Extremadura, la región con más alumnos de Secundaria que beben alcohol
Es la comunidad donde el 'binge drinking', una moda que se basa en alcanzar un estado de embriaguez en el menor tiempo posible, está más extendida
En Extremadura, el 62,5% de los estudiantes de 14 a 18 años ha bebido alcohol en el último mes. Es un porcentaje que sitúa ... a la región con la cifra más preocupante de todo el país, según la encuesta 'Estudes' realizada por el Ministerio de Sanidad para conocer la situación y las tendencias del consumo de drogas y otras adicciones entre los jóvenes que cursan Secundaria.
Son datos que ponen a esta comunidad autónoma muy por encima de la media nacional (53,6%) y alejada de otras regiones donde ese porcentaje de alumnos no llega al 50%, como pasa en Galicia (46,5%) y Murcia (48,5%).
Además, Extremadura es la segunda región, solo por detrás de Navarra, que presenta un mayor número de borracherras (gran ingesta de alcohol en un corto periodo de tiempo) entre sus alumnos. En todos los indicadores que registra la encuesta está como mínimo a cinco puntos porcentuales por encima de la media nacional.
De hecho, más de la mitad de los alumnos extremeños (55%) se ha cogido una borrachera alguna vez, el 44,5% en el último año y el 29,6% en el último mes.
Casi el 30% de los jóvenes extremeños de 14 a 18 años se ha cogido una borrachera en el último mes
Respecto al consumo de tabaco, el porcentaje de alumnos que reconoce haber fumado en alguna ocasión es más alto en Extremadura y Castilla y León que en el resto de comunidades autónomas, con una cifra que supera el 43%. Precisamente esas dos regiones son las que tienen más estudiantes que fuman habitualmente, pues su prevalencia de consumo en el último mes es la más alta, situándose casi en el 28%.
Está por encima de la media nacional (23,9%) y muy lejos de regiones donde ese consumo no pasa del 20%, tal y como sucede en Baleares y Canarias.
Es la comunidad donde el 'binge drinking', una moda en auge que consiste en alcanzar un estado de embriaguez en el menor tiempo posible, está más extendida.
Botellones
El consumo de atracón o 'binge drinking' sigue creciendo entre los adolescentes. Se trata de una práctica que consiste en la ingesta de cinco o más bebidas alcohólicas en un intervalo máximo de dos horas. Con ello buscan alcanzar un estado de embriaguez en el menor tiempo posible. La suelen realizar en los botellones, donde Extremadura también se sitúa a la cabeza junto a Navarra y Castilla y León.
Es una moda que conocen bien en los servicios de Urgencia desde hace varios años y en Extremadura está muy extendida. De hecho, es la región donde más se hace entre los estudiantes. Un 38% de quienes tienen entre 14 y 18 años se dieron un atracón de bebidas alcohólicas en el último mes.
Solo los navarros se sitúan con un porcentaje similar (37%) y hay regiones como Galicia, con un 20%, donde el 'binge drinking' no se ha extendido tanto como en Extremadura.
Cannabis
En cuanto al cannabis, Extremadura se sitúa por encima de la media nacional, con un 22,8% de jóvenes que lo han consumido en los últimos 12 meses.
Sin embargo, no es de las regiones donde hay un mayor consumo de esta sustancia. Esas son Navarra, Comunidad Valenciana y País Vasco, donde la prevalencia se sitúa para los últimos 12 meses en torno al 27%.
Donde sí destaca la región extremeña es en el uso de cigarrillos electrónicos. De hecho, es la única del país en la que más de la mitad de los jóvenes que tienen entre 14 a 18 años lo ha probado.
Hay aspectos en los que esta encuesta determina que se cumplen una serie de patrones en casi todas las comunidades y franjas temporales. Por ejemplo, que las chicas reconocen haberse emborrachado más que los chicos. También fuman tabaco en mayor medida que los hombres.
Donde también coinciden las comunidades es en la edad de inicio del consumo de este tipo de sustancias. En todas las regiones es similar a Extremadura, donde empiezan con el tabaco y el alcohol a los 14 años y con el cannabis a los 15.
A diferencia del tabaco y el alcohol, el consumo de cannabis está más extendido entre los chicos.
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«Hay que hacer programas de prevención pero cada vez hay menos subvenciones»
«Cada vez hay más jóvenes que nos piden ayuda por el consumo de cannabis. También por alcohol y las apuestas 'online'», reconoce Beatriz Rivas, trabajadora social de la asociación Atabal, una agrupación pionera en el tratamiento de adicciones en Extremadura.
Asegura que este tipo de problemas ya existían antes de la pandemia y lo que sí observan es que se está dando en edades más tempranas. «El gran problema es que no son conscientes de lo que conlleva hasta que tocan fondo. Desde depresión a dificultad para conseguir objetivos o sentir un vacío en su día a día y hasta una predisposición a enfermedades mentales y que el consumo sea el detonante. Nos llega gente muy tocada en torno a los 15 y 16 años», explicas Rivas.
Indica que han notado un aumento de peticiones de ayuda por el consumo de juego 'online' en los últimos años. A ello se suman las adicciones a las nuevas tecnologías.
Desde esta asociación intentan paliar este problema con acciones de prevención en los colegios a través de las asociaciones de madres y padres, entre otras iniciativas. «Hay que hacer programas de prevención, pero el problema es que cada vez nos reducen más las subvenciones para llevar a cabo este tipo de programas desde ayuntamientos, Junta y Ministerio. Somos asociaciones pequeñas que llevamos muchos años con una buena trayectoria, pero cada vez es más complicado. Por ejemplo, en este último año hemos tenido que prescindir de la persona que se dedicaba a hacer prevención porque el proyecto que teníamos planteado no nos lo subvencionan», lamentan desde Atabal.
En su caso hacen un tratamiento individual, así como con las familias de personas que tiene este tipo de adicciones. «Los perfiles son muy variados. Hay mujeres, menores, personas con discapacidad, etc», explica Rivas, que alude la publicación del libro elaborado por la asociación Atabal titulado 'Adicciones clásicas y emergentes: apuestas, drogas y tecnofilias'. Con él pretenden aportar herramientas para una mejor prevención y tratamiento, así como entender a las nuevas generaciones y consumos.
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