Las residencias universitarias de Extremadura se blindan contra la violencia sexual
Un protocolo pone en alerta a todos los trabajadores de estos centros para detectar y agilizar las denuncias cuando se produzcan casos de acoso o agresión contra las mujeres
Las residencias universitarias públicas de Extremadura cuentan desde este martes con un protocolo de actuación contra la violencia sexual. El documento, elaborado conjuntamente por la Consejería de Igualdad y el Instituto de la Mujer con la colaboración de la Dirección General de Política Universitaria y las dos diputaciones, servirá para detectar y agilizar las denuncias cuando se produzcan casos de acoso o agresión sexual a alguna mujer en las residencias universitarias.
El objetivo es que sirva de freno, pero su principal virtud es que pone en alerta a todos los trabajadores de estos centros para que sepan cómo actuar en caso de que detecten algún caso de violencia sexual o alguna residente les confiese que ha sido víctima de acoso o agresión.
El protocolo lo ha presentado este martes la Consejera de Igualdad, Isabel Gil Rosiña, acompañada del presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, en la residencia Hernán Cortés, que gestiona la institución provincial.
A él se han adherido las residencias públicas de la región que sostienen la Junta y las dos Diputaciones: la Juan XXIII y Hernán Cortés en Badajoz; Diego Muñoz Torrero y Mario Roso de Luna en Cáceres y la residencia del Complejo Educativo de Plasencia.
Crecen un 82% las denuncias en el último año
Detrás de esta iniciativa está la constatación del aumento de los casos de violencia sexual contra las mujeres en edades muy tempranas. Sobre esto, Gil Rosiña hizo alusión directa al reciente balance de la criminalidad que el Ministerio del Interior hizo público el pasado día 2, que apunta a que las denuncias por delitos sexuales en Extremadura han aumentado un 82% en el último año.
«Esta es una realidad que no solo tenemos que valorar, sino sobre la que tenemos que actuar», afirmó Gil Rosiña, quien enmarcó este protocolo en ese objetivo. «Cuando se produce una violación se tarda más de un año y medio o dos en denunciarlo. El hecho de que exista un protocolo de estas características capacita al personal que aquí trabaja y pone las alarmas en la detección», destacó la consejera.
Con esta nueva herramienta, añadió, «cuando una mujer se sienta agredida en cualquiera de las residencias universitarias puede acudir a cualquier trabajador, da igual que sea el vigilante, el conserje o la persona de limpieza. Lo fundamental del protocolo es que activa a todas las residencias universitarias con la red de atención a las mujeres víctimas de violencia en Extremadura y, por tanto, se agiliza el proceso para atender cuanto antes a una mujer y reparar un daño que, en muchos casos, sabemos que es irreparable».
El presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, destacó que se les dé estas herramientas a las residencias universitarias que, dijo, son centros muy sensibles dado que en ellas conviven jóvenes que pasan de la adolescencia a la juventud durante las 24 horas del día. «Ningún lugar está exento de que ocurran casos de violencia machista, pero las residencias universitarias concentran a jóvenes que empiezan a tener contacto sexual y con el alcohol y es una gran noticia que haya un protocolo de actuación de este tipo».