«El siluro es una bomba de relojería ecológica»
«Toda actividad ligada a su pesca es ilegal, y si se captura accidentalmente, hay que matarlo», recuerda Pedro Brufao, profesor de Derecho de la UEx
«El siluro es una bomba de relojería ecológica. No sé cómo van a evolucionar nuestros ríos, pero en poco tiempo su riqueza ecológica va ... a desaparecer». Este es el pronóstico del catedrático de zoología de la Universidad de Córdoba Carlos Fernández Delgado, una de las voces más autorizadas sobre el siluro por su investigación sobre esta invasión silenciosa. Según su diagnóstico, la expansión imparable de este pez gigantesco y de aspecto jurásico es una de las mayores amenazas que sufre la fauna de las riberas españolas.
El zoólogo recuerda que su éxito a la hora de extenderse por los ríos está relacionado con «la inteligencia» que ha demostrado la especie. Son capaces de reconocerse y de organizarse en manadas para cazar con más éxito, explica Fernández, que añade otro factor: la acción humana, llevando crías allí donde no habitaba la especie, para poder pescarla en su pantano o río más habitual o cercano.
Desde Extremadura, Pedro Brufao explica que «de acuerdo con la normativa de especies invasoras, toda actividad ligada a su pesca es ilegal, y en toda España está prohibido capturarlo y devolverlo al agua, por lo que si se pesca accidentalmente, hay que sacrificarlo».
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«Se venden aparejos específicos para pescarlo»
«La pesca deportiva prohíbe 'ex profeso' los siluros, y pese a esto, se venden aparejos específicos para capturarlos», comenta el profesor de Derecho Administrativos de la UEx, que recuerda que hay legislación nacional y autonómica que regulan estas cuestiones. Él pone sobre la mesa otra realidad: la existencia de empresas que hacen dinero facilitando la pesca de siluros, con guías que cometen una ilegalidad al facilitar estas capturas.
«La administración debe vigilar la pesca de siluros y castigarla contundentemente», opina el presidente de la Federación Extremeña de pesca, que cree que «de haberse vigilado y multado más desde el principio, el problema seguiría existiendo pero no sería tan grande como ya es».
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