El cáñamo, una oportunidad para Extremadura

Hace más de dos décadas el sector agrario extremeño buscó diversificar sus producciones creando una Asociación Empresarial de Investigación, que adquirió un Centro Tecnológico, Ctaex, que tiene como una de sus líneas principales de trabajo el cultivo y aprovechamiento de plantas aromáticas y medicinales, de la que emanaron los proyectos relacionados con el cáñamo.

El cáñamo, Cannabis sativa L., es una especie que en sus flores produce cannabinoides, siendo los más conocidos THC y CBD. El primero es un componente psicoactivo, que tiene usos lúdicos y medicinales, correspondiendo al segundo usos cosméticos y farmacológicos. Las autoridades españolas prohíben la manipulación de las flores, independientemente de la tipología y proporción de los cannabinoides que contengan, a no ser que se cuente con una autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps).

Vulgarmente se conoce como cáñamo o cáñamo industrial el que aprovecha tallo, semilla y grano y cannabis al cultivo de la planta para utilizar las flores. En nuestro país es totalmente legal el cultivo de cáñamo industrial, siempre que la semilla sea «certificada», el uso sea industrial, es decir para aprovechamiento de tallos, granos y semillas, y que el contenido en THC sea menor que el 0,3%.

En España el sector del cáñamo no ha desarrollado todo su potencial debido a la ausencia de legislación reguladora, la falta de industrias procesadoras y al estigma que acompaña a esta planta porque no se distingue a simple vista las que tienen THC superior al 0,3% de las que se utilizan con fines psicoactivos y que presentan unos niveles de este cannabinoide superiores al 10%.

Para que el cultivo sea económicamente rentable la planta debe aprovecharse integralmente: tallo para construcción, papel, cama de animales, etc.; flores para cosmética; y semillas para alimentos y bebidas, además de otros valores ambientales que tiene la planta como regenerador de suelos y captador de dióxido de carbono.

El cultivo industrial del cáñamo en España tiene, y va a tener, como polo de desarrollo Extremadura. En nuestra comunidad tenemos una estructura agrícola de primer nivel, además de agricultores y técnicos muy entrenados, y una red de investigación en este sector de vanguardia, además del laboratorio de Ctaex como referencia nacional, al ser el único acreditado para certificar todos los productos.

Uno de los principales fines por los que trabajamos es buscar alternativas rentables para el sector agroalimentario, el cáñamo no pretende sustituir el tabaco, es un complemento. Este subsector tiene la estructura productiva y de transformación ideal, ya que Cetarsa puede aprovechar parte de su gran parque de maquinaria para ello, además de buscar nuevos valores añadidos a las comarcas del Campo Arañuelo y Valles del Alagón-Árrago.

La rotación del cáñamo con plantas industriales como el tabaco y el tomate puede ayudar a reducir plagas y enfermedades, sobre todo las que se asientan en el suelo, como los nematodos, además de regenerar suelos castigados por cultivos muy exigentes en nutrientes. Para poder facilitar a los agricultores estas rotaciones la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, en colaboración con Cicytex y Ctaex publicó la norma técnica de producción integrada, siendo la única comunidad autónoma española que la tiene.

Extremadura no solo debe ser la cuna del cáñamo industrial sino también de plantas que produzcan cannabis para uso medicinal, que se cultiva en tecnificados invernaderos generando mucho empleo de calidad. Para poder realizar esta producción es necesario contar con la autorización de la Aemps, lo que se le conoce en el sector como «licencias», a las se les puede acoger gracias a la tecnología emanada del Polo Tecnológico del Cáñamo que constituyó Ctaex en 2020, creando la Junta de Extremadura un precedente importante con la calificación como Premia a un proyecto de cannabis medicinal que va a asentarse en el Campo Arañuelo.

Necesitamos un paso más para que en España se desarrolle tanto el sector del cáñamo industrial como el del cannabis, que es la publicación de una normativa moderna que pueda aprovechar «la planta entera», además de facilitar los trámites para la instalación de «licencias», como ha sucedido en Portugal, donde van por 32 frente a tan solo 7 en España. Para fomentar ese diálogo constructivo con las administraciones se ha constituido en Clúster Español del Cáñamo, Cluscann, con sede en Extremadura.

Seamos valientes, abramos nuestras mentes y vayamos a por el liderazgo de un sector emergente, que aúna autoridades, sectores productivos y centros de investigación.