Un libro recopila las huellas de la memoria histórica en Extremadura

mérida. La Diputación de Badajoz ha reunido en un libro el contenido de la exposición 'Tras las huellas de la memoria histórica en Extremadura (1936/2019)', coordinado por el historiador Ángel Olmedo y por el abogado José Manuel Corbacho.

La publicación recoge así los cuatro bloques en los que se estructuraba la muestra, el primero de ellos dedicado al Golpe de Estado contra la II República, a la matanza de Badajoz, al periodista portugués Mario Neves y a las crónicas que este escribió en el Diario de Lisboa sobre la sangrienta represión que vivió la capital pacense en agosto de 1936.

El segundo bloque analiza distintas cuestiones relacionadas con la dictadura del general Franco; el tercero, con el inicio del asociacionismo para la recuperación de la Memoria Histórica y la exhumación de las primeras fosas; y el cuarto, con los testimonios de las familias de los asesinados y con la pervivencia de la memoria en los restos materiales.

Tanto la exposición como el libro terminan con un apartado en el que se pone de manifiesto la pervivencia del franquismo, tras décadas de democracia, y con las críticas de la ONU a España por mantener «un patrón de impunidad» sobre las desapariciones «basado en una serie de factores contrarios a las obligaciones internacionales».

Este organismo vuelve a «tirar de las orejas al Gobierno español por seguir ignorando las recomendaciones que le hizo el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias cuando visitó España en 2013», según señala en la publicación José Manuel Corbacho, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX).

En declaraciones a Efe, Ángel Olmedo explicó que mientras se conoce la cifra de personas que murieron en Extremadura por la represión republicana, que se sitúa en torno a las 1.600 víctimas, porque el régimen de Franco se encargó de investigarlo, se han podido documentar hasta el momento que unas 13.400 personas fallecieron en la región como consecuencia de la represión franquista.

«Esta cifra sigue creciendo a medida que avanza la investigación y seguramente sea muy superior a esta cantidad, porque muchas de estas muertes no están inscritas en los registros civiles», explicó Olmedo.