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Las fuerzas de seguridad se encuentran investigando en la calle Francisco Pizarro
Hallan un cadáver maniatado y con una herida en la cabeza en un domicilio de Talavera la Real

Hallan un cadáver maniatado y con una herida en la cabeza en un domicilio de Talavera la Real

El fallecido es un hombre de 66 años de edad que residía en la calle Francisco Pizarro

E. F. V.

Jueves, 18 de diciembre 2014, 16:45

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Antonio Paniagua Moreno tenía 66 años cuando ayer acabaron con su vida. Lo confirmó su propia hermana pocas horas después de encontrarse con el cadáver, que fue hallado a las 2 de la tarde en la pequeña vivienda que ocupaba la víctima en la calle Francisco Pizarro de Talavera la Real.

Hasta esa casita baja próxima al canal de Lobón, en la parte final del pueblo cuando se circula en dirección a Mérida, se desplazaba Isabel a diario para llevarle la comida a su hermano, un jornalero jubilado que estaba soltero y vivía solo. Eso mismo hizo ayer, cuando abrió la puerta de la casa para dejarle encima de la mesa el plato que le había preparado.

Al entrar no le pareció extraño que Antonio estuviese acostado y cubierto con una manta. Por eso se dirigió al salón para dejar la comida y luego regresó para llamarlo. Sólo entonces se percató de que había un gran charco de sangre en el suelo.

Aterrada por lo que estaba viendo, volvió a casa para pedir ayuda a su marido. No tuvo que andar demasiado, apenas 30 metros separan la casa baja en la que vivía Antonio de la residencia de Isabel, quien regresó acompañada de dos familiares para confirmar que algo malo había sucedido. Juntos comprobaron que Antonio estaba muerto, con las manos atadas y una herida en la cabeza. Lo encontraron cubierto con las mantas que alguien debió echarle encima antes de marcharse.

Rápidamente avisaron a los servicios de emergencia y tanto la Guardia Civil como la Policía Local de Talavera se desplazaron con urgencia a la zona para hacerse cargo de la situación.

Anoche, la familia del fallecido se encontraba consternada. Prefería ser prudente y no ofrecer detalles que pudieran perjudicar la investigación. Aún así, negaron que la víctima tuviese un corte en el cuello, tal y como se había rumoreado en el pueblo desde primera hora de la tarde.

La Guardia Civil y la Delegación del Gobierno en Extremadura confirmaron que el cuerpo apareció maniatado y con un fuerte golpe en la cabeza. Descartaron que hubiese recibido un disparo.

Todo estaba revuelto

También trascendió que el interior de la casa estaba revuelto y que los cajones habían sido tirados al suelo, por lo que era seguro que el causante o los causantes de la muerte había estado buscando algo en el interior de la vivienda.

Juan Ardila, el dueño de un taller que está ubicado justo al lado de la casa, confirmó a HOY que él estuvo en su local hasta las dos de la tarde. «A mí me extrañó que estuviera la puerta de Antonio cerrada, porque a esa hora siempre anda por aquí. Incluso estuve tentado de empujar su puerta para ver si estaba dentro, pero al final me marché a casa».

Una vecina de la acera de enfrente relató que la hermana del fallecido salió de la casa dando voces y que regresó poco después acompañada. «La pobre empezó a dar gritos al ver al hermano acostado, atadito, en un charco de sangre».

Durante toda la tarde de ayer permaneció acordonada la calle Francisco Pizarro y poco antes de las siete llegó un furgón funerario que se encargó de trasladar el cadáver hasta el Instituto de Medicina Legal de Badajoz, donde le será realizada la autopsia para determinar las causas de la muerte.

Una vez trasladado el cuerpo, se marcharon muchos de los agentes de la Guardia Civil que se habían desplazado al lugar, pero permanecieron en el interior de la vivienda los componentes de la Policía Científica, que utilizaron luces ultravioletas para intentar localizar pruebas que puedan conducir a la detención de los responsables de la muerte.

De momento no han trascendido otros datos oficiales, pero sí se sabe que durante la noche del miércoles Antonio estuvo en un bar próximo a su casa y que, con posterioridad, se desplazó a otro.

Un camarero aseguró que en torno a la una de la madrugada, cuando cerró su negocio, vio que se dirigía a casa solo. «Pero luego han comentado que esta mañana lo vieron tomando un café por la carretera».

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