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No es una obra de envergadura pero necesaria para dar respuesta a la cada vez mayor presencia de turistas en un yacimiento romano del ... que todavía queda mucho por descubrir. En Regina (Casas de Reina, comarca de la Campiña Sur) va a haber agua potable antes de que acabe el año. Hasta ahora lo único que tiene es un pozo de sondeo con agua que no se puede consumir y que, casi siempre, está seco en verano.
Con un presupuesto de 180.000 euros, la Junta de Extremadura ha adjudicado por 170.000 euros la mejora del abastecimiento al yacimiento «ante el crecimiento de visitantes experimentado por la atracción turística de Regina«.
La Administración extremeña remarca que la infraestructura actual desde la que se capta el agua (no potable) «no aporta caudal suficiente para satisfacer la demanda actual».
Lo que hay ahora es un pozo de sondeo ubicado dentro del propio recinto que suministra agua de «forma irregular y no apta para el consumo humano hasta un pequeño depósito de unos 500 litros alojado en una caseta».
Con eso, los usos actuales del agua se reducen a los aseos, pequeños riegos y la limpieza del lugar. Pero los pozos de sondeo «no son una garantía de suministro para el abastecimiento actual y mucho menos para el abastecimiento futuro, dadas las previsiones de crecimiento del yacimiento y la falta de aportaciones que recarguen el acuífero», subraya la Consejería de Agricultura, promotora de la obra.
En un plazo de seis meses debe estar terminada una nueva infraestructura que garantice el agua para beber en Regina.
Lo que se va a hacer, en primer lugar, es una conducción de 742 metros de longitud que partirá desde la tubería procedente de la mancomunidad de aguas de Llerena ubicada junto al cruce de la carretera autonómica EX-200 con la local BA-004. En esta localización se conectará esta conducción con la nueva tubería a instalar en el yacimiento.
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Dentro del recinto habrá un nuevo depósito de agua potable de capacidad 2.000 litros y un equipo de dosificación de hipoclorito para desinfección de aguas destinadas al consumo humano. Servirá como regulador de caudales y distribuido de agua «de forma constante».
Estará tapado por una caseta con cubierta inclinada, chapada en mampostería, con características similares a la existente.
«Es una obra modesta, sí, pero que servirá para hacer más atractivo venir al yacimiento romano», concluye Isidro Díaz, presidente de la asociación Regina Viva y actual concejal de Cultura.
Díaz incide en que la mejora de infraestructuras del recinto arqueológico son un añadido más a la vez que se intenta conseguir avanzando en lo más relevante: las excavaciones. De momento, en este año, va a haber dos proyectos.
Por un lado se recupera el curso de arqueología que no se celebra desde 2019. Universitarios de distintos puntos del país excavarán durante el mes de julio.
De otra parte, en agosto está previsto que las Universidades de Viena (Austria) y Marburgo (Alemania) trabajen también en el yacimiento. Hasta la fecha estaban focalizados en el territorio que controlaba la ciudad. En 2022 localizaron un edificio con más de 50 ánforas en su interior.
Un año después excavaron una gran pileta relacionada con la minería y en 2024 centraron sus labores en un posible distrito alfarero junto a la calzada. El próximo agosto por primera vez trabajaran en el núcleo urbano de la antigua urbe romana.
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