Trump da alas a Putin y cita a Zelenski el lunes en la Casa Blanca para forzar un acuerdo de paz
El presidente de EE UU quiere convencer a Europa de desistir de un alto el fuego y negociar «directamente» el final de la guerra
La cumbre del viernes entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska no dejó un alto el fuego ni un acuerdo formal, pero ha dado ... alas al presidente ruso y ha abierto una puerta hacia la paz, que Europa ha acogido con alivio e incluso esperanza. El presidente de EEUU ha citado el lunes a Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, en Washington para forzar el final de los combates.
«Trump nos ha acercado más que nunca al fin de la ilegal guerra de Rusia en Ucrania», aplaudió el primer ministro británico, Keir Starmer, tras escuchar el resumen de la reunión que Trump trasladó por teléfono a los líderes europeos. El alivio nacía del reconocimiento de EE UU de que cualquier acuerdo para acabar con la guerra de Ucrania debe contener «garantías infranqueables» para defender eficazmente su soberanía e integridad territorial. «Celebramos la declaración del presidente Trump de que su país está dispuesto a ofrecer garantías de seguridad», dijeron los líderes europeos en un comunicado conjunto. «La coalición de Voluntarios está lista para desempeñar un papel activo».
«Me reuniré con Trump en Washington para discutir todos los detalles sobre el final de las matanzas y de la guerra»
«Los esfuerzos del presidente Trump nos han acercado más que nunca a la conclusión de la guerra ilegal de Rusia en Ucrania»
Es más, según el canciller alemán, Friedrich Merz, Trump está de acuerdo en contribuir a esas garantías. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, cercana al magnate, confirmó esa voluntad y destacó que «finalmente se ha abierto un rayo de esperanza para discutir la paz en Ucrania». Según dijo, la estructuración de esas garantías colectivas se inspira en el capítulo 5 de la OTAN, sin que se baraje siquiera la pertenencia de Ucrania a la Alianza. Se trataría de que cualquier agresión a Kiev fuera considerada como un ataque a la Coalición de los Voluntarios.
Bajo el liderazgo del Reino Unido, Francia y Alemania, con quienes Zelenski consultará de camino a Washington, 31 países están dispuestos a crear una fuerza de paz tras el pacto, incluyendo a Canadá, Australia, Nueva Zelanda y organizaciones como la UE y la OTAN. Esta coalición con sede en París tendrá también un cuartel general en Kiev con un general británico, que traspasará el liderazgo al cabo de un año. La condición innegociable es la aceptación de Kiev, porque el acuerdo no puede imponerse por la fuerza. «Corresponde a Ucrania decidir sobre su territorio», advirtieron los líderes europeos en su comunicado conjunto. Cualquier cambio fronterizo sin su consentimiento tendría que ser respondido con sanciones y fuerza militar, si fuera necesario.
En realidad, fue el propio Putin el que planteó en su intervención pública la necesidad de establecer esas garantías, si se tienen en cuenta «las raíces profundas del conflicto», que considera «restablecer un equilibrio justo de seguridad en Europa y en el mundo». El presidente ruso aseguró que sus deseos de paz son «sinceros» y deseó que «tanto Kiev como las capitales europeas perciban constructivamente» el acuerdo con Trump «y no tiren por la borda el trabajo», advirtió. «Naturalmente, la seguridad de Ucrania también debe ser garantizada. Estamos preparados para trabajar en ello».
Schwarzenegger llama a Trump «monigote»
En Bloomberg, el columnista Marc Champion interpreta esa frase como que Putin está tan satisfecho con el acuerdo trazado en privado con Trump «que le advierte a Europa de que no se cruce en su camino». Por su parte, el actor y exgobernador republicano de California Arnold Schwarzenegger reaccionó airado con un vídeo en Facebook en el que critica duramente al presidente estadounidense por «permanecer de pie como un monigote» haciéndole el juego a Putin. «Fue una vergüenza. ¿Qué pasó con la fortaleza y las duras palabras de Reagan cuando dijo 'Sr. Gorbachov, ¡tire este muro!'», recordó.
La reunión de dos horas y media entre los presidentes de Rusia y EE UU terminó precipitadamente, sin almuerzo ni preguntas. La conferencia de prensa se convirtió en meras declaraciones en las que Putin tomó la iniciativa y se saltó el orden protocolario al hablar antes que su anfitrión. Trump fue un poco más locuaz en una entrevista posterior con su amigo Sean Hannity, presentador de la cadena Fox: «Creo que estamos muy cerca de un trato, pero depende de Zelenski».
Eso era exactamente lo que temía el presidente ucraniano: que la pelota vuelva a estar sobre su tejado. Según cuatro fuentes del 'Financial Times', Putin le habría dicho a Trump que está dispuesto a relajar sus demandas territoriales sobre Jersón y Zaporiyia a cambio de la región de Donetsk. Por eso aceptó Zelenski la invitación de coger el avión para presentarse mañana en la Casa Blanca y defender su territorio e intentar inclinar la balanza a su favor.
Cita a tres bandas
A la fotografía de la histórica cumbre de Alaska, en la que Putin pisó suelo estadounidense por primera vez en diez años, le seguirá la imagen de otro encuentro clave en Washington. Si el presidente ucraniano es capaz de evitar los desastrosos resultados de la última encerrona que sufrió en el Despacho Oval en febrero pasado, podría producirse la verdadera imagen para la historia: un tripartito que ponga frente a frente a Putin y Zelenksi, con Trump como mediador.
Es a esa «segunda reunión» a la que aspiraba realmente Trump con el encuentro de Alaska, que era una cita de tanteo. La jugada de Putin ha sido cambiar el enfoque de un alto al fuego temporal hacia una resolución directa del conflicto. De camino a Alaska, Trump había advertido que esperaba salir de allí con un alto al fuego y que habría «severas consecuencias» si Putin no estaba dispuesto a ello. Sin embargo, tras solo dos horas y media de reunión, el presidente estadounidense no tenía nada que anunciar y, sin embargo, consideró el encuentro «extremadamente productivo».
Se habían enfrentado dos visiones. Según el consejo editorial de 'The Washington Post', que desde su reorientación editorial de febrero es especialmente receptivo a la visión del líder republicano, ambos presidentes fueron a Alaska con objetivos distintos. «Trump llegó decidido a extraer un alto al fuego. Rusia, a no frenar su guerra contra Ucrania, pero a evitar sanciones. Inicialmente, Putin ha logrado lo que quería».
En su entrevista con Hannity, el magnate dijo que no va a pensar en sanciones «al menos durante algunas semanas». La fecha del 8 de agosto que le había puesto como límite a Moscú, llegó y se fue sin que se materializasen las amenazas. «Nuestra preferencia es que se impongan las sanciones ahora», opinó 'The Washington Post' en su editorial. «Si la Casa Blanca realmente cree que el acuerdo está cerca, lo menos que puede hacer es decir exactamente qué castigo recibiría Putin si el encuentro tripartito no produce resultados tangibles», añadió.
Trump admite que quedan «temas importantes» que acordar y cree que las posibilidades de alcanzar un acuerdo son 50-50. Su imagen en su propio partido depende de su capacidad de materializar ese acuerdo de paz. La presión sobre Zelenski el lunes será feroz.
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