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«Las agresiones, los insultos, las amenazas a los interventores son mucho más habituales de lo que la gente se cree». Rafael Escudero, portavoz del ... Sindicato Ferroviario, tiene claro que los también conocidos como revisores están viviendo «situaciones frecuentes de agresividad» por parte de pasajeros. «Antes estaban más protegidos», agrega.
«Creo que tiene que ver con la pandemia y sus efectos pero también evidentemente con falta de civismo que eso puede ocurrir con o sin pandemia», confirma Miguel Fuentes, responsable del sector ferroviario de CC OO en Extremadura.
Durante la pandemia, agrega, se impusieron una serie de obligaciones, entre ellas las de llevar mascarillas en los trenes. «Esta exigencia se mantiene ahora y parece que a más de un pasajero no le gusta. Lo malo no es que le guste o no sino que la incumpla y cuando se le recuerda la obligación responda o con desdén o directamente con agresión», incide.
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Los interventores son los trabajadores del transporte ferroviario que ayudan a los pasajeros en el embarque y la salida del tren, comprueban que ha comprado su billete de tren, informan sobre horarios, responde a dudas, auxilian en caso de una urgencia la información sobre horarios.
«Teníamos un carné en el que a los interventores se nos reconocía como autoridad. Pero la modificación de la Ley del Sector Ferroviario de 2015 hizo quitar esa consideración», lamenta Escudero.
La consideración de autoridad, agrega Fuentes, no implica automáticamente que se dejen de agredir a los interventores «como tampoco se dejan a agredir, por ejemplo, a guardias civiles o a alcaldes, pero sí aporta un elemento importante: otorga presunción de veracidad a las denuncias que puedan interponerse» por parte de los revisores ante la violencia, verbal o física, de pasajeros.
También, admiten los sindicatos del sector, puede tener un efecto disuasorio sobre las personas que pueden cometer agresión o amenazas en un tren.
El último caso conocido vinculado a Extremadura aunque no ocurrido en territorio extremeño fue el de un pasajero que agredió el sábado pasado a un revisor. Ocurrió dentro de un tren Intercity que hacía el viaje Madrid-Badajoz.
Un interventor de 59 años fue golpeado por un viajero sin billete y sin mascarilla que se subió al tren con destino a Extremadura y se enfrentó al revisor ante el requerimiento para que abonara el importe.
Al negarse a pagar, el interventor le pidió que se bajara del convoy al llegar a Torrijos, en la provincia toledana, la siguiente estación, a lo que también se negó. Cuando el trabajador estaba abriendo la puerta, el viajero aprovechó y le golpeó, provocando que cayera al suelo y se hiciera daño en una pierna.
Un policía nacional fuera de servicio que viajaba dentro del tren se encargó de apear al pasajero sin billete en la estación toledana, donde quedó a la espera de la llegada de la Guardia Civil.
«Se hace imprescindible recuperar la condición de agente de la autoridad porque si no es así me temo que las situaciones de agresividad no van a bajar», vaticina Rafael Escudero.
La empresa Renfe, preguntada por esta demanda de los sindicatos, responde que «no tiene potestad para quitar o poner esa atribución» toda vez que quien debe acometer ese cambio es el Ministerio de Transportes.
Precisamente la ministra del ramo, Raquel Sánchez, ha abierto una puerta a que los interventores vuelvan a ser agentes de la autoridad en el desempeño de su trabajo. El Gobierno así lo ha trasladado tras el incidente de un Media Distancia que cubría el trayecto Valencia-Zaragoza y que se vio envuelto en las llamas del siniestro forestal de Bejís (Castellón) el 16 de agosto. Ocasionó una quincena de heridos.
La plantilla de interventores de trenes en Extremadura asciende a 17 empleados, según datos del Sindicato Ferroviario. «Falta personal, como faltan maquinistas acreditados», resume Miguel Fuentes, de CC OO. La plantilla de interventores se concentra en lo que se llama la residencia de Mérida, el centro de trabajo de los revisores en Extremadura.
«Estamos pidiendo que también haya un centro similar en Badajoz, lo que supondría que se incrementaría la plantilla en la región y se mejoraría el servicio», explica el responsable de CC OO.
Sobre este aspecto, los sindicatos ferroviarios inciden en un aspecto: todos los trenes que circulan con origen y destino Extremadura no tienen interventor. No hay revisores por ejemplo para una persona que se monte en Badajoz y llegue a Cabeza del Buey. Sí los hay para los que son de larga distancia, un Badajoz-Madrid, por ejemplo.
Renfe lo confirma. Señala a este diario que los trenes de servicios comerciales (Alvia e Intercity en el caso de Extremadura) están obligados, según la normativa, a contar con interventor en todos los recorridos. Pero los de servicio público (media distancia o regionales) no lo están, «por lo que Renfe los asigna para aquellos servicios que son necesarios por cuestiones exclusivamente de índole comercial», confirma la empresa ferroviaria.
Que no haya interventor en un tren implica no solo que «la gente se pueda montar gratis las veces que quiera en uno de ellos sino también significa que no tenga amparo ante posibles situaciones imprevistas que puedan pasar, con el auxilio a una persona o el informar de algún incidente», finaliza Fuentes.
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