Día de Badajoz. ¿Qué se celebra?

Desde sus orígenes fue el enclave más importante del suroeste peninsular y capital natural de Extremadura. Recorrer su historia resulta fascinante, pues su contenido supera en riqueza la de cualquier obra de imaginación.

Los episodios acaecidos bajo sus murallas; los personajes relevantes en todas las áreas o el papel desempeñado en coyunturas cuyo alcance supera el circuito de sus defensas, es difícil que se repitan en otro sitio.

En ese marco Badajoz fue determinante en muchos momentos de la historia de España, Portugal y Europa, pues en más de una ocasión lo sucedido en nuestra ciudad influyó en el devenir de los acontecimientos a nivel continental e incluso universal.

Badajoz era dueño de la frontera con Portugal y llave del paso entre los dos países, lo que hacía de él bastión estratégico altamente codiciado, siempre sometido a ataques y asaltos. Y por su situación entre las dos capitales ibéricas, punto que canalizaba los flujos de todo tipo en ambas direcciones, y sede óptima para la celebración de encuentros y firma de tratados.

Aquí otorgó Castilla la autonomía a Portugal mediante el Acuerdo de Badajoz de 1267, y se recuperó Olivenza con el de 1801. Aquí acudieron todos los monarcas de España y Portugal; se concertaron bodas reales, y se celebraron varias. Se frenaron o apoyaron reyes. Se abrió el mundo cuando en 1492 financió el viaje de Colón a América. Se ordenaron los océanos con el dictamen de los geógrafos de 1524. Se venció a la todopoderosa Mesta en 1767 de mano del corregidor Vicente Paino, o se inició la Guerra de la Independencia el 30 de mayo de 1808.

Y de aquí son Mari Domingo la Bejarana, Isabel la Sanginesa, el Divino Morales, Sánchez de Badajoz, Pedro de Alvarado, Juan Vázquez, Manuel Godoy, Cristóbal Oudrid o Ramón Albarrán, inventor del torpedo submarino.

Prueba de que Badajoz fue crucial en el panorama nacional e internacional es que no hay siglo en que no conociera varias guerras. Aparte mil escaramuzas menores, padeció una veintena de grandes cercos y asaltos que la dejaron destrozada; fue tomada de modo sangriento ocho veces, y salvó a España repetidamente, de ordinario sin ayuda, como en la guerra con Portugal de 1640, Sucesión, en 1709, o Independencia. Pero siempre se recuperó hasta convertirse en la pujante ciudad que hoy es.

Eso es lo que celebra, en efeméride hoy felizmente recuperada, el Día de Badajoz.