Un tío de la pareja del desaparecido en Garlitos ingresa en prisión por su muerte

Las pesquisas se iniciaron cuando los ahora detenidos comunicaron la desaparición de este vecino de Garlitos, que fue visto por última vez el 7 de enero de 2024.

Desde ese día se desconocía su paradero, pero la ausencia no fue comunicada a las Fuerzas de Seguridad hasta el 25 de enero, cuando ya habían transcurrido 18 días.

Fueron su pareja y el hombre que ahora han sido detenidos quienes lo denunciaron. Justificaron no haberlo dicho antes porque confiaban en que regresaría voluntariamente.

Sorprendió esa tardanza, pero entonces no existían indicios para actuar contra ellos, por lo que el caso casi cayó en el olvido con la esperanza de que, en cualquier momento, Juan Carlos Olaya reapareciera.

Pero todo cambió cuando el pasado 17 de noviembre fue encontrado un cuerpo a unos dos kilómetros del casco urbano de Siruela, una localidad pacense que apenas dista trece kilómetros de Garlitos, que tiene poco más de 500 habitantes. Ambas poblaciones están conectadas por las carreteras provinciales BA-136 y BA-128.

Lo encontró un cazador, en una zona que había sido rastreada tras la desaparición. Y desde el primer momento se sospechó que era el cuerpo de Juan Carlos, una hipótesis que fue confirmada por las pruebas de ADN.

Desde SM Abogados Penalistas, el despacho que lleva la acusación particular en representación de la familia del fallecido, se confirma que el estudio que realizaron los forenses determinó que el cuerpo había sido movido después de morir. «Tenía una posición forzada» que parecía apuntar a una «manipulación post mortem».

A esa hipótesis apuntaban también los síntomas de arrastre que presentaba la ropa del fallecido. «Las zapatillas estaban a 20 o 30 metros, ese era otro indicio».

Desde este despacho se explica también que a reforzar la hipótesis de que los dos detenidos tienen relación con esa muerte contribuyen las contradicciones en las que han incurrido en sus declaraciones.

En concreto, habla de que la pareja del fallecido dijo en un primer momento que habían perdido de vista a Juan Carlos cuando subió a una zona elevada para cazar conejos, «pero después habló de que se habían tirado piedras y de que el tío había cogido un palo, se había escuchado un golpe y se había producido un silencio aterrador. Esa es la versión que dio esta mujer cuando la investigación ya estaba avanzada».

Con estos elementos y otros que han sido aportados por la Guardia Civil al caso fueron detenidos el martes M. S.M., que tiene 55 años; y su sobrina A.C.S.S., de 36 años de edad.

El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) ha confirmado que los detenidos fueron conducidos el miércoles al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Herrera del Duque, donde se decretó que el varón fuese enviado a prisión por un presunto delito de homicidio, mientras que para la mujer se adoptó la medida de retirada de pasaporte y la obligación de comparecer semanalmente en el juzgados por un presunto delito de encubrimiento y omisión del deber de socorro.

«La verdad es que nos ha sorprendido, porque Juan Carlos llevaba con su pareja mucho tiempo y parecía que se llevaban bien. Sorprende, pero la gente se ha quedado más tranquila después de saber que el caso se ha resuelto», dijo este miércoles José Álvaro Rodríguez, que es alcalde en Garlitos.

«Desde luego el desenlace que ha tenido el caso no lo esperábamos de ninguna forma», añade el regidor, quien confía en que lo sucedido quede esclarecido totalmente y que el fallecido pueda ser por fin enterrado donde lo decida su familia.