«Tengo silicosis desde los 36 y es la quinta vez que me hospitalizan en el último año»

Ha trabajado durante dos décadas en la elaboración de granito en una cantera de Quintana de la Serena y padece fatigas, infecciones respiratorias y fiebre. «Tu vida se limita mucho», lamenta Diego, que dejó de trabajar en la cantera en el año 2010.

«La enfermedad es dura. Voy a Madrid cada seis meses a revisión y desde el SES ya han comunicado mi caso al unidad de pretrasplantes del Hospital 12 de Octubre para que valoren si algún día necesito un trasplante de pulmón», detalla Diego, que tiene dos hijos y ninguno de ellos trabaja en las canteras. «Mucho mejor ni acercarse a ellas», añade.

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Es el presidente de la Asociación de Afectados de Silicosis de Quintana de la Serena y reivindica más protecciones individuales y colectivas en las canteras para evitar que la enfermedad continúe creciendo. «Aunque hay menos gente trabajando en el sector desde la crisis económica que se inició en 2008, siguen quedando una veintena de canteras en la zona», afirma.

«Ahora mismo se están usando mascarillas homologadas, pero en una reunión que tuvimos con el Instituto Nacional de Silicosis nos detalló que para que tuvieran un porcentaje de efectividad de entre un 30% y un 50% el usuario debe afeitarse y cambiar la mascarilla todos los días, algo que no siempre sucede», lamenta. A eso, añade, se deberían poner en marcha medidas para evitar el excesivo polvo, como extractores o riego continuo.