La política regional y las gaseosas
Manuel Martínez Mediero Badajoz
Lunes, 6 de octubre 2025, 02:00
Usted no las conoció, pero el puesto de gaseosas solía ubicarse en la esquina de San Francisco, mirando a Moreno Nieto, cercano a la puerta ... de La Marina, y frente al Hospital de San Sebastián. Tanta precisión no tiene nada que ver con las gaseosas, salvo que se fabricaban en nuestra ciudad, no sé si por Dr. Lobato, porque tanta precisión haría falta de la ayuda de un experto (por cierto cuando tendremos una historia fiel de Badajoz). Pues las codiciadas gaseosas –siento no recordar el nombre de su fabricante– las depositaba en un cubo con hielo, en pleno verano aquella esquina era multitudinaria, con una población que disfrutaba paseando, recogiendo también con los que subían del Parque de Castelar y en esa esquina coincidían los que bajaban de San Juan, con los que subían, con lo que el puesto de gaseosas era muy visitado, y codiciado por los niños, que solían despistar al dueño, para sacar de la botella un bonito bolindre de cristal, codiciadísimo y envidioso. Con el tiempo, todo eso ha desaparecido, ahora las gaseosas se han sofisticado y no se venden por las esquinas, donde se cruzan los que van o vienen de notario, o se han acercado a la delegación de Hacienda a pedir perdón, cuando antes se pedía en la Catedral, a don Juan Aponte, su penitenciario, o con uno del hermanos Andrade, que lo perdonaban todo. Desaparecida la gaseosa como tal, hay una notoria sensación, que la política en Extremadura, está como las gaseosas, o sea las gaseosas tenían gas, y cuando le hundían la bolita de cristal, se bebía tan deprisa que no te daba tiempo a nada, el gas que tenía duraba poco, y sin gas era agua dulce. El PSOE extremeño, está sufriendo, y más que va a sufrir, todo va ser cuestión de tiempo, pasar de una etapa dorada, hasta que apareció Fernandez Vara y hubo una especial tristeza tanto de Gobierno como de oposición que duró lo que duró, (la de Sanchez es especialmente triste también ) vamos a pasar a otra desconocida y patética, donde el futuro de la política en Extremadura a mí, particularmente, me tiene encogido el corazón, y más parece una película de terror y suspense que otra cosa. Como no soy zahorí, no puedo aventurar nada, pero el margen de esperanzas es estrecho. No sé sin son achaques de viejo.
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