Las muertes en accidentes laborales en Extremadura bajan un 16% en el primer trimestre

Tras el peor año en dos décadas, con varios fallecidos en caídas en altura, trabajadores muertos en siniestros viales durante su jornada e incluso una explosión mortal en una cantera de granito, Extremadura registra una reducción de la siniestralidad laboral durante el primer trimestre de 2025, con una disminución del 7,4%, según los últimos datos facilitados por la Junta. En total se registraron 5.280 accidentes de trabajo, 422 menos que en el mismo periodo de 2024, con una bajada del 16% en el caso de los siniestros mortales, indica la misma fuente.

Sin embargo, en lo que llevamos de año se han producido varios percances muy graves, con seis muertes. Las últimas han tenido lugar en Guareña, donde perdió la vida un trabajador de la basura a punto de jubilarse; cerca de Riolobos, con un hombre de 47 años precipitado con la máquina de bombeo de hormigón que manejaba a un canal; la pérdida de Vicente Campano tras quedar atrapado en una estructura metálica en el polígono de Badajoz o el siniestro ocurrido en una finca de Valencia del Ventoso, donde pereció un tractorista de 65 años.

En el primer trimestre, los percances laborales seguidos de una baja disminuyeron un 6,40%, mientras que los que no requirieron faltar al trabajo se redujeron un 9,35%.

Respecto a las variaciones en el número de bajas en función del grado de las lesiones sufridas, los accidentes leves disminuyeron en el primer trimestre un 4,9%, los graves un 34,5%, y los muy graves un 50%

La Junta destaca el refuerzo que están llevando a cabo en los mecanismos de prevención de riesgos laborales, con «reformas en los CESSLAS -inversión en mejorar las instalaciones-, capacitación y ayuda a empresas, actuaciones en prevención de riesgos laborales, incremento de personal y recursos».

Indica la Junta que se ha renovado y potenciado la especialización de los técnicos de prevención con varios cursos en materias de alta siniestralidad como ATEX (atmósferas explosivas), riesgo eléctrico y enfermedades profesionales.

El Gobierno regional señala que ha incrementado la partida económica de las ayudas a las empresas en materia de prevención, «pasando de los 140.000 euros iniciales a cerca de 900.000 euros, divididos en varias líneas de subvención». Sostiene que se ha duplicado su dotación económica y se han ampliado los límites máximos de «las ayudas percibidas, introduciendo actuaciones preventivas novedosas».

Se han creado tres nuevas líneas de ayudas a las empresas, incluyendo ayudas para la adaptación de puestos de trabajo, la retirada de cubiertas de amianto, la dotación de líneas de vida permanente y el impulso de la formación preventiva de los trabajadores de las Pymes a través de las asociaciones empresariales y sindicales.

Desde la Dirección General de Trabajo se ha activado la actuación coordinada de los técnicos de seguridad directamente dependientes de ella, los CESSLAS y la Inspección de Trabajo en varias campañas a sectores prioritarios de la región. Para este año 2025, la Inspección de Trabajo ha planificado desarrollar 4.492 inspecciones.

La región dispone de una plantilla de 15 técnicos de prevención de los CESSLAS, así como una plantilla reforzada en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social con 18 subinspectores de seguridad y salud laboral. Además de 7 nuevos inspectores de trabajo, para renovar la plantilla, ascendiendo a un total de 22 inspectores en la región.

La Junta sostiene que el Gobierno de María Guardiola se encontró con una situación precaria en la Inspección provincial de Badajoz. La directora general de Trabajo, Pilar Bueno, detalla que únicamente había cuatro inspectores, «de los cuales solo tres se dedicaban a la seguridad y salud en el trabajo«.

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