Jarilla vuelve a tener bar: «El pueblo está eufórico»
Marta Sanmartín ha dejado su vida en Salamanca para iniciar una nueva etapa en esta localidad cacereña que la ha recibido con los brazos abiertos
Ana B. Hernández
Domingo, 10 de agosto 2025, 07:45
Jarilla ha disfrutado como no pensaba que podía hacerlo en sus fiestas del emigrante gracias a Marta Sanmartín Hernández, la mujer que ... ha vuelto a abrir el único bar que hay en este pueblo de poco más de 140 habitantes en el norte cacereño, perteneciente a la comarca de Trasierra-Tierras de Granadilla.
El bar reabrió sus puertas, tras cuatro meses clausuradas, el 7 de agosto, el día en el que comenzaban los festejos en honor a los que una vez, en busca de un futuro mejor, tuvieron que dejar el pueblo y marchar fuera. Justo lo que ha llevado a Marta Sanmartín hasta Jarilla.
«He dejado mi vida en Salamanca y me he venido hasta este pueblo por mi pareja, que es de la zona, en busca de una estabilidad personal y laboral», reconoce Marta. «Y por las muchas facilidades que ha dado Jarilla para ello y su alcalde».
La más importante y determinante: una vivienda gratuita, construida y acondicionada encima del bar y una futura tienda anexa que también asumirá Marta y que le ayudarán a equilibrar las cuentas durante los duros meses de invierno.
La despoblación hace mella en Jarilla, como en otras muchas partes de la Extremadura rural. Lejos ya quedan los tiempos en los que sus vecinos disponían de dos bares y dos tiendas. «Hace algo más de una década que nos quedamos solo con un bar y una tienda, pero desde el pasado abril, sin nada», cuenta el alcalde de Jarilla, Ángel Peña García. La mujer que tenía la tienda del pueblo había asumido también la gestión del bar, «pero el pasado abril se trasladó a otra localidad y nos quedamos sin una cosa ni otra».
Así que la solución que encontró el ayuntamiento fue sacar una licitación que hiciera posible que ambos negocios y servicios, así como el de comida a los mayores del pueblo que subvenciona el Sepad, fueran asumidos por una única persona o familia y, además, ofrecer una vivienda gratuita para hacer más atractiva la oferta.
La licitación se lanzó el 17 de julio y el 1 de agosto se adjudicó el contrato de un año, prorrogable otro más. «Nos llamaron más de 500 personas interesándose por él, pero fueron una docena las que participaron en la licitación que ha ganado Marta», explica el alcalde.
Ella es la persona que ha estrenado la vivienda gratuita de Jarilla, con dos dormitorios, un baño y un salón-cocina, y con placas solares instaladas «para que el inquilino no tenga que pagar luz», añade Ángel Peña.
«Estoy encantada con la vivienda y con todas las facilidades que se me están dando en este pueblo», afirma Marta en el estreno tras la barra del bar. «El pueblo está eufórico, la gente está encantada, entusiasmada con que haya abierto el bar y yo, igual; me han hecho una doble ola, un huracán, que es para mí un chute de optimismo absoluto».
Hasta la jubilación
Tanto es así que ya tiene claro que le gustan Jarilla y sus vecinos y que su idea «es jubilarme aquí». A sus 54 años esta mujer, que se define como «valiente y trabajadora», no se arrepiente de la decisión tomada. «No, para nada, todo lo contrario. Estoy satisfecha con haber dejado mi vida en Salamanca y empezar aquí una nueva etapa».
La hostelería no le es ajena, porque es el sector en el que ha trabajado siempre, y la gestión de un bar tampoco, porque no es su primera vez.
Marta Sanmartín ha resultado la adjudicataria del servicio del bar, que se completa con la vivienda gratuita, la tienda de alimentación que se abrirá en septiembre y el servicio de comida a los mayores del pueblo. «No me da miedo el trabajo, estoy acostumbrada al estrés y es preciso compaginar todo para que salgan los números en invierno. Ahora no hay problema».
Ahora el pueblo tiene muchos más habitantes que los habituales, «triplicamos la población» concreta el alcalde, y todos están felices de reencontrarse en el bar. «Sin un bar, los pueblos se mueren», declara Ángel Peña. Y los vecinos de Jarilla no quieren que eso ocurra, tienen claro que van a aprovechar la oportunidad que les brinda la mujer que ha ido hasta allí en busca de una nueva vida.
«Estamos encantados con que haya venido, hay que apoyarla, porque ha dado un paso muy importante para nuestro pueblo», defiende Ángel Gil.
«Es que es, además, la manera que tenemos para sociabilizar, porque hasta ahora nos veíamos en el médico y poco más», expone Juan Manuel Serrano, vecino también de Jarilla.
En el médico, cada día a las nueve de la mañana cuando el panadero de Casas del Monte llega a la plaza para vender el pan todos los días de la semana menos el domingo y los sábados, cuando a la misma hora y en el mismo lugar, los vecinos acuden a comprar productos de alimentación que llegan en una furgoneta.
«Esto también se podrá cambiar con la tienda», avanza el alcalde, pensando ya en acondicionar una piscina natural en la que los vecinos de Jarilla y los que vuelven en vacaciones, como Marian Paz y Naiara Méndez, puedan disfrutar. «El pueblo tira y venimos cuando podemos. Pero con bar, mucho mejor, es un punto de encuentro fundamental», dicen estas residentes en Bilbao.
Jarilla y Marta Sanmartín son conscientes del binomio perfecto que han formado. «Ahora vamos a procurar todos que dure mucho», zanja el alcalde.
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