Una extremeña de altura

Antía se inscribió por casualidad. «Me llamó la atención que era un deporte diferente», cuenta. El deporte que empezó practicando por probar se convirtió cinco años después en un vicio y este verano la ha llevado a proclamarse campeona de la primera prueba de la Copa de España de Dificultad en este deporte que se celebró en Madrid el pasado mes de junio.

El Cereza Wall de Plasencia es el rocódromo que ha sido testigo de los primeros ascensos de la escaladora de la selección extremeña. Allí se ha entrenado hasta hace cuatro años, cuando se trasladó a Madrid para comenzar sus estudios universitarios.

Desde entonces compagina el grado en Biología en el que está matriculada en la Universidad Autónoma de Madrid con los entrenamientos en el rocódromo Sputnik. «Entrenar en Madrid me ofrece más opciones para competir a nivel nacional; para crecer hay que moverse», afirma la placentina.

Lo que enganchó a Antía a la roca no fueron solo los arneses. El compañerismo y la confianza han sido los dos elementos de este deporte que más valora la escaladora. «Tienes que depositar toda la confianza en el compañero que está abajo sujetando las cuerdas», comenta. Además, señala que la escalada es una actividad muy sociable.

Esto fue lo que realmente hizo que se convirtiera en un vicio para ella, cuando con diez años comenzaron a hacer salidas los fines de semana al campo para practicar en la roca.

Antía practica dos de las tres modalidades que se dan en este deporte. Bloque que consiste en escalar sin cuerda superando obstáculos. Las rutas a seguir en esta modalidad son pequeñas y de no más de tres metros de altura, de forma que si caes es a una colchoneta. La modalidad favorita de Freitas es velocidad. «Me gusta la sensación de ir subiendo, sentir la fatiga y luchar contra ella. Además me gusta intentar dar un paso más para llegar más arriba», declara.

Entrenar dos horas cinco o seis dias a la semana es algo que algunos jóvenes no resistirían. Para muchos sería tiempo que les roba de pasar con los amigos, de compras o de las redes sociales. Para Antía no es así, la exigencia de los entreneos varía en función de las competiciones. El rocódromo o el gimnasio para trabajar la condición aeróbica, son los lugares en los que más tiempo pasa.

«Cuando haces lo que te gusta nada es un sacrificio», son las palabras de Antía quien se organiza muy bien con el tiempo para sacárle partido a todo.

Lo más complicado para ella es cuando comienza la época de exámenes. A veces se tiene que quitar tiempo de los entrenamientos para poder dedicarle más tiempo a alguna asignatura, o viceversa si se acerca alguna competición. Algo que no ha hecho nada mal hasta el momento ya que ha sacado bastante bien todos los cursos y este año prevé terminar sus estudios.

Freitas deja claro que sus dos pasiones son la biología y la escalada, probablemente de ahí le venga el gusto por la roca y el campo.

Su lugar favorito para escalar en Plasencia es 'Valcorchero', una zona de bloque donde disfruta mucho las veces que tiene tiempo para visitarlo y pasar el día.

Pero este lugar es para liberar tensiones y distraerse, para prepararse para competir lo ideal es el rocódromo. El problema que tiene ella, como el resto de deportistas de esta disciplina es que son amantes de un deporte minoritario, por lo que hacen falta instalaciones con mayor nivel que les permita estar a la altura de las exigencias de otros países, explica Antía, quien apunta que en Extremadura las instalaciones son mínimas y esto hace que se tengan que ir a otras regiones para poder crecer deportivamente.

Esto ya lo hizo Alberto Ginés que acaba de conquistar el primer oro de la historia de este deporte en las Olimpiadas. Algo que Antía celebra con alegria. «Para él ha sido un sueño hecho realidad, una recompensa a tanto esfuerzo. Que este oro sea español va a servir para mucho en el mundo de la escalada», señala.

Los pasos de Antía no están muy lejos de esta competición, revela que también sueña con ser campeona olímpica pero que hay que ir paso a paso.

De momento está trabajando duro para afrontar las próximas competiciones, que se celebran en septiembre y octubre. Cuenta con el apoyo de sus padres que están muy orgullosos de ella. Su constancia y trabajo han dado este año sus primeros frutos, seguramente el próximo logro será París 2024.