Toros, fútbol y cofradías
Feria y ascenso ·
Cáceres vive un fin de semana espectacular de toreros, futbolistas y cacharritos¡Tranquilos! El Cacereño ascenderá el domingo. Solo es necesario un pequeño detalle: antes del partido, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo ... del Humilladero debe volver a recorrer las bandas y los fondos del estadio Príncipe Felipe tocando marchas procesionales y El Redoble. Cuando en los prolegómenos del partido contra el Ávila, escuché y disfruté con el pasacalles o 'pasaestadio' de la banda del Espiri, entendí que el milagro no es que fuera posible, es que era seguro. Y lo fue.
En Cáceres, nada es perfecto, todo nos parece criticable y mejorable, también el juego del Cacereño, y aunque seamos una ciudad feliz, no por eso desconocemos nuestras imperfecciones y limitaciones. Pero hay un punto en el que la excelencia nos adorna y la perfección se hace consustancial con la ciudad: las procesiones. En lo tocante a desfiles, nazarenos, pasos, cofradías y bandas de música sacras, nadie nos tose y todo es excelso.
Por eso, cuando la simbiosis entre el Cacereño y el mundo cofrade se sustanció en el desfile de la banda de mi cofradía favorita, la del barrio donde habito, me tranquilicé y supe que gritaría dos veces gol, las dos veces imprescindibles para eliminar al Ávila y llegar al partido de mañana sábado, cuando, banda procesional mediante, subiremos a Primera RFEF.
Creerán que esto de mezclar las cofradías y el fútbol es una gracieta, una boutade, una ocurrencia de columnista ocioso y sin ideas, pero les aseguro que no, que es un tema muy serio. Tanto que la banda del Humilladero no tocó en el preludio del partido contra el Ávila pasodobles, música ligera y animosa ni himnos militares. La banda interpretó marchas sacras con fervor y El Redoble frente al palco presidencial, donde PSOE y PP coincidían animosos en las personas del alcalde y el subdelegado del Gobierno.
Si quieren emocionarse con la Banda del Humilladero de la popular parroquia y barrio del Espiri cacereño, pueden buscar su música en Spotify y en Apple Music o seguirla en Instagram. Para un cacereño, es la mejor manera de concentrarse como espectador ante el partido de los partidos, ante la más alta ocasión que se ha visto en el siglo XXI para que Cáceres entre en el Olimpo futbolero, donde ya está el Mérida (espero que por poco tiempo) y nos esperan grandes clubes de grandes ciudades, esos que mueven aficiones y dejan dinero en los desplazamientos. Porque el fútbol es una industria y ascender es como instalar en la ciudad una fábrica temporal de coches chinos.
Pero para que el milagro sea posible, la banda del Humilladero debe sacralizar el partido con sus marchas procesionales y popularizarlo con El Redoble. Solo así llegará el gol imprescindible en el último segundo. Preparemos las bufandas y las camisetas (nunca se habían visto tantos jóvenes con camisetas verdes por Cáceres), agitemos las cartulinas verdes y aplaudamos con esos globos gigantes que los aficionados de poca fe empezaron a estallar en el minuto 90 del partido contra el Ávila, sin creer en el prodigio que se hizo gol en el minuto 98.
Si el partido contra el Ávila lo tenía todo: emoción, intensidad, tensión, humillación en el partido de ida y necesidad de remontada mirífica, el del Estepona lo tiene todo multiplicado por mil: pasión, culminación, acoso y suspensión en el partido de ida, actividad estrella de la feria de San Fernando (antiguamente, los partidos del Cacereño se incluían en el programa de ferias, como si los hubiera programado la comisión y no la liga) y, por si faltaba poco, colocado entre dos corridas. Toros, feria, fútbol y procesiones… ¿Qué puede salir mal?
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