El pequeño y curioso museo de las aves disecadas

Está en Villarreal de san Carlos, pedanía de Serradilla y única población incluida en el perímetro de 14.000 hectáreas del parque nacional de Monfragüe, ya que el resto de localidades se ubica en la denominada área de influjo socioeconómico, también llamada más comúnmente preparque. En este municipio con doce vecinos censados y menos que duerman en él a diario durante todo el año se ubica esta suerte de museo de la taxidermia, que es el arte de disecar a los animales de tal forma que parezca que están vivos.

Aunque en este caso habría que personalizar, porque todas las piezas son obra de Eustaquio Redondo. Durante años, él reconstruyó y custodió 160 animales, y una selección de ellos es lo que se muestra en el Centro, que abre a diario de 9.30 a 14.30 y de 17.30 a 19.30, aunque no está de más confirmar horarios y fechas de apertura llamando por teléfono al centro de información del parque nacional (927 179 1 34).

Esos animales naturalizados que se pueden ver en Villarreal de san Carlos le convierten en un lugar único en la región. Porque no es fácil encontrar en Extremadura un espacio que reúna una colección similar. El trabajo de Redondo ha sido apreciable, y quizás esto ayuda a explicar por qué es uno de los sitios mejor valorados por las familias que visitan el parque nacional, el espacio con mayor protección medioambiental de la comunidad autónoma.

Como nunca llueve a gusto de todos, hay quien defiende que exponer animales muertos es una indecencia que no debería permitirse. Otros defienden su carácter pedagógico, como la mejor forma de ver de cerca a especies que habitualmente solo se pueden apreciar con ese nivel de detalle en fotos.

Todos los ejemplares que se muestran en el Centro fueron rescatados en su día por agentes del Medio Natural de la Junta de Extremadura o por personal del parque nacional. Se les recoge para investigar las causas de sus muertes, muchas de ellas debidas a electrocuciones en tendidos eléctricos, atropellos, envenenamientos o caza ilegal.

Todo esto lo explica la grabación que acompaña la visita al Centro, en la que se reproducen los distintos ecosistemas donde se encuentran estas especies: la dehesa, el medio acuático o los roquedos, entre otros. Cada animal aparece no en una vitrina aislado como si fuera una pieza de museo, sino rodeado del paisaje en el que vive. A lo largo del recorrido también se hace de noche. Las luces se apagan y se escuchan los sonidos nocturnos de Monfragüe y brillan como luces algunos ojos animales que parecen vivos.