La Junta de Extremadura pone Valencia como ejemplo de la necesidad de contar con redes de alerta temprana ante inundaciones
La ampliación de la Red Spida adapta la dotación de puntos de control a la actualización del plan Inuncaex
Las riadas que tuvieron lugar en la región a finales de la pasada primavera pusieron en evidencia la importancia de la red de puntos de medida para evitar inundaciones en Extremadura. El sistema de predicción (llamado Spida por el acrónimo que forma) se mostró como un instrumento útil y fiable. Pero si hay un precedente aún más importante es la riada sufrida en la Comunidad Valenciana por la dana de octubre de 2024.
Según recoge el contrato convocado por la Junta de Extremadura, «el 29 de octubre de 2024 se desencadenó el evento natural más trágico en la historia reciente de nuestro país: las inundaciones producidas en la Comunidad Valencia como consecuencia de precipitaciones localmente torrenciales y persistentes, originadas por una depresión aislada en niveles altos». Como recuerda, estas crecidas causaron 224 víctimas mortales y tres personas desaparecidas que no han sido todavía encontradas. Además, recalca que este fenómeno extremo produjo daños materiales por valor de 138 millones de euros.
Para la Junta, la tragedia ocurrida en la Comunidad Valenciana muestra la necesidad de establecer redes de alerta temprana frente al riesgo de inundación, así como mejorar los equipos ya existentes. Como indica, las precipitaciones en Extremadura siguen un patrón muy parecido al del clima mediterráneo (máximos en otoño e invierno) con una media de unos 600 litros anuales por metro cuadrado. Junto a esto, «los carruseles de borrascas atlánticas o las ciclogénesis explosivas pueden originar inundaciones importantes en territorio extremeño, como la riada de Badajoz de 1997», añade.
Por todo ello, considera oportuno ampliar la red de alerta Spida en catorce nuevas estaciones, para lo que se ha tenido en cuenta la actualización del plan de actuación ante inundaciones (Inuncaex). Este documento ha elevado de once a veinte el número de localidades en riesgo alto de sufrir crecidas en la región.
Siguen en esa categoría Cáceres, Mérida, Plasencia, Villanueva de la Serena, Navalmoral de la Mata, Montijo, Aldeanueva del Camino, Baños de Montemayor, Cabezuela del Valle, Navaconcejo y Puebla de la Calzada. Y se incorporan a esa relación Mohedas de Granadilla, Calamonte, Nuñomoral, Caminomorisco, Cerezo, Medellín, Valverde de la Vera, Zarza de Granadilla y Coria.
Esta última localidad antes estaba en riesgo extremo, una categoría en la que en el nuevo plan sólo figura Badajoz.
