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Marruecos exige pruebas

El primer ministro denuncia una campaña de difamación internacional

JAVIER FERNÁNDEZ ARRIBAS

Lunes, 6 de julio 2020, 08:50

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El primer ministro marroquí, Saad Eddine El Othmani, exige con firmeza a Amnistía Internacional que demuestre sus acusaciones de que Rabat usó un programa de espionaje israelí para pinchar el móvil del periodista Omar Radi. Hasta ahora, las evidencias aportadas por una organización prestigiosa hace años pero que ha ido diluyendo su crédito internacional por ciertas actuaciones partidistas y sectarias, no han convencido a nadie. Las acusaciones vinculaban a NSO, una empresa de seguridad de Israel, como proveedor de un software, Pegasus, capaz de insertar programas de espionaje en los móviles. Se trata de encender la cámara y el micrófono del dispositivo y poder acceder a los datos. La obtención de los datos del teléfono del periodista es algo tan inaceptable que coloca el prestigio y la credibilidad de Marruecos en entredicho. En estos días, asistimos en España al proceloso caso de la tarjeta del móvil de Dina Bousselham, asesora de Pablo Iglesias. Curiosamente, el juez García Castellón ha dado un giro completo al caso por las evidencias obtenidas y ahora se trata del caso Iglesias.

Por supuesto, no se puede comparar al líder de Podemos con el periodista marroquí pero lo que tienen este tipo de conspiraciones es que se pueden volver en contra. El primer ministro marroquí denuncia una campaña de difamación internacional por parte de una organización a la que acusa de no tener nada que ver con los derechos humanos. Duras palabras en el comunicado oficial para Amnistía Internacional que hace décadas adquirió respeto por su defensa de los derechos humanos en diferentes dictaduras en el mundo. Ahora se ve comprometida en un caso en el que no ha aportado las pruebas que anteriormente sí se preocupaba de obtener antes de lanzar acusaciones tan graves. Marruecos es un país con una clara vocación democrática durante el reinado de Mohamed VI que ha ido consolidando con reformas constitucionales que restaban poder al monarca. Nuestro vecino del sur todavía tiene camino que recorrer para lograr una democracia total, como también lo tenemos que recorrer en España donde hay numerosas circunstancias que perjudican notablemente la credibilidad democrática. La investigación marroquí al periodista Omar Radi por sospecha de violación de la seguridad del Estado, debido a sus vínculos con un oficial de enlace de un país extranjero, debe respetar en todo caso las leyes y las garantías del investigado, que califica como ridículas las acusaciones de haber recibido dinero para actividades de inteligencia. El problema en Marruecos y en otros muchos casos es que el daño está hecho sin las pruebas imprescindibles.

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