María Guardiola
Extremadura vivirá en 2023 unas elecciones autonómicas diferentes porque por primera vez una mujer tiene opciones de alcanzar el Gobierno regional
María Guardiola es la nueva presidenta del PP de Extremadura y, por eso, ya está haciendo historia en esta región. Porque tras la votación producida ... hace una semana, con la que asumió el liderazgo del partido, esta cacereña se ha convertido en la primera mujer que tiene opciones reales de gobernar en esta comunidad autonómica.
No es la primera que es cabeza de cartel de una formación política en Extremadura. En las dos últimas citas electorales las hemos tenido. En 2015 la placentina Victoria Domínguez fue la candidata de Ciudadanos y en la convocatoria de 2019 lo ha sido Irene de Miguel con Podemos. Entonces, cierto es, ni una ni otra tenían en realidad posibilidades de convertirse en presidenta de la Junta de Extremadura, aunque ambas, como lo han hecho ya y hacen otras mujeres en esta región dirigiendo las alcaldías de sus localidades, se han atrevido a dar un paso al frente para avanzar en la transformación de la sociedad desde la política.
Saben ustedes que con frecuencia nos lamentamos del escaso papel de la mujer en los órganos de decisión y poder, pero para acceder a ellos es imprescindible primero atreverse a hacerlo. También en política. Aunque como en el caso de María Guardiola se conociera el resultado de antemano, aunque no tuviera contrincantes, aunque las direcciones del partido le hubieran dado su bendición y garantizado el éxito, a pesar del camino despejado que ha tenido que recorrer para llegar hasta el congreso del pasado sábado y convertirse en la presidenta del PP de Extremadura. Aun así, hay que atreverse a dar un paso al frente y asumir un liderazgo que, sobre todo, conlleva muchas responsabilidades. En todos los terrenos de la vida. También en política. A pesar de que con demasiada asiduidad se nos olvida y minusvaloramos los méritos que hayan podido determinar el ascenso de una mujer, cuestionándolos casi siempre.
Posiblemente es que nos falta trayectoria. Aunque hay países en los que a estas alturas del siglo XXI tener una mujer al frente de su gobierno entra dentro de la más absoluta normalidad, España no es uno de ellos. Y aunque hay comunidades en las que tener una presidenta ha dejado de ser noticia, Extremadura no es una de ellas. Aquí por el momento lo es simplemente el hecho de que una mujer lidere uno de los dos grandes partidos que hay, que son el PSOE y el PP. Por eso María Guardiola está haciendo historia, porque en una región en la que el bipartidismo está más que asentado, es la primera que tiene opciones reales de alcanzar la Junta. No por ser mujer, no creo que deba ser en ningún caso un elemento a tener en cuenta a la hora de emitir un voto, sino por ser la candidata de un partido al que parece que beneficia el cambio de tendencia que se da en el país de la mano del efecto suscitado por Feijóo, a quien hasta el CIS de Tezanos ha colocado por delante de Sánchez.
Aunque claro está que Guardiola no es Feijóo ni Sánchez es Vara y que lo que queda hasta mayo de 2023 es un mundo, Extremadura vivirá unas elecciones en las que por primera vez una mujer tiene opciones de alcanzar el Gobierno regional.
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