¿Qué día comienza el otoño en España?

El final del verano da paso al otoño, una estación que es la preferida por muchos ya que a las temperaturas suaves en las que el intenso calor del verano ya no está presente pero aún no ha llegado el frío intenso del invierto, se suma que es la estación más fotogénica por la variedad de colores que inundan el paisaje. Con él llega la caída de las hojas de los árboles, la migración de las aves y las primeras lluvias. Es además sinónimo de cambios para muchos, conllevando también un significado metafórico de transición.

Meteorológicamente hablando, el otoño comenzó el día 1 de septiembre, si bien no es hasta la llegada del equinoccio cuando llega el otoño astronómico en todo el hemisferio norte, mientras que en el sur dan paso a la primavera.

En este contexto, el otoño comienza cuando el eje de la tierra se sitúa perpendicularmente al sol, alineándose perfectamente el ecuador con nuestra estrella. Este fenómeno astronómico se produce dos veces al año; en una llega la primavera y en otra el otoño. En ambos, los dos hemisferios reciben la misa cantidad de luz, teniendo además el día y la noche la misma duración aproximada.

Hay un tercer factor que determina la llegada del otoño; el fenológico. Se trata de la indicación de la naturaleza manifestado en la caída de las hojas, migración de aves y cambios de tiempo.

El equinoccio que inicia el otoño no llega siempre el mismo día, sino que se produce entre el 21 y el 24 de septiembre.

Oficialmente, en el presente año 2024, España, al igual que el resto de países del hemisferio norte, entrará en el otoño el próximo domingo, día 22 de septiembre, concretamente a las 14.44 horas. La nueva estación se mantendrá hasta el 21 de diciembre, cuando llegará el invierno, de forma que el otoño durará 89 días y 21 horas.

En el año 2023 y en el 2022 el otoño llegó el día 23, de forma que este año se ha adelantado un día.

Estas variaciones dependen de dos factores; por un lado el calendario divide el año en 365 días, si bien no es exacto. Por otro, la tierra varía su velocidad a la que gira alrededor del sol a lo largo del año.

Las primeras lluvias del otoño llegan propiciadas por la entrada de las primeras masas de aire frio que entran en contacto con el calor del verano provocando viento y tormentas. La temperatura media en España durante el otoño se sitúa en torno a los 15 grados y medio, con una media de precipitaciones de 195 mm.

Otro de los cambios que trae consigo el otoño es el cambio de hora, si bien este no coincide con la llegada del otoño astronómico.

Este año, el cambio de hora para adoptar nuevamente el horario de invierno se llevará a cabo el 27 de octubre, cuando retrasaremos todos una hora el reloj y volveremos a enunciar la frase de «a las 3.00 serán las 2.00».

Este cambio histórico, que comenzó al finalizar la Primera Guerra Mundial, se lleva a cabo, como siempre se ha dicho con el objetivo de aprovechar las pocas horas de luz del invierno y de ahorrar energía. Hay voces que piden suprimir estos cambios de hora, si bien aún no se ha tomado una decisión. En el año 2019 la Unión Europea acordó que el último cambio se realizaría en 2021, si bien no se ha adoptado aún y tanto en primavera como en otoño seguimos ajustando los relojes

En otoño anochece antes. Los días son más cortos y las noches más largas, lo que causa en muchas personas la 'depresión del invierno' dado que el menor aporte lumínico afecta al reloj interno del cuerpo originando sentimientos depresivos.

Para contrarrestarlo, los expertos aconsejan seguir un horario de sueño regular, hacer ejercicio, cenar ligero y realizar técnicas o actividades de relajación.

Aunque esta disminución de horas de luz sucede de forma natural sin el cambio de hora, al sumarle el ajuste del reloj se nota de forma más acusada, por lo que el cuerpo siente de forma mucho más acentuada este cambio que afecta mucho más a niños y mayores.

Entre los síntomas que se experimentan con el cambio de reloj se encuentran la sensación de jet-lag o fatiga, somnolencia diurna, irritabilidad, falta de concentración o desregulación en los horarios de hambre.

La razón de ello es por una alteración en la secreción de melatonina, hormona que regula los estados de vigilia y sueño a razón de las horas de luz. Con menos luz producimos más melatonina y con menos luz menos.

Refiriéndonos al reloj biológico, al no cambiar los horarios de vida, el cambio en el reloj hace que nos levantemos una hora antes, desregulando y resintiéndose el organismo, lo que hace que aparezcan los síntomas antes mencionados si bien, según indican los médicos, el cuerpo tarda menos de 3 días en adaptar al nuevo horario los ritmos circadianos.

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