Toño Pérez lleva el cerdo extremeño a Next Level Chef
El dueño de Atrio fue el chef invitado a la prueba de expulsión de la tercera entrega del concurso culinario de Telecinco
La tercera entrega del nuevo concurso culinario de Telecinco, 'Next Level Chef', que se llevó a cabo el pasado 22 de enero, se saldó con la expulsión de Carmen, una ingeniera que, a pesar de ser la moda su pasión, se instaló en la cocina durante la pandemia.
En la tercera y última prueba del programa, que fue la de expulsión como en cada entrega, se contó con una visita muy especial; la de Toño Pérez, chef y propietario del restaurante con tres Estrellas Michelín Atrio, de Cáceres, quien fue el juez invitado del programa acompañando a los tres concursantes que se jugaron su permanencia durante el cocinado.
Lucía, Carmen y Jurdi, quien justo antes de esta prueba había estado a punto de abandonar el programa por no encontrarse a gusto, fueron los que se enfrentaron a la prueba de eliminación.
Blanca Romero, presentadora del programa, presentó a Toño; «Hoy nos visita un maestro de acento inconfundible, un fetichista del cerdo en toda su extensión, andares incluidos, y al que las 3 Estrellas Michelín que acumula no le han cambiado ni un poquito. Desde el Olimpo de los chefs, o mejor dicho, desde Cáceres y más concretamente desde el Restaurante Atrio, Toño Pérez».
Sin desvelar en un principio sobre qué trataba la prueba, el chef extremeño dio una primera pista explicando que él es de Extremadura, «uno de los territorios más hermosos que se puedan tener y la cosa va de cerdo sí o sí. Bueno, como decimos en nuestra tierra, de cochino», señaló.
Tras ello Blanca se dirigió a Jurdi para preguntarle si estaba más tranquilo, y al explicar a Toño la situación vivida momentos antes este le animó explicándole que él en sus primeros pasos por el mundo de la cocina lloró sin que nadie se enterara. «Me revolvía y eso es muy normal. Hay momentos en los que te dan ganas de tirar la toalla. Luego te alegras. Lucha», le dijo.
Francis al sótano
Ante tantas emociones juntas, uno de los jueces del programa, Francis Paniego, quiso unirse a las «reacciones expontáneas», como él mismo explicó, participando en la prueba de eliminación pero en su caso desde el sótano.
«¿Quieres hacer cochinito feliz?» Le dijo Toño. «Quiero hacer cochinito feliz. Que me dejen además. Me voy al sótano, a ver lo que sale». «Nos jugamos aquí el honor de la casa, pero bueno», señaló el juez antes de encaminarse cada uno a su lugar de cocinado; los tres concursantes en riesgo al ático con Toño Pérez y Blanca Romero y él al sótano.
Al bajar la plataforma lo primero que llamó la atención a los concursantes fue la cabeza de cerdo que había en el centro y que ninguno se atrevió a coger, llegando esta al sótano donde la cogió Francis
«En esa cabeza que Francis se ha quedado yo digo que es una joyería, porque tiene la papada, el morro, las orejas, las carrilleras…», señaló el chef de Atrio. «Yo de la careta la llevo utilizando en Atrio desde hace 30 años y hemos hecho con ella de todo, lo único que me falta hacerme con la careta es un bolso», explicó entre las risas de Blanca.
Los concursantes en riesgo, por su parte, escogieron Jurdi la presa mientras que tanto Carmen como Lucía se decantaron por la panceta.
Mientras los concursantes cocinaban, Blanca preguntó a Toño por los vinos de Atrio, saliendo a colación el robo que sufrieron en el año 2021. «Lo tenían muy bien orquestado, ya habían estado varias veces», explicó Toño en referencia a los ladrones. «Se llevaron mucho y muy bueno, eran vinos de muy altos precios, algunos de hasta 40.000 euros la botella», señaló.
Presentación de los platos y expulsión
Antes de finalizar la hora con la que contaban para el cocinado, Francis, en el sótano, terminó su plato, mientras que los demás agotaron hasta los últimos segundos para montar sus elaboraciones.
Tanto a los otros dos jueces como a Toño y Blanca les encantó el plato presentado por Francis, en el que usó el morro y la oreja para combinar con una cremita de verduras. «La salsita buenísima», señaló el chef cacereño, afirmación que secundaron todos mientras él mojaba su dedo en el plato prácticamente vacío y chuparlo después disfrutando de la salsa.
Tras esta primera valoración les llegó el turno a los concursantes en riesgo, catas que los jueces hicieron a ciegas, siendo Toño y Blanca los únicos que sabían a quién pertenecía cada plato.
El primero que probaron fue el de Lucía, del que dijeron le faltaba un poco de salsa, si bien estaba muy conseguido; un mar y montaña en el que consiguió combinar perfectamente el cochinito con los langostinos.
Después le tocó el turno al plato de Carmen. «Lo veo un poco flojo», señaló Toño antes de probarlo, «El tomate está un poco ahí como que lo hemos metido a casco porro, el elemento principal se ha perdido… tenemos un poquito de panceta en algún caso quemada…. Y el planteamiento de este plato queda en un purecito, una crema».
Por último le tocó a Jurdi, quien preparó una presa con una salsa que, según señalaron todos los jueces, estaba «tremenda». Espectacular, impecable y muy rica fueron otros de los adjetivos con los que la denominaron, alabando también el punto de la carne.
Tras las catas, y coincidir todos en que el peor plato fue el segundo que habían probado, Toño desveló la autoría de los platos, convirtiéndose Carmen en la tercera expulsada del programa.
Blanca despidió a Toño señalando que fue «un invitado espectacular, eres mágico», a lo que el chef de Atrio respondió que había estado muy feliz y lo había pasado genial. «He tenido la oportunidad de contar con uno de los productos fetiche y una de las joyas gastronómicas para mí del mundo como es el cochinito y bueno como habéis demostrado da mucho juego y habéis hecho un trabajo estupendo», finalizó.