Ver 55 fotos
La catástrofe de Jarilla ya es considerada el primer incendio de sexta generación en la historia de Extremadura
José Javier Calvo, del Plan Infoex, asegura que el fuego de agosto presentó fenómenos atmosféricos extremos y un comportamiento nunca visto
Juan Carlos Ramos
Plasencia
Miércoles, 15 de octubre 2025, 20:46
El incendio que devastó el pasado agosto más de 17.000 hectáreas entre los valles del Ambroz y el Jerte ya tiene una nueva lectura ... técnica: ha sido calificado como el primer incendio de sexta generación en la historia de Extremadura. Así lo afirmó este miércoles José Javier Calvo, ingeniero forestal, máster en fuego y jefe del Retén de Incendios de Navaconcejo, durante su ponencia 'El gran incendio forestal de Jarilla', que cerró la jornada matinal del Seminario Grandes Incendios Forestales en el Centro Universitario de Plasencia.
Calvo, que participó directamente en las labores de extinción, explicó que el fuego de Jarilla reunió todas las condiciones que definen a los incendios de sexta generación: atmósferas inestables, combustibles totalmente secos, anomalías térmicas inéditas y fenómenos convectivos extremos. Este tipo de incendios, propios ya del cambio climático, «son capaces de generar su propia meteorología y escapar a cualquier capacidad de control», subrayó.
Durante su exposición, el técnico describió comportamientos del fuego nunca antes registrados en la región, como la formación de tornados de fuego en plena madrugada del 16 de agosto, cuando las llamas alcanzaron zonas de robledal y pinar próximas al puerto de Honduras. «A las tres de la mañana vi fenómenos convectivos que no había presenciado ni en los peores incendios diurnos», relató, atribuyendo lo ocurrido a una atmósfera extremadamente inestable durante los días más intensos del siniestro.
El incendio se inició el 12 de agosto tras la caída de un rayo en una zona inaccesible del término de Jarilla y no se dio por extinguido hasta el 29 de septiembre, después de semanas de vigilancia. Las altas temperaturas -agosto fue el mes más cálido de la serie histórica en la península, con una anomalía térmica de hasta cuatro grados- y la acumulación de combustible seco favorecieron un avance incontrolable de las llamas, que llegaron a amenazar varios núcleos urbanos, incluida la ciudad de Plasencia.
Un fuego inabordable
Calvo presentó además datos de emisión energética superiores a los 4.000 megavatios, lo que sitúa al incendio «muy por encima del umbral de los fuegos inabordables». Según detalló, el fenómeno coincidió con valores máximos del índice de inestabilidad de Jeynes, indicador que relaciona la humedad atmosférica con la posibilidad de incendios convectivos.
Noticia relacionada
Expertos y líderes reclaman un cambio de modelo en la gestión forestal
El ingeniero destacó también la falta de infraestructuras defensivas y el abandono forestal en la zona más afectada, factores que contribuyeron a la continuidad del combustible y a la rápida expansión del fuego. «Era un paisaje sin cortafuegos ni trabajos recientes de prevención», señaló. En cuanto a las cargas de combustible, el incendio recorrió amplias zonas de matorral de más de un metro y medio. «La modelización con la que hemos trabajado nos hablan claramente de más de 50 toneladas por hectárea, pero yo me atrevería a decir que incluso muchísimo más», dijo José Javier Calvo.
La catalogación del incendio de Jarilla como incendio de sexta generación supone un punto de inflexión en la gestión de emergencias en Extremadura. Este tipo de fuegos, explican los especialistas, representan una nueva era en la lucha contra los incendios forestales: fenómenos de gran escala que combinan el cambio climático, la acumulación de biomasa y la vulnerabilidad de los ecosistemas mediterráneos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión