Gente que interesa
Literatura. ·
Escritor en Zafra, publica 'Hogar Fútbol', historias de futbolistas perseguidos y exiliadosGabino Sánchez Llamazares (Fuente del Maestre, 1981) acaba de publicar «Hogar fútbol» en la editorial extremeña La Moderna. Aunque no sea un libro estrictamente futbolístico, ... leyéndolo descubrimos por qué solo en España llamamos míster al entrenador, por qué el Real Madrid es el equipo vikingo o por qué los postes de las porterías son redondos. También se relata la vida del portero Ricardo Zamora, condecorado y rechazado por los republicanos y por los nacionales, que llegaron a utilizarlo para contrarrestar el fusilamiento de Lorca anunciando que a Zamora lo habían matado los rojos y celebrando una misa funeral en su honor en Valladolid.
Gabino Sánchez se graduó en Empresariales y Administración de Empresas, fue director de la oficina de Bancasur en Almendralejo y a los 34 años dejó la banca tras un Erte. Era un 30 de abril y dos meses después aprobaba las oposiciones de profesor de Economía de Secundaria. Ejerce en el IES El Pomar de Jerez de los Caballeros.
Crítica literaria
El lado amargo de una pasión
–¿La literatura?
–A los 17 años, compraba con otros compañeros del IES de Fuente del Maestre unas recopilaciones de versos de Neruda, Machado, Cernuda, etcétera. Leía y escribía, sobre todo poesía, desde finales de los 90. Tras una conversación con mi abuelo Gabino, anoté una historia que me comentó y de ahí nació mi primera novela, «¿Olvidarás mi nombre?», que fue finalista de un premio literario en Galicia, fue editada por la editorial Tandaia de Santiago de Compostela y ha llegado a la tercera edición. La escribí en silencio. Fue una sorpresa para casi todo el mundo. Nadie sabía que escribía, ni mi madre. Era el año 2015, me acababan de nombrar director de la oficina bancaria, nació mi niña mayor, Adriana, y planté un naranjo en Carbajo, el pueblo de mi mujer. Después llegaron el Erte, las oposiciones, Claudia, mi otra hija, y hasta 2022 no publiqué un poemario con Letras Cascabeleras: «Todavía las palabras».
–¿Hogar Fútbol?
–He tenido mucha relación con el mundo de la cooperación, ONGs, Amnistía Internacional. He estado en Nicaragua, en México, en Ecuador… Siempre acaban nombrándome tesorero. Veía a muchas personas xenófobas, racistas y eso en el fútbol se representa más. Realmente escribí el libro para poner frente al espejo a esas personas que discriminan a unos seres humanos, pero idolatran a otros que están en las mismas condiciones solo porque juega en su equipo.
–¿Un libro de fútbol?
–No. Es un libro de historias personales, de derechos humanos, una crónica de conflictos de los últimos 120 años. «Hogar Fútbol» no se podía publicar en cualquier editorial, tenía que ser una editorial con alma, compromiso y calidad. Hablé con David Matías, editor de La Moderna, le conté lo que estaba escribiendo, se interesó y le fui mandando textos. El primero fue la historia de Modric y de cómo soldados serbios mataron a su abuelo pastor. Presenté 40 biografías de futbolistas y seleccionamos 15. Va por la segunda edición.
–Son historias emocionantes.
–Por ejemplo la de Justin Fashanu, único futbolista en activo de una gran liga, la Premier, que se ha atrevido a declararse homosexual. Acabó suicidándose. Cuento también los casos de varias jugadoras simbólicas como las afganas Khalia Popal y Nadia Nadim o la islandesa Sara Björk, que luchó para que se reconociera el derecho de las futbolistas a quedar embarazadas y cobrar su ficha. Por no hablar de Fatim Jawara, portera de la selección de Gambia, muerta al intentar llegar a Lampedusa en una patera, o de los hermanos Iñaki y Nico Williams, cuyos padres cruzaron el desierto y entraron en España saltando la valla de Melilla.
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