Las termas de Alange, únicas de España que son Patrimonio de la Humanidad

Sumergirse en las aguas de Alange es sumergirse en la historia, ya que son los mismos baños termales que eran usados hace más de 1.700 años por los romanos.

Las termas de Alange forman parte del Conjunto Arqueológico de Mérida, una joya arqueológica conservada en el tiempo que recibe cada año visitantes llegados de todo el mundo.

Aprovechando los manantiales naturales de la zona, los romanos construyeron unas termas que aún a día de hoy siguen usándose con fines terapéuticos. El complejo original, que se encuentra parcialmente conservado, cuenta con dos salas circulares cubiertas por dos cúpulas y rodeadas por unas imponentes columnas de granito. Además, dos lucernarios dejan pasar la luz natural terminando de completar la escena.

El Balneario de Alange es un lugar ideal para dar descanso al cuerpo y desconectar de la rutina. El elemento más importante es el agua, que es usada, como se hacía hace mucho tiempo, como elemento purificador.

Su construcción comenzó hace dos mil años cuando Patricio Licino Sereniano se lo dedicó a Juno agradeciéndole la salud de su hija. Según algunos estudios, las termas estaban acompañadas de piscinas calientes y baños de vapor.

Tras los romanos, los árabes continuaron con esta tradición conservándose el balneario y el nombre del pueblo; Alange, que significa agua de Alá. El balneario quedó olvidado durante la reconquista pero en el siglo XVIII se rehabilitó. Se subastaron en el 1863 con la desamortización y Don Abdón Berreen, médico local, las compró para invertir en nuevas instalaciones.

Además, a las galerías de duchas y bañeras de mármol que se construyeron en el siglo XIX se han unido en la actualidad las modernas técnicas hidrotermales, pudiendo disfrutar así de la vanguardia del descanso en un entorno histórico. Todo ello acompañado de los muchos beneficios de sus aguas oligometálicas, aguas que contiene carbonatos y bicarbonatos de sodio así como magnesio y calcio, todo ello con acción antiinflamatorio y espasmódica descongestionante.

Sus aguas mineromedicinales, que se mantienen entre los 28 y los 30 grados, son, también, beneficiosas para patologías del aparato locomotor, como artrosis, artritis o reumatismos, y para dolencias del aparato cardiorrespiratorio y del sistema vascular, así como para combatir el estrés, el insomnio o los problemas de la piel. Unos tratamientos recomendados por el equipo médico especialista de las instalaciones que se desarrollan a lo largo de una semana y que tienen incluida la estancia en uno de los hoteles, consultas médicas y seguimiento del mismo. Pero el espacio no es solo visitado por quienes tienen problemas de salud, sino que se convierte en una atractiva alternativa al turismo de playa.

El complejo cuenta con diferentes servicios como los circuitos de ocio, los programas intensivos que duran de uno a cuatro días incluyendo alojamiento en uno de los hoteles o las técnicas para cada tratamiento; romano, relax o belleza. Los usuarios del balneario pueden disfrutar también de la piscina exterior y los jardines del balneario, así como de relajantes masajes o diferentes tratamientos con chocolate, te, uva o barro, entre otros.

Para que la experiencia fuera completa, en la década de 1970 comenzó la construcción del hotel Carina Serena y en 2006 el Gran Hotel Aqualange.

Pero Alange no solo ofrece este idílico entorno termal, sino que los amantes de la naturaleza y el senderismo podrán disfrutar con diversas rutas para conocer el entorno en que se encuentran. Todo para el disfrute del cuerpo y de la mente. Un entorno de paz y serenidad para disfrutar de una experiencia única en el corazón de Extremadura.