Incendios forestales
Extremadura, bajo el humo de los grandes incendios de Portugal, Castilla y León y GaliciaEstos días se nota en el norte de la región un fuerte olor a quemado que procede de los devastadores fuegos del noroeste peninsular
No hay graves incendios forestales activos en Extremadura, pero en algunos puntos de la región el cielo se cubre estos días con humo y se expande un fuerte olor a quemado.
Este color 'blanquecino' en el ambiente y esa sensación en el olfato de percibir cierto olor a fuego es real. Esta situación se explica por los grandes incendios que durante las últimas jornadas se están registrando en el noroeste de la Península Ibérica. Las consecuencias de los preocupantes incendios que asolan Portugal, Castilla y León y Galicia se sienten también, de esta manera, en la comunidad extremeña.
Ese intenso olor a pasto calcinado y la percepción de sentir la atmósfera espesa, con humo disuelto en el aire, se detecta estos días especialmente en las comarcas del norte de Extremadura, como Sierra de Gata y Las Hurdes. Desde el Plan de Lucha contra Incendios Forestales (Infoex) han lanzado un aviso sobre las dudas que genera esta sensación y confirman que no hay incendios activos en nuestra región.
«Me está preguntando mucha gente que vive o está de vacaciones en estas zonas si hay algún incendio. Quédense tranquilos, que de momento no hay ningún incendio en el norte de Cáceres, ni en las proximidades con riesgo de afectar a nuestra tierra», expresa por su parte el empresario forestal Paco Castañares.
INFOEX informa que se observa humo en la provincia de Cáceres proveniente de dos grandes incendios en Portugal. En estos momentos, no hay incendios activos en nuestra región. pic.twitter.com/CIgVzETlyT
— 112 Extremadura (@JuntaEx112) August 11, 2025
Tanto desde el Infoex como Castañares apuntan a que la causa de esta situación hay que buscarla aún más al norte, en los fuegos del país vecino así como los que queman Castilla y León y Galicia.
La intensidad de las llamas en algunos momentos y la dirección del viento hacen que las partículas del humo y el olor sea desplazado con facilidad a otros punto y lleguen con más o menos intensidad a comunidades vecinas, como es el caso de Extremadura. Los componentes que están en la atmósfera se mueven con las corrientes de aire.
Entre otras consecuencias, esta circunstancia puede hacer empeore la calidad del aire en la zona. «Durante la noche ha soplado viento del norte/noroeste y ha arrastrado el humo hasta aquí. Eso sí, si es posible no respiren ese humo, que es tóxico y puede afectar a la salud», advierte Castañares.
Desde Portugal y Canadá
El incendio de Chandrexa de Queixa (Ourense), parroquia de Requeixo, que continúa sin control tras comenzar el pasado viernes, arrasa ya más de 1.000 hectáreas, el mayor en lo que va de año en Galicia.
Por otro lado, una treintena de incendios asola Castilla y León y varios serían provocados. Uno de ellos, el fuego que se ha declarado en Yeres (León), ha afectado al paraje natural de Las Médulas y ha obligado a desalojar a unos 1.400 vecinos.
Además, con frecuencia el humo y el olor a quemado que desprenden los fuegos que se declaran en Portugal llegan a Extremadura. Hay momentos en los que la proximidad del fuego y la dirección del viento hacen que sea perfectamente visible en el cielo esa especie de niebla abrumada alta, una sensación que suele ser más posiblemente en las localidades próximas a la frontera.
Ese año ha ocurrido en varias ocasiones, como en el incendio declarado a principios de julio en la villa portuguesa de Alandronal, perteneciente al distrito de Évora, a pocos kilómetros de la frontera y a finales del mes pasado en el registrado en Penamacor, municipio portugués ubicado en el distrito de Castelo Branco.
Pero a veces el humo recorre muchos kilómetros más. Miles. Durante los últimos años, los fuegos que han afectado a Canadá han cruzado el océano Atlántico y, entrando por el oeste peninsular, han llegado y se han sentido en Extremadura. La última ocasión que ocurrió esto fue a principios del pasado mes de junio, cuando el oeste de Canadá sufrió una oleada de hasta 179 incendios forestales. En 2023 ocurrió lo mismo. Las partículas en suspensión tiñeron de un manto naranja los cielos de Extremadura por incendios registrados en Canadá.