José María Calatrava, el hijo más ilustre de Mérida
El Ayuntamiento exhibe un cuadro cedido por el Congreso y prepara un programa de actividades en homenaje al que fuera presidente del Consejo de Ministros en el siglo XIX
José María Calatrava da nombre a una calle, un colegio y un mercado en Mérida. Sin embargo, no muchos en la ciudad conocen la trayectoria de este ilustre emeritense, que llegó a ser presidente del Consejo de Ministros en la primera mitad del siglo XIX y una figura destacada del partido liberal.
Nacido en Mérida en 1781, su padre fue escribano del Ayuntamiento emeritense y junto a su hermano Ramón María, quien fue ministro, protagonizó una ascendente carrera política y jurídica. Se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla y durante la Guerra de la Independencia se sumó a la resistencia contra los franceses. En las Cortes de Cádiz, desde 1810, representó a Extremadura, alineándose con el grupo de los liberales y mostrándose partidario de introducir profundas reformas institucionales para abolir el absolutismo. Por ello fue perseguido tras el regreso de Fernando VII en 1814 y condenado a prisión, hasta que fue amnistiado con ocasión de la llegada al poder de los liberales en 1820.
Durante el llamado trienio liberal fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo y desde 1822 hasta 1823 ministro de Gracia y Justicia. Tras instaurarse de nuevo el absolutismo, vivió exiliado durante diez años en varias ciudades europeas.
Con el fallecimiento de Fernando VII y el inicio de un nuevo periodo reformista fue designado ministro de Estado y presidente del Consejo de Ministros, así como presidente del Congreso, con lo que fue una figura clave de la política española. No sólo participó en la Constitución de 1812, conocida como La Pepa, sino también en la de 1836. También colaboró en la elaboración del Código Penal moderno. En 1840 fue promovido a la presidencia del Tribunal Supremo, en la que permaneció hasta 1843. Falleció en Madrid en 1847.
El Ayuntamiento de Mérida quiere acercar la figura de este político a los emeritenses, para lo que ha empezado por lograr la cesión de un cuadro que forma parte de la galería de retratos de los presidentes del Gobierno de España que se encuentran en el Congreso de los Diputados.
El autor es Antonio Gisbert, uno de los principales representantes de la pintura historicista, que firmó obras sobre el fusilamiento de Torrijos en las playas de Málaga (actualmente en el Museo del Prado) y los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo. Estas dos piezas ensalzan los valores liberales, una corriente en la que también se enmarca el retrato de Calatrava.
El cuadro de Antonio Gisbert estará en el salón de plenos municipal hasta agosto de este año, compartiendo protagonismo con la pintura de Santa Eulalia de Eugenio Hermoso y la fotografía del Rey Felipe VI. El delegado municipal de Cultura, Antonio Vélez, destaca igualmente que ocupa un lugar en el que durante muchos años estuvo la que quizá sea la pieza más destacada del patrimonio municipal, el retrato que elaboró Vicente López de Fernando VII, que fue precisamente quien persiguió y encarceló al político emeritense. «Tiene su trasfondo histórico y democrático poner ahí a José María Calatrava», señala.
Actividades conmemorativas
En torno a esta pieza se celebrarán varias actividades, que se inaugurarán con la participación de la Mesa del Congreso de los Diputados. Además, el Gobierno local trabaja en colaboración con la Asamblea de Extremadura para ofrecer un ciclo de conferencias sobre José María Calatrava y su etapa histórica, así como sobre Antonio Gisbert.
Asimismo, investigando en el archivo histórico municipal se ha descubierto que Calatrava nació en el número 22 de la calle Santa Eulalia. Ahora se trabaja para identificar a qué edificio corresponde en la actualidad para ubicar una placa conmemorativa.
También se prevé encargar un busto para el futuro Museo de Arqueología e Historia de Mérida, que se ubicará en el mercado que lleva su nombre.
En este programa se quiere dar un protagonismo especial a los alumnos del colegio José María Calatrava, situado en Nueva Ciudad, para que conozcan quién era la persona que da nombre a su centro educativo.
El objetivo principal de estas actividades es dar a conocer la figura de este ilustre vecino entre los emeritenses de hoy. «La historia de los liberales fue sepultada por el absolutismo posterior», recuerda Vélez. «Todas esas personas con un cierto bagaje intelectual fueron ocultadas y muy poca gente conoce a José María Calatrava en Mérida».