Tres madres con su hijos camino de Plasencia el 3 de enero.: L.C. LORENZO CORDEROPasajeros en la estación de Cáceres dispuestos a montar en el tren con el mismo horario que el averiado en la noche del 1 de enero.: L.C. LORENZO CORDEROAlberto Fernández de Villarán (Plasencia): «Sólo cojo el tren cuando voy a una ciudad por ocio. Si tengo una obligación y no puedo llegar tarde opto por el autobús»: LORENZO CORDERORaquel Alcón, Claudia y Mar Martín (Plasencia) «Pese a todo nos hemos subido al tren de la vergüenza, pero para un viaje corto; somos valientes, pero no inconscientes» LORENZO CORDEROAna Sánchez (Malpartida de Plasencia): «En parte del tramo que suelo hacer si corres al lado del tren vas más rápido, pero es el transporte con más horarios» LORENZO CORDEROSonia Muñoz (Talavera de la Reina): «Vengo a Cáceres en tren a ver amigos, pero si tengo que coger un vuelo en Madrid opto por otro transporte» LORENZO CORDEROMireia Fernández de Villarán (Plasencia): «La incertidumbre por ver qué pasará cada vez que te subes a un vagón extremeño nunca desaparece» LORENZO CORDEROAmparo Bermejo y Óscar Ferré (Perú): «Hemos venido a ver a nuestro hijo y a hacer turismo por Extremadura. No nos esperábamos el problema del tren» LORENZO CORDERORebeca Díaz, de Navezuelas (Cáceres): «Queríamos que nuestros hijos montaran en un tren por primera vez. No lo haremos más, ya hemos tenido bastante aventura» LORENZO CORDERO
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