El mejor ingeniero agrónomo es de Ribera del Fresno
Fernando Sánchez, que estudió un doble grado y hace un doble máster, recibe el primer premio de la Sociedad Española de Excelencia Académica por su expediente en el último curso
Su vida está unida últimamente a Córdoba porque es la ciudad a la que se ha vinculado para formarse. Sin embargo, su sitio ideal para ... trabajar no se ha despegado de Extremadura. A sus 23 años, se supone que a Fernando Sánchez Suárez, hijo y hermano de agricultores de Ribera del Fresno (3.250 habitantes, comarca de Tierra de Barros), no le debería faltar trabajo y de calidad en la región. Su expediente académico es muy brillante y el último empujón que puede allanarle su desempeño laboral lo coloca en el número uno del ranking nacional en su modalidad.
La Sociedad Española De Excelencia Académica (Sedea) tiene sede en la muy renombrada, desde el ámbito educativo, Salamanca y acaba de elegirlo como el expediente más brillante del último curso, el 2020-2021. Un premio, en forma de certificado, sin incentivos económicos añadidos, para un joven que nació en Mérida el 18 de julio de 1998, tiene dos hermanos más pequeños y siempre ha pisado centros públicos: el instituto de enseñanza secundaria 'Valdemedel' de Ribera; el de Bachillerato 'Meléndez Valdés', de Villafranca de los Barros, y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad cordobesa.
«Me presenté a los premios de Sedea sin saber que iba a ser elegido el número uno del ranking nacional del pasado curso. Ha sido una tremenda alegría», se lanza a señalar, con indisimulada timidez un chico que ya acumula un bagaje académico sobresaliente salteado con prácticas y algunos trabajos temporales que le han introducido fugazmente en la dinámica laboral.
El ribereño ha sido seleccionado el primero por Sedea tras una selección final de veinte estudiantes. Antes, se ha realizado una criba importante de aspirantes.
Selección nacional
La Sedea es una entidad de ámbito nacional cuya «misión principal es identificar y acreditar a los mejores graduados del país, poniéndolos en valor y contribuyendo desde múltiples enfoques a su éxito laboral». Cada curso, rastrea y selecciona a los mejores graduados en diferentes especialidades.
Tras evaluar objetivamente su expediente del grado, con la colaboración de un comité de catedráticos y expertos en cada área de conocimiento se le analiza su participación en proyectos de investigación más desarrollo y su formación más allá del grado.
«Creo que aún es el momento de seguir formándome porque hay aspectos que me gustaría profundizar en ellos pero no descarto en absoluto poder empezar a trabajar con cierta regularidad», sentencia a este periódico desde Córdoba.. Los fines de semana suele volver a Ribera del Fresno.
Fernando Sánchez estudió el doble grado de Agrónomo y Enología –en realidad, Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural–. Sacó una nota media de 9,44 sobre un tope de 10. Antes, en Selectividad, su media fue de 12,728 sobre un máximo de 14.
Ahora está haciendo un doble máster de Ingeniería Agronómica y Digitalización del Sector Agroalimentario Forestal, igualmente en Córdoba. «Estudié aquí porque podía compatibilizar el doble grado que elegía, algo que no podía hacerlo en la Universidad de Extremadura y, también hay que reconocerlo, porque la escuela técnica de Córdoba está muy bien situada en los puestos nacionales como mejores centros universitarios en mi especialidad», agrega.
Deseos
Entre libros y ordenadores, ha estado tres veranos haciendo prácticas, entre ellos, en la Denominación de Origen 'Ribera del Guadiana'. Y entre abril y el pasado octubre ha trabajado en una empresa radicada en Madrid aunque con implantación en varias ciudades españolas, Gestión Integral de Viticultura, relativa a asesoramiento vitivinícola. Todo lo relacionado con la enología le encanta. Participó en un proyecto de viticultura de I+D con una beca de la Politécnica de Madrid.
«Quiero trabajar en Extremadura», asevera Fernando. Le gustaría hacerlo en empresas o bodegas en las que tu trabajo puede aportar un valor añadido para elaborar, por ejemplo, un vino de calidad o un producto más elaborado«. Su padre y su hermano tienen 50 hectáreas de viñedo, en parte es de regadío, y unas 20 de olivar, de secano. Un entorno familiar que puede explicar la dedicación de un agrónomo número uno en España que es extremeño.
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