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Centro de salud de Aceuchal. g. casares

La familia de la fallecida de covid con 48 años denuncia que la atendían por teléfono

Julia Rangel, vecina de Aceuchal de 48 años, dio positivo en covid ocho días antes, pidió que la viera un médico pero solo la llevaron al hospital el día que murió

J. López-Lago

Martes, 20 de octubre 2020, 18:00

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«Ahora sí está usted enferma y no antes». Tras escuchar esta desafortunada frase, Julia Rangel Campos, de 48 años, abandonó este domingo su casa de Aceuchal en ambulancia camino del Hospital Tierra de Barros, en Almendralejo, donde falleció a los pocos minutos por coronavirus. No tenía patologías previas, como informó el lunes HOY.es. La frase anterior, según ha explicado a HOY el consuegro de Julia, la escuchó uno de los tres hijos de la fallecida en boca de la médica que finalmente se prestó a atenderla en casa. Y es que cada día se encontraba peor pero no consiguieron que la viera un sanitario hasta el día en que murió. Según la familia, todos los consejos habían sido por teléfono y basados en que su situación no era tan grave.

Los hijos van a poner el caso en manos de un abogado para que la Justicia actúe contra el Servicio Extremeño de Salud, según explicó ayer el consuegro de la fallecida, Juan Antonio Rosa, después de acudir al reducido funeral celebrado ayer en Aceuchal al que no pudieron asistir todos sus hijos por estar confinado uno de ellos.

El SES ayer prefirió no dar su versión de los hechos porque, indicó, en estos casos solo se comunican con la familia cuando requieren una explicación. Y si el asunto llegara a los tribunales, dice, solo responderán ante la Justicia. El consejero de Sanidad, José María Vergeles, tampoco valoró lo sucedido cuando le preguntaron ayer en su comparecencia.

Madre de tres hijos

Julia era ama de casa y su marido, José, vive de la agricultura. Tenía tres hijos de entre 20 y 30 años. Fuentes cercanas a la familia explicaron que todos están destrozados. Por eso, la nuera de Julia Rangel decidió explicar su versión de los hechos al consejero de Sanidad: «Con fecha 11 de octubre mi suegra, con 48 años de edad, acude al Punto de Atención Continuada (PAC) de Aceuchal, localidad donde reside, al encontrarse mal. Se le solicita PCR siendo realizada y dando positivo tanto ella como su marido y uno de sus hijos. Tanto su hijo como su marido realizan numerosas llamadas (al 112), las cuales deben estar registradas, siendo la respuesta que es su centro de salud el responsable de ir a valorarla, ya que se encuentra mal y manifiesta que se asfixia».

Los siguientes tres días Julia los pasó con fiebre, dolor de cabeza, cansancio y síntomas típicos de un resfriado, pero su estado empezó a empeorar.

Continúa el relato enviado al SES por parte de la nuera: «El día 15 realizan llamada al 112 y a su centro de salud y la respuesta es que están muy saturados y la llaman pasados dos o tres horas para decirle que eso es normal sin valorarla..., solo vía telefónica. Y se atreven a prescribirle medicación sin previa valoración».

Durante la jornada siguiente, el día 16, Julia continuaba igual, un estado que la familia asegura puede demostrar por los mensajes de móvil intercambiados con allegados que se interesaban por su estado. Según la nuera, «siguen sin recibir llamada de su médico de familia a pesar de las llamadas realizadas que les informaban de que se fatigaba y que se ahogaba, pero siguen considerando, supongo que al ser una mujer joven sin patologías previas, que no requiere de una valoración 'in situ' y por teléfono se soluciona todo».

El día 17 continuaba con fiebre de 39 grados, así que el día 18 volvieron a llamar al 112 en varias ocasiones y al centro de salud. «Está muy decaída –continúa la carta de la nuera enviada al consejero– y desorientada, y usted, que es médico, puede intuir que todo se podía deber a la falta de oxigenación que estaba teniendo. Incluso les informan que está echando espuma por la boca... y tiene el valor de seguir prescribiendo ansiolíticos y decirle que eso es de los nervios, y todo esto vía telefónica hasta que el día 19 a las siete horas, aproximadamente, vuelven a llamar porque ya no responde y es en esos momentos cuando la pobre está casi muerta cuando deciden trasladarla al Hospital Tierra de Barros falleciendo a los pocos minutos».

Se quejan de que le prescribieron ansiolíticos sin verla porque pensaban que era de los nervios

Hasta aquí el relato de los hechos según la versión de la familia, la cual ha enviado además algunas preguntas y reflexiones al responsable de la sanidad extremeña. «¿Cree usted señor consejero –reza la parte final de la carta– que hay derecho a dejar morir a una persona joven en su casa asfixiada por la gestión que están haciendo de la Atención Primaria? (...). Le puedo asegurar que cuando la familia coja fuerzas esto no va a quedar en el olvido. ¿Cree que se puede seguir atendiendo vía telefónica a las personas? ¿Cuántas más tienen que morir en estas circunstancias para que tomen medidas?».

Por todo lo anterior, la familia ha solicitado que se abra expediente disciplinario y sancionador «a los responsables facultativos que omitieron las llamadas reiteradas alertando del estado en el cual se encontraba».

Además, ante el desenlace, solicitarán responsabilidad patrimonial y que se depuren las responsabilidades, finaliza el escrito firmado dirigido al SES por Ana Belén Rosa Mimbrero, nuera de la fallecida.

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