Un 'Julio César' que no mola ni sería trending topic
El sorprendente montaje del Complejo Teatral de Buenos Aires basado en la tragedia de Shakespeare apenas logra inyectar emoción y se pierde en devaneos
Vale que a los siete minutos de comenzar la representación se escuche el primer «boludo» del montaje, uno de los innumerables indicadores que estamos ante ... una compañía argentina, la que ha abierto el Festival de Mérida con 'Julio César'. Pase que entre los discursos de Casio o Bruto se nos meta el rap o el hip hop de Nathy Peluso y su tema con C Tangana en la catedral de Toledo o una persistente música discotequera que olvide que estamos ante una función de teatro. Por último, puede ser que no quede mal salpicar una tragedia teatral con llamativos chistes o continuas referencias a las redes sociales (TikTok, Twitter, o el mensaje de WhatsApp con el que Marco Antonio comunica a Octavio Augusto el asesinato del dictador romano Julio César) .
El problema de todo es que logre sumar y no lastrar un montaje, hacerlo sugerente, emotivo. Que lo engrandezca. Y no, el 'Julio César' en versión libérrima de José María Muscari, una producción del Complejo Teatral de Buenos Aires, no mola, usando el espíritu del montaje. No engancha. De tanto querer ser moderno se pasa aunque seguro que a más de uno esto le flipará... para bien.
El séptimo 'Julio César' que se ha representado en la historia del Festival de Mérida se estrenó anoche y estará en el Teatro Romano hasta el domingo pero parece prudente lanzar un aviso a determinado tipo de público, seguramente el que viene a un festival de temática grecolatina: absténgase de venir a esta función los que quieran saborear el texto de Shakespeare, la profundidad de sus personajes por encima de todo. Esto va de otro rollo. Se vende este 'Julio César', en el que los papeles masculinos son desarrollados por mujeres y al revés, como un montaje rompedor. Sí, pero de tanto romper hace perder el norte al espectador sobre lo que es la referencia, el texto que se escribió hace más de 400 años.
Es de suponer que casi todos los espectadores saben la historia -la conjura contra Julio César por su deriva dictatorial y su asesinato en los idus de marzo, por resumir- y gracias a ello cualquiera se puede poner a pensar lo que se pretende decir con la representación argentina, que fue estrenada en Buenos Aires en mayo pasado. Pero tras ese conocimiento mínimo del guión, el montaje de Muscari ofrece tantos altibajos y cambios de dirección -de lo serio a lo chusco, de lo profundo a una conversación alterada entre hinchas de River Plate y Boca Junior-, que se puede perder el rumbo. Para algunos, este caos barnizado con aires de posmodernidad será fantástico. Para otros, algo perfectamente prescindible.
Noticia Relacionada
Un 'Julio César' que no mola ni sería trending topic, en imágenes
El montaje se expande sobre una escenografía moderna aunque sin tanta extravagancia como otras veces hemos sufrido en el Teatro Romano de Mérida: unos cuantos sofás, mesitas y cinco pantallas verticales nada exageradas que configuran una aceptable puesta en escena. La compañía, además, sabe aprovechar la majestuosidad del Teatro. Todo gira sobre Moria Casán, Ana María Casanova su nombre real, que a punto de cumplir 76 años, encarna un Julio Cesar «travestido y dragqueeneado», un papel en el que dice estar cómoda, ya que durante toda su vida y carrera ha sido «un dragqueeneo constante». Vedette, actriz, empresaria, Casán es una diva en Argentina y así se mostró en su papel cesariano.
Aquí, en su estreno en el Festival de Mérida, cumple con su papel aunque en el reparto actoral destaquen más otros intérpretes como Alejandra Radano, que asume el papel de Bruto, Malena Solda (Casio) y Mario Alarcón (Calpurnia, por cierto, siempre se le llamaba Calfurnia en la noche del estreno). No obstante, el hándicap de la obra, de 85 minutos de duración, no son los actores, más que aceptables, sino, como se ha referido, el propio montaje en sí. «Te hablo por Telegram para no dejar rastro», se llega a decir en uno de los diálogos de la obra en su idea de llegar este 'Julio César' a la época actual. Todo aderezado con zapatillas deportivas, gafas de sol y vestimenta urbana.
Si el espectador tiene fresco en la memoria el majestuoso montaje del año 2013 que encarnó Mario Gas y dirigió Paco Azorín; si se relame por la película, de 1953, de Joseph L. Mankiewicz, con Marlon Brandon o James Mason...las comparaciones son odiosas. Porque por momentos esta representación argentina del hombre que se creyó inmortal para gobernar un imperio se para, reflexiona, sobre la política, los populismos, la discriminación a la mujer. Y tiene aciertos como la elegida forma de representación del discurso de Marco Antonio ante la plebe tras morir Julio César: dos micrófonos. a cada lado de la escena, para dirigirse al público para defender o justificar, según el caso, el magnicidio.
Pero esos momentos quedan dilapidados a los pocos segundos entre chascarrillos de tribu urbana en los que se convierten las conversaciones entre los actores con teléfonos móviles, con insultos generales y referencias constantes a la sexualidad y, más exactamente, a la homosexualidad.
Las alrededor de 1.500 personas que asistieron el estreno de este peculiar 'Julio César' se quedaron, sin duda, con la sonoridad musical del montaje porque la palabra tuvo poca continuidad. Para una sociedad que va al producto ligero, a lo efímero, enganchado a Twitter, TikTok, Facebook, Instagram, YouTube y demás elementos puede valer este tipo de producto teatral. Para un Festival Internacional de Teatro Clásico seguramente se queda muy corto. No sería aquí trending topic (tendencia) en sus añoradas redes sociales. El poso del buen teatro es otra cosa.
El abanico de Vara, la presencia del ministro de Cultura
El estreno de 'Julio César' concitó la presencia de una relevante presencia de cargos políticos. Entre ellos, el ministro de Cultura y Deportes, Miguel Iceta. Acudió al Teatro Romano minutos después de que junto al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y la delegada del Gobierno, visitaran el Teatro María Luisa, recuperado para la capital extremeña. Por la mañana, el ministro Iceta visitó el Museo Nacional de Arte Romano. En el estreno de 'Julio César' estuvieron, aparte del alcalde emeritense, Antonio Rodríguez Osuna, el expresidente de la Junta y todavía líder del PP extremeño, José Antonio Monago, así como dos consejeras del Ejecutivo de Fernández Vara. Nuria Flores (Cultura) y Begoña García Bernal (Agricultura) . El presidente extremeño, por cierto, no soltó el abanico con el que se presentó en su asiento. No es que la noche fuera extremadamente calurosa -las ha habido peores- pero siempre es bienvenido un poco de fresco.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión