La Navidad como arma política
Análisis ·
El PP recupera en Cáceres la pista de hielo que eliminó el PSOE y vuelve a retrasar el encendido de las luces que adelantó SalayaDesde que la Navidad pasó de ser una fiesta familiar a un acontecimiento social consagrado al dios omnipotente del consumo, los ayuntamientos han visto en ... ella una oportunidad para brillar y congraciarse con los ciudadanos-votantes por medio de propuestas cada vez más espectaculares y prolongadas en el tiempo. Ahora que se hace política con todo, la Navidad no iba a ser una excepción, así que los alcaldes la utilizan para dejar su impronta y desmarcarse del adversario. Lo estamos viendo en Cáceres, donde el gobierno de Rafael Mateos ha tomado ya dos decisiones justo en la dirección contraria de su antecesor, que a su vez había introducido cambios respecto a lo que hizo Elena Nevado, y así sucesivamente. El PP ha recuperado la pista de hielo en la Plaza Mayor que el PSOE eliminó por ruidosa y antiestética, y ha vuelto a retrasar al puente de diciembre el encendido de las luces que los socialistas adelantaron a noviembre con el argumento de que así favorecían al comercio, pues al parecer hay gente a la que ver las calles iluminadas le estimula las ganas de comprar cosas, vaya usted a saber por qué.
¿Qué es mejor? ¿Que haya pista de hielo en la Plaza Mayor o que no la haya? ¿Que las luces se enciendan ahora, como han hecho por ejemplo Badajoz o Madrid, o esperar al menos a vislumbrar el invierno? Pues como pasa con casi todo, depende de a quién se pregunte. Habrá a quien le levante el ánimo pasear bajo una constelación de arcos, estrellas y todo tipo de presuntos iconos navideños, y a quien le canse tener la ciudad iluminada durante un mes y medio con unos adornos que, por otra parte, tampoco son gran cosa (esto no es Vigo, donde las luces se han convertido en un atractivo turístico).
Algo parecido pasa con la pista de hielo, que ha regresado a la Plaza Mayor para desesperación de los pocos vecinos que allí residen por el ruido de la maquinaria, y para regocijo de los aficionados al patinaje. Hay quien aprecia además la bucólica estampa navideña, aprendida del cine americano, de los grupos de patinadores dando vueltas con sus bufandas y sus gorros de lana, aunque eso, claro, depende de desde donde se mire, ya que al entrar a la Plaza por la parte baja lo único que se ve es un armatoste que tapa la visión de la Torre de Bujaco y el Arco de la Estrella. Aparte está la cuestión administrativa, ya criticada por la oposición, de cómo se ha gestionado el acuerdo para la instalación de la pista, cuyo promotor no paga la ocupación de suelo público durante un mes y medio con dinero, como sería lo normal, sino con 4.500 entradas que el Ayuntamiento ha dicho que va a distribuir a través del Instituto Municipal de Asuntos Sociales.
Y así andamos ya con las fiestas navideñas en Cáceres cuando todavía ni se ha presentado la programación oficial. ¿Llegarán de nuevo los Reyes Magos en el globo aerostático al que los subió Salaya, o Mateos volverá a ponerles los pies en la tierra? Quedamos abiertos a la sorpresa y al 'salseo' político de la Navidad.
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