Los precios de los materiales obligan a la construcción a parar

En noviembre del año pasado, los cálculos que hacía la patronal era que el incremento de costes era algo superior al 22%, según un estudio realizado por la CEC (Confederación Extremeña de la Construcción). Es decir, el incremento de los gastos previstos por las empresas directamente relacionados con la ejecución de los trabajos ha crecido otros 20 puntos en apenas cinco meses.

La inflación en el sector se viene comprobando desde finales del verano. Ya en el último trimestre del año pasado las empresas advertían que había proyectos que no se iban a poder ejecutar ante el aumento de los costes provocado por la escasez de materiales. La crisis de suministro tras la paralización de la actividad empresarial a nivel mundial durante los primeros meses de la pandemia se unió a un aumento de la demanda por parte de las constructoras. Los precios se dispararon.

Ahora, la invasión rusa de Ucrania ha provocado que la situación de encarecimiento de los materiales se prolongue más de lo previsto. «No solo aumento de precios, también desabastecimiento; por ejemplo, tenemos una empresa que compró acero en Ucrania y, evidentemente, no lo ha recibido», ejemplifica Joaquín Sánchez, secretario general de la CEC, que espera que el ritmo de subida de precios se detenga en los próximos meses.

Las consecuencias de esta situación se pueden ver en un buen número de obras repartidas por toda Extremadura. «Claro que hay muchas que están paradas», afirma el gerente de Pymecon.

Promociones de viviendas o depuradoras están entre ellas. El nuevo colegio proyectado en el barrio de San Miguel de Plasencia que no ha empezado a levantarse es un ejemplo concreto.

Es una situación más habitual entre los proyectos públicos que no han arrancado o están en fases muy iniciales. En ello influyen las medidas administrativas que se han tomado para facilitar la revisión de los precios de las licitaciones. «Las empresas están esperando para ver cómo pueden acogerse a esa posibilidad y al mismo tiempo están estudiando las cuantías que se pueden revisar», expone el secretario general de la CEC.

El Gobierno extremeño aprobó, a principios de marzo, la aplicación en la región de las medidas excepcionales en materia de revisión de precios en los contratos públicos. Sin embargo, las empresas todavía tienen ciertas dudas acerca de cómo les puede afectar.

Eso está provocando que haya obras a las que les está costando arrancar y ya hay constructores en la región que reconocen que están realizando simulaciones de precios para presentar las reclamaciones lo antes posible.

Por el momento, desde la patronal reclaman que se incluya la posibilidad de revisar los precios de la energía –algo que no se contempla en el real decreto que salió del Consejo de Ministros y que ya se aplica en Extremadura– y que la normativa se adapte un encarecimiento que no deja de producirse.

Pese a aspectos puntuales, desde la patronal consideran una buena noticia la posibilidad que se abre a la revisión de precios, ya que entienden que es la única forma de poder acometer los proyectos. «Puede haber un 90% de las obras públicas en riesgo de ejecución», calcula Sánchez.

Por otro lado, la administración está actualizando el índice de precios de los materiales de construcción que publica mensualmente el INE. Hasta hace unas semanas llevaba cerca de un año de retraso y ahora el último elaborado es el de junio de 2021. «Están siendo bastante ágiles en este aspecto», reconoce el secretario general de la CEC, que espera que la paralización de los proyectos públicos sea solo un paréntesis de un par de meses.

Más allá de obras que no empiezan, el encarecimiento de los materiales de la construcción está conllevando retrasos en muchas otras. Algunas debido a que se han visto obligadas a parar y otras porque están avanzando más lento de lo previsto. Es algo que se está produciendo tanto en los proyectos públicos como en los privados. Dos casos son el centro de Amazon en Badajoz, que pospone su apertura hasta el inicio de 2023 debido a que los problemas con los suministros están impidiendo que avance la obra al ritmo previsto, y el centro de menores de Valcorchero en Plasencia adjudicado a Araplasa.

Ya iniciadas, pero totalmente detenidas están otras, por ejemplo la Escuela de Idiomas de Navalmoral de la Mata desde hace varias semanas, tal y como informa Miguel Ángel Marcos, o la plaza de Guadalupe de Don Benito, que fue adjudicada por un importe de 1,1 millones de euros a la empresa Joca, que ha presentado un informe alegando que el diferencial entre el importe de licitación y los precios actuales de mercado es de un 67%, según informa Estrella Domeque.

Los proyectos públicos están tratando de revisar los precios de las licitaciones, pero más difícil lo tienen las obras privadas. Las empresas intentan renegociar los contratos para no tener pérdidas con los trabajos que ya tienen firmados.

Las promociones de viviendas, que hay paradas en varios puntos de la región, se puede ver muy perjudicadas, ya que habrá inmuebles que estén vendidos con anterioridad y los costes van a ser mucho mayores de los previstos. Esa posibilidad hace que las constructoras ni siquiera se atreven a dar presupuestos a sus clientes, porque las variaciones en los precios de los materiales son constantes e imposibilitan que puedan asumir los compromisos

Otra derivada del incremento del precio de los materiales ocasionado por la guerra en Ucrania es que hay licitaciones públicas a las que no concurre ninguna empresa. El nuevo centro logístico del Infoex en Cáceres, con una partida de 2,4 millones de euros, es un ejemplo. Al igual que ha sucedido con una pista multideportiva en Trujillo, que ha salido a licitación tres veces, ha incrementado su presupuesto en casi un 25% y ninguna empresa ha querido hacer la obra, según informa Javier Sánchez.