Propietarios del Palacio de Monroy de Plasencia se unen para evitar su ruina
La llamada también Casa de las Dos Torres, es el edificio señorial más antiguo de la capital Jerte, y data del siglo XVI, pero está en muy grave estado de deterioro
efe
Miércoles, 1 de febrero 2017, 19:09
Los propietarios del Palacio de Monroy o Casa de las Dos Torres, la casa señorial más antigua de Plasencia y que data del siglo XIV, han constituido una comunidad con el fin de frenar el deterioro del inmueble.
La propiedad del Palacio, ubicado en la parte monumental de la localidad, se reparte entre dos familias de herederos, una entidad bancaria y la Sociedad de Gestión de Archivos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).
Según ha informado el Ayuntamiento placentino, el alcalde, Fernando Pizarro, ha mostrado en varias ocasiones su "absoluta preocupación" por el grave estado de deterioro que presenta el Palacio de Monroy.
En este sentido, el Gobierno local ha realizado múltiples requerimientos a todos los propietarios al objeto de que actúen para evitar la ruina del espacio, cuyos accesos han sido tapados, porque el edificio se había convertido en lugar de refugio de personas que lo ocuparon.
Pizarro anunció recientemente que los servicios jurídicos municipales buscaban la fórmula para "ir más allá de los requerimientos".
Así, los propietarios se han reunido hoy con el primer edil a quien han presentado la recién creada comunidad de propietarios, que se hará cargo de asegurar el ornato y la seguridad de este edificio singular.
El Palacio de Monroy o Casa de las Dos Torres es la mansión señorial más antigua de la ciudad de Plasencia.
Su aspecto actual se debe a las obras de renovación realizadas en la primera mitad del siglo XX en un estilo neohistórico-modernista.
Originariamente se trataba de dos edificios unidos en uno a través de su estructura horizontal, con dos torres cuadradas en sus extremos.
El edificio de la derecha, cuya torre fue demolida en 1913, sería el más antiguo y perteneció a la familia Monroy desde el siglo XIII al XV, cuando la ciudad fue cedida por el Rey Juan II a los Zúñiga y la casa vendida a los Carvajales.
A partir de estos momentos será solar de los Carvajales, verdaderos detentadores del poder municipal, que la acondicionarán a los nuevos valores de estética de la oligarquía urbana, realizando mejoras como la solana renacentista del lado meridional con capiteles historiados de singular iconografía.
Entre sus paredes vivieron o se hospedaron personajes como María de Monroy (la Brava), el rey Fernando el Católico, San Pedro de Alcántara y el que fuera cardenal Bernardino de Carvajal.