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Una estación del tren de Shanghái atestada de público con motivo del Año Nuevo chino, lugar peligroso para transmitir una infección. AFP
China encara el Año Nuevo Lunar con temor a la neumonía atípica

China encara el Año Nuevo Lunar con temor a la neumonía atípica

El número de infectados crece notablemente y el virus cruza nuevas fronteras pero por ahora solo se han registrado tres muertos

Zigor Aldama

Shanghái

Lunes, 20 de enero 2020, 19:52

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No hay nada más temible para un Gobierno que una misteriosa pandemia en medio de la mayor migración interna del país. Pero eso es lo que está sucediendo en China, donde continúa creciendo el número de infectados por el coronavirus que provoca la neumonía atípica primero detectada en la ciudad de Wuhan el pasado 12 de diciembre. Según las autoridades, este lunes se registró la tercera víctima mortal por la enfermedad y el número de casos sumó otros 136 durante el fin de semana, dejando el total de infecciones confirmadas en 217. Siete pacientes más están en observación, y el temor ha comenzado a cundir entre los 1.400 millones de habitantes del país, que se preparan para dar la bienvenida al nuevo año lunar el próximo sábado.

Sobre todo, hay miedo porque las infecciones se han extendido mucho más allá de Wuhan. Desde el centro de China han llegado ya a las principales ciudades del gigante asiático -Pekín, Shanghái y Shenzhen- y han saltado también a tres países diferentes: este lunes Corea del Sur confirmó su primer infectado, que se suma a los dos detectados en Tailandia y al que se recupera en Japón. Muchos países asiáticos han incrementado los controles, y vídeos de sanitarios ataviados con aparatosos trajes de protección bioquímica han comenzado a inundar las redes sociales. Incluso el presidente del país, Xi Jinping, pidió que se dé «total prioridad a la salud de la población» y que «se utilicen todos los recursos al alcance para detener la expansión del virus».

No obstante, la población desconfía de las informaciones oficiales, y el número de personas con mascarilla ha aumentado considerablemente en las calles de las principales ciudades. «No me fío, y tengo miedo. Todavía recuerdo la epidemia de SARS -Síndrome Respiratorio Agudo y Severo, por sus siglas en inglés- que se vivió cuando era pequeña. También empezó como algo sin importancia y luego se convirtió en un gran problema», afirma Wen, una oficinista de Shanghái. La Organización Mundial de la Salud (OMS) comparte su preocupación, hasta el punto de que ha convocado para mañana una reunión de expertos para determinar si el actual brote constituye una emergencia internacional. Aunque no se han detectado infectados entre el personal sanitario, la OMS añadió ayer la posibilidad de que el virus se esté transmitiendo entre humanos, y no solo de animal a humano como se pensaba hasta ahora. El neumólogo chino, Zhong Nanshan, uno de los especialistas prominentes en la batalla contra el SARS, lo da por hecho.

Similitudes con otras epidemias

El inicio de la crisis actual guarda grandes similitudes con la que dejó casi 800 muertos entre 2003 y 2004. Aquella se originó en un mercado de animales en el que se vendían especies exóticas, y, como descubrió ayer CNN, en el de Wuhan no solo se comerciaba con pescado. Diferentes vídeos demuestran que había todo tipo de especies -incluidos numerosos animales salvajes- en condiciones higiénicas lamentables. «Eso explica que los pacientes sufran los síntomas de la neumonía pero que no respondan positivamente al tratamiento», comentó Leo Poon, investigador de la Universidad de Hong Kong, a la cadena estadounidense. «Mientras la gente consuma carne, habrá peligro de contagio», añadió el representante de la OMS en China, Gauden Galea.

Afortunadamente, los expertos consideran que la mortalidad del SARS -un 10%- es muy superior a la del virus de Wuhan, y aseguran que no hay razón para el pánico. Pero científicos del Imperial College de Londres advierten de que las cifras oficiales y las reales podrían diferir sustancialmente. No en vano, las proyecciones que realizan con un modelo diseñado para determinar la extensión potencial de la enfermedad señalan que el número de casos a 12 de enero podría ser de 1.723. Que no hayan sido detectados es lo que preocupa, porque los controles de temperatura que se llevan a cabo en aeropuertos y estaciones son poco fiables, ya que el virus requiere un tiempo de incubación antes de manifestarse. Por si fuese poco, durante las fiestas que se avecinan los chinos realizarán nada menos que 3.000 millones de viajes.

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