La cara falsa de Ciudadanos

Hace unos meses, Ignacio Gragera salió a relucir en alguna ocasión en medios de comunicación nacionales como el alcalde de la población más importante que gobierna su partido. Esta semana, en cambio, ha aparecido en El País y en Cuatro, entre otros medios, por la mala pata de su jefe de prensa.

Ya conocen el tema. Javier Gragera tenía un perfil falso en la red social Twitter para atacar a la oposición, a periodistas críticos con su jefe y a los ciudadanos que reivindicaban mejoras para la ciudad.

Hasta que la asociación juvenil Acho le descubrió. El periodista se vio obligado a cerrar la cuenta donde vertía sus opiniones como Laura Carrasco y, de paso, puso a su alcalde en la picota y este le expulsó del Ayuntamiento.

Esto podría ser una anécdota en un ecosistema político que hoy se mueve a golpe de click. Pero no lo es porque llueve sobre mojado y vuelve a demostrar que Cs Badajoz tiene un problema con el anonimato en las redes sociales. En Twitter, Facebook, Instagram y puede que hasta en Tik Tok se mueven como pez en el agua con nombre inventado. Todo para alabar a su jefe y atacar al contrario.

Si uno echa un vistazo a los tuits ya borrados de Javier Gragera, pero inmortalizados en los pantallazos que saltan de móvil en móvil, se advierte que recurría a niñerías y chorradas. Por eso no creo que tenga una conexión directa con la red de noticias falsas que se publicaban en Facebook en 2016 con el objetivo de sacar de la alcaldía a Fragoso. Pero sí que llama la atención que esa red estaba íntimamente relacionada con Cs y que daba a su entonces concejal Luis García Borruel el argumento de la corrupción que su partido exigía para apoyar mociones de censura en los ayuntamientos.

Esta semana se ha conocido la acusación demoledora que hace el fiscal por esta historia de hace seis años. Pide más de trece años de cárcel a uno de los implicados por varios delitos. Apunta a otros seis pacenses y considera que pudieron haber formado una organización criminal que se juzgará en enero. Está por ver en qué queda esta historia, pero el desfile de testigos, afectados e implicados se va a producir en precampaña y con un marcado tinte político.

Todo se oirá y reproducirá a cuatro meses de unas elecciones que son muy desfavorables para Ciudadanos. Y que se producirán en pleno debate sobre la absorción del partido naranja por parte del PP, que fue el principal partido perjudicado por aquellas insidias. Solo hay que ver la encuesta que llevamos en la página 7 y que apunta a que el PP se quedaría con todo el voto de los naranjas en Extremadura. De ahí, quizás, que Ignacio Gragera pueda replantearse la negativa que siempre ha dado a una posible integración con el PP. Teniendo en cuenta, además, que los populares no tienen nada claro quién será su candidato en Badajoz.

Aunque solo hubiera sido por egoísmo electoral y para desligarse totalmente de una posible sospecha de un mal uso de las redes sociales, el alcalde Ignacio Gragera debía haber pronunciado unas palabras mucho más duras que las que ha tenido con su jefe de prensa. «Es un gran profesional», ha dicho queriendo dar carpetazo al asunto.

Hay que reconocerle que hizo bien cesando a Javier Gragera de inmediato al descubrir su doble vida virtual, pero le ha faltado una condena rotunda y una disculpa a los afectados en una sociedad que mira con preocupación el acoso digital. El nivel político se mide, entre otras cosas, por su inflexibilidad en situaciones como esta.

Hernán Álvarez, el joven que destapó esta historia, lo ha dicho en estas mismas páginas: «Los perfiles falsos no son una tontería, intoxican el debate público». Esto es tan verdad como que un político que pretende seguir en la primera línea debe saber en qué gateras no puede dejarse ni un pelo.