada este miércoles por los dos forenses que realizaron el informe. Estudiaron más de 20 heridas en la cabeza, entre ellas un estallido craneal de 16 centímetros, y hallaron cerca de 30 lesiones más en otras zonas del cuerpo. «La total destrucción de la parte derecha del encéfalo era incompatible con la vida».
El informe indica que las lesiones se corresponden con la barra de desencofrado hallada, en cuyo extremo hay un perfil que termina en una uña metálica y otro que tiene dos uñas separadas por una ranura. Creen que María Soledad trató de defenderse. Tenía hematomas en sus brazos y cortes en la palma de la mano y dedos. «Si hubiese perdido la conciencia con el primer golpe no habría lesiones en distintas zonas de la cabeza (...). Debió ser una muerte muy dolorosa», concluyeron los forenses, que no vieron indicios de agresión sexual.
Esos datos fueron dados a conocer en una sesión en la que también intervinieron los facultativos que hicieron el informe psicológico del acusado. Explicaron que había sufrido una depresión de la que se medicó de forma leve, pero descartaron un trastorno mental que anulara su voluntad. «No apreciamos circunstancias psicopatológicas de interés», dijo el perito judicial antes de ratificar que «sabía, conocía y quería hacer lo que hizo».
Las testificaciones de este miércoles se completaron con la presencia de los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil que elaboraron el atestado. Deducen que la discusión debió iniciarse junto a la perrera, «Yo creo que es allí donde cayó el teléfono con el que la mujer lo estaba grabando. Intentó huir y cuando detectó que el vecino se aproximaba sacó fuerzas y pidió socorro. A partir de ahí se apaga su voz, sólo se escuchan los golpes. Uno tras otro».
Hermanos de la víctima
Por la sala de vistas también pasaron este miércoles varios hermanos de la fallecida. Todos describieron a María Soledad como una persona buena, preocupada de los demás, amante de los animales y valiente.
A todo ello unieron el hermetismo que mantuvo en todo momento. Jamás comenzó a su familia que tuviese problemas con el casero que le había cedido la casa, «Siempre quiso mostrar su cara feliz, no era de contar problemas».
Lo que sí les había dicho es que tenía la intención de dejar la casa. Buscaba una nueva vivienda en Málaga a la que pudiese llevarse sus animales.
Ese deseo fue confirmado por un vecino de Zafra relacionado con un picadero de caballos al que María Soledad se dirigió para preguntar cuánto le costaría trasladar a sus animales. Fijaron un precio de 480 euros y poco después Manuel contactó con ese joven para decirle que estaba dispuesto a costear 300 euros sin que ella lo supiera. Eso sucedió dos o tres semanas antes del crimen.
El juicio quedará visto para sentencia este jueves y se prevé que el jurado se pronuncie el viernes sobre la culpabilidad del procesado.
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