Zapatero mantiene vivas en Suiza las negociaciones con Puigdemont

El descubrimiento de que el político navarro –que sustituyó a Ábalos como secretario de Organización del PSOE en julio de 2021– estaba también presuntamente implicado en la trama de amaños de obras públicas que investiga el Tribunal Supremo supuso un duro golpe que ha puesto en vilo la legislatura y el apoyo al Gobierno de sus socios parlamentarios, pero Junts ya apuntó el pasado 17 de junio, en un encuentro de su secretario general y su portavoz parlamentaria, Jordi Turull y Míriam Nogueras, con Sánchez en la Moncloa, que sus siete votos estarían al albur de las «garantías» de cumplimiento de los acuerdos pendientes que el presidente del Gobierno fuera capaz de proporcionar.

Ayer, tras la reunión de su ejecutiva, el portavoz de los posconvergentes, Josep Rius volvió a advertir de que la formación estará «atenta» a las explicaciones que pueda dar el jefe del Ejecutivo respecto a los asuntos que les incumben tanto en el comité federal del PSOE del próximo sábado como en su comparecencia parlamentaria del 9 de julio. Entre las cuestiones a las que la fuerza independentista conceden mayor importancia se encuentran, además de la aplicación de la amnistía, en manos de los tribunales, el reconocimiento de la oficialidad del catalán en la UE o el traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat (que exige el respaldo de una difícil mayoría parlamentaria).

La cita de Zapatero y Puigdemont, no sirvió, según fuentes conocedoras de la misma, para producir ningún acuerdo concreto. Pero sí para dar continuidad a una relación clave para Sánchez. El jefe del Ejecutivo no ha designado aún al sustituto de Cerdán en la secretaría de Organización. Se espera que lo haga el sábado y que opte por una mujer. Entre los nombres que suenan con más fuerza está el de la socialista catalana Montse Mínguez. Pero en ningún lado está escrito que con el cargo se herede también la interlocución con el expresidente catalán.

Cerdán había logrado entablar una relación de confianza, singularmente con Turull, que no será fácil de reemplazar. La única persona que ha logrado, de hecho, superar unas barreras que aún están cerradas para otras personas cercanas a Sánchez como el ministro de Justicia, Félix Bolaños (pese a ser el artífice de la ley de amnistía) o la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, es justo Zapatero, que ya se fajó para tratar de convencer a Junts de que retirara el pasado febrero su exigencia de una cuestión de confianza o para alcanzar el controvertido acuerdo sobre inmigración. Fuentes de la formación independentista explican que se entienden bien con Puigdemont y que en este tiempo ha sido «el teléfono rojo» en las crisis.