«Esta semana he cogido menos el móvil y ayer casi nada»
Alumnos extremeños explican cómo han afrontado la EBAU que comienza hoy en un ambiente lleno de nervios
Llamada por nombre y apellidos, carné de identidad en la puerta e instrucciones amables pero firmes y repitiéndose para cada tanda de alumnos que iba ... pasando al aula. Mochilas en una esquina de la sala, todos los móviles apagados, se permite botella de agua y se recuerda que no hace falta calculadora porque el examen -el primero de la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad)- es de Lengua y Literatura. Esto ocurría esta mañana a las nueve en la Facultad de Económicas de la Universidad de Extremadura. Apenas unos minutos antes, los estudiantes se arremolinaban en grupos y la tensión se podía palpar entre murmullos de cientos de jóvenes nacidos en su mayoría en 2004.
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Así ha sido el examen de Lengua y Literatura, el primero de la EBAU
Roxana Gálvez Casado tiene 18 años y estudiaba hasta hace unos días en el colegio salesiano Ramón Izquierdo de Badajoz. Se había despertado a las 6.30 de la mañana para acudir caminando al campus, junto a su amiga Sofía.
Quiere estudiar Biotecnología, y como parte de su preparación, esta semana ha cogido «el móvil menos de lo normal para concentrarme mejor», decía con desparpajo en un ambiente en el que la mayoría rehuía entrevistas antes de lo que iba a ser el examen de su vida preuniversitaria.
Carmen Zafra llegó de Alconchel
De entre su grupo de compañeros, fue Carmen Zafra Gómez quien dio el paso adelante para compartir sus impresiones. Tiene 17 años, pertenece al Instituto Francisco Vera de Alconchel y por eso se levantó un poco antes, a las seis. «Vivo a cuarenta minutos, por eso me he despertado antes y me ha traído mi padre», indicaba antes de examinarse de Lengua y Literatura. Esta estudiante trae una nota media de nueve sobre diez y no le asustaba la serie de exámenes que iba a afrontar y que durarán tres días, hasta el jueves por la tarde.
Según decía, «esta última semana he cogido el móvil menos, y ayer casi nada, solo para hablar lo necesario y saber qué se me podía olvidar. Algunas amigas me han recomendado que traiga algo de comida y por eso llevo un zumo y unas galletas en la mochila. Por lo demás, solo llevo los apuntes y agua», revelaba esta joven que quiere estudiar Derecho. «En principio la idea es hacerlo en Cáceres, pero si me tengo que ir a otro sitio tampoco me importa». Antes de entrar comentaba que le apetece dejar atrás la etapa del instituto. «Pero sobre todo, tengo ganas de acabar con estos días que llevo de estudio, que se acerca el verano y ya está bien».
Álvaro Martínez, con dos bocatas
También en Badajoz, esperando en silencio y con un casco en la mano se encontraba Álvaro Martínez, de 18 años y procedente del colegio pacense El Tomillar. A las 6.15 se ha levantado él este martes y luego lo ha traído un amigo en moto. En su mochila, dos bocadillos para después pues no tiene previsto regresar a casa tras el segundo examen, el de inglés, puesto que esta tarde se retoman las pruebas a las cuatro.
«Al principio de la semana pasada estudié muy tranquilo, unas dos horas por la mañana y dos por la tarde, pero ya desde el viernes prácticamente he pasado estudiando todo el día y solo paraba para comer y para echar la siesta. Lo que peor llevo es el inglés y lo que mejor Historia», contaba esta mañana unos minutos antes de ser llamado para pasar al aula y comenzar la EBAU.
A las seis de la mañana para repasar
En Cáceres también Cecilia Villa se ha levantado muy temprano. «A la seis de la mañana para repasar», contaba esta joven de la localidad de Guadalupe que, para que no surgiera ningún imprevisto, se ha quedado dormir en la capital cacereña la noche antes de empezar la EBAU. Quiere hacer Veterinaria, una de las carreras en las que piden una de las notas de corte más altas.
«Tengo un 8,5 sobre diez de media en Bachillerato, así que lo voy a intentar», comentaba Celia desde la Facultad de Filosofía y Letras minutos antes de enfrentarse al examen de Lengua y Literatura. Lo ha hecho con mascarilla y ha sido una de las pocas que han utilizado esta protección contra la covid. «Nos dijeron que era recomendable, así que me la he puesto. Así apruebo y luego a pasar un buen verano».
De cumpleaños y haciendo la EBAU
Quien también espera tener unas buenas vacaciones tras realizar los exámenes de la EBAU es Esther González, del municipio de Arroyo Molinos. Quiere hacer Administración y Dirección de Empresas (ADE) y esta mañana era un manojo de nervios. «Estoy casi temblando», decía minutos antes de entrar al primer examen y en el día que estrenaba su mayoría de edad.
«Estoy como si no fuera mi cumpleaños, ahora solo estoy centrada en el examen», decía mientras le cantaban '¡Cumpleaños Feliz!' todos los jóvenes que estaban en los pasillos esperando a empezar la prueba.
Buenas sensaciones tras el primer examen
Tras hacer el primer examen, los jóvenes salieron con buenas sensaciones. «Pensaba que estaba menos preparado, pero creo que me ha salido bastante bien», comentaba Nicolás Ramajo, de 18 años y estudiante del instituto Al Qázeres.
Quiere hacer Bellas Artes y espera conseguir la suficiente nota. Él estaba bastante tranquilo, a diferencia de otros jóvenes a los que en esta mañana se les ha podido ver incluso con amuletos y estampitas. Era el caso de Alba Miguel, una joven de 17 años, que espera alcanzar la suficiente calificación para cursar Derecho y Criminología.
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