Turismo apuesta por refugios climáticos en Extremadura para enfrentar las olas de calor
Adenex insta a Junta y ayuntamientos a habilitar espacios que ayuden a los ciudadanos a mitigar los efectos adversos de las altas temperaturas
Ana B. Hernández
Viernes, 1 de septiembre 2023, 21:23
La Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes quiere poner en marcha una nueva línea de ayudas para las empresas del sector turístico, tal como ... adelantó recientemente su responsable, además de portavoz del Gobierno regional, Victoria Bazaga.
La consejera explicó que «tenemos dos meses más de verano, uno por delante y otro por detrás» para argumentar la necesidad de que las empresas turísticas cuenten con herramientas con las que mantener durante todos ellos su capacidad de trabajo. De ahí unas nuevas ayudas, enmarcadas en lo que se ha denominado 'Estrategia del agua y el refugio climático', para que las instalaciones turísticas creen, mejoren o amplíen sus zonas de sombra y refresco y también las actividades relacionadas con el agua.
Ayudas «hasta el 50% a fondo perdido», concretó Victoria Bazaga, para colaborar con el sector turístico extremeño y fortalecerlo para enfrentar las olas de calor que, lejos de desaparecer o mitigarse, parece que van a más como se ha puesto de manifiesto este verano, con muchos días con temperaturas de 40 grados.
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Tanto es así que la asociación ecologista Adenex reclama a Junta y ayuntamientos que habiliten refugios climáticos en las localidades, «en ciudades y pueblos para ayudar a los ciudadanos a soportar estas olas de calor», dice Jorge Vega, presidente de la organización.
«Es preciso que se trabaje para mejorar y ampliar el arbolado de las localidades y también para poner en funcionamiento refugios climáticos», espacios a los que los ciudadanos puedan acudir para soportar las altas temperaturas, «que les permitan salir de sus casas porque se da la circunstancia de que también hay muchas viviendas que no cuentan con las condiciones precisas para rebajar el calor en ellas, porque la pobreza energética también tiene estas consecuencias».
Vega dice que, «al estar rodeados de naturaleza, nos olvidamos del urbanismo de los núcleos de población». Pero lo cierto es, asegura, que «las islas de calor las tenemos dentro de ellos porque cada vez tienen más asfalto y hormigón en vez de árboles y pérgolas, por ejemplo». Por eso Adenex insta a las administraciones «a trabajar en esta materia, a contar con herramientas que mejoren este urbanismo, a través de ordenanzas específicas como en Cáceres, pero también por medio de otras propuestas». Como es el caso de los refugios climáticos por el que ya están apostando muchas ciudades.
Abiertos y cerrados
«Son instalaciones públicas como bibliotecas, colegios o equipamientos sociales que, sin perder su función, abren en verano, tienen una temperatura más fría, sombras y agua disponible para beber», explica. «Porque los refugios climáticos pueden ser en espacios cerrados o abiertos», aclara.
El objetivo de los mismos, en cualquier caso, «sería dar la posibilidad a los ciudadanos de resguardarse en ellos en las horas de más calor y no solo para que puedan salir de casa; también, precisamente, para que quienes sufren los efectos del calor en sus propios domicilios, tengan un espacio al que acudir y en el que tomarse un respiro».
Para el presidente de Adenex, es necesario que la administración comience a trabajar en los refugios climáticos en Extremadura. «Porque ya no se trata solo de mejoras en favor del medioambiente, en el caso de potenciar el arbolado por ejemplo, sino de garantizar una vida saludable a los ciudadanos».
Barcelona, Bilbao, Málaga o Murcia son algunas de las ciudades que cuentan con una red de refugios climáticos o que están trabajando en ella. «Y sería positivo que en Extremadura se iniciara este camino, las olas de calor obligan a los ciudadanos a convivir con temperaturas extremas en muchos momentos del verano y es preciso dotar a los núcleos urbanos de espacios en los que poder guarecerse de ellas». Sin olvidar, insiste Jorge Vega, «la conveniencia de contar en los diferentes ayuntamientos de la región con una normativa que acelere la creación y mejora de jardines, parques y árboles, porque una ciudad más verde siempre va a ser una ciudad más fresca».
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