Extremadura creará un centro de cría para garantizar la supervivencia de la perdiz roja

Pero, ¿por qué crearlo? ¿Cuál es su importancia? Esta ave está considerada como la más importante en la caza menor. De hecho, se la conoce como la reina de esta práctica, por lo que es muy importante para Extremadura y para España. Sin desprestigiar al conejo, es la especie que más interés suscita en este tipo de caza.

Son varias las razones. La primera es económica: hay cotos en Extremadura que se dedican exclusivamente a los llamados 'ojeos de perdiz', una modalidad exclusiva del suroeste peninsular, comandada por Extremadura y Andalucía y también con importancia en Castilla-La Mancha.

La perdiz roja atrae a muchoscazadores alrededor del mundo también por una modalidad que tiene miles de aficionados en Extremadura. Un tipo de caza que sólo se practica en esta zona: la de la perdiz con reclamo.

Además, dentro de la caza social, en cotos privados y familiares, es una especie apreciada por su caza al salto.

Dicho esto, cabe recordar que aunque esté extremadamente bien valorada por visitantes y cazadores, la perdiz roja está en un claro descenso demográfico.

En Extremadura se cazan más de 300.000 perdices al año, repartidas casi al 50% entre Badajoz y Cáceres. Su supervivencia ahora está en vilo.

José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza, cuenta a HOY que la perdiz roja depende mucho del clima y de la evolución de la agricultura, ya que se alimenta en muchos casos de cultivos.

Y pone en contexto: «Esta especie, aunque es granívora y herbívora, durante sus primeros días se alimenta exclusivamente de insectos. El cambio climático, entre otras razones, ha hecho que ya no haya tanta cantidad de insectos, y los pollos muchas veces no sobreviven. La eclosión de los huevos, además, también se ve afectada por el clima, por lo que la cría de la especie es complicada actualmente».

Asimismo, la agricultura y la ganadería afectan además a la supervivencia de la perdiz roja.

Esta ave suele criar en dehesas ganadera, con pocos pies por hectárea. Pero también se encuentra donde hay grandes densidades de árboles, así como sierras. Sin embargo, depende mucho de los hábitats agroganaderos: a mayor intensificación de este, menor población. Y a mayor sequía, lo mismo. «Estos últimos años, por lo tanto, han sido muy malos para el crecimiento de la especie», cuenta Gallardo.

De ahí que la Junta de Extremadura quiera crear un centro de referencia de la perdiz roja. Según Gallardo, sería similar a lo que se conoce como un banco de semillas, pero para esta ave.

«Las conversaciones de la Federación Extremeña con la Junta han ido por ahí. Nos han contado que puede ser una granja donde se puedan obtener madres reproductoras genéticamente puras. De este modo, se podrán apoyar las repoblaciones en las introducciones».

Estas introducciones de perdices rojas en su hábitat natural las suelen hacer sobre todo las sociedades locales de cazadores. Así lo asegura Gallardo: «En definitiva, cumplen un fin social, porque se pueden obtener perdices de máxima calidad a un precio bastante asequible».

Ahora mismo hay varios proyectos de recuperación de la perdiz roja. Quizá el más importante sea el proyecto de la Red de cotos Unidos por el Fomento de la perdiz roja y otras Aves (Rufa).

En esta iniciativa se llevan a cabo medidas de gestión que puedan contrastarse en otros sitios: entre las principales se encuentran la mejora del hábitat, el control de predadores, el aporte de agua y alimento y la caza adaptativa; esto es, cazar en función de las poblaciones de cada coto.

De momento cuentan con siete espacios por toda España, en provincias como Badajoz, Álava, Ciudad Real, Huesca, Valencia, Málaga y Granada.

Y, aunque el proyecto todavía no ha terminado, han podido observar un incremento y estabilización del número de parejas reproductoras a lo largo de estos años.

Sin embargo, no ha sido así en el número de bandos con pollos, donde observan fluctuaciones, con una caída importante durante el pasado año.

Así que, en resumen, como afirma Gallardo, la población reproductora se levanta tras su introducción en el hábitat salvaje, pero sigue costando que aumente la población tras su reproducción.

Medidas como el aporte de comida y agua, los márgenes multifuncionales (plantaciones de nuevas especies) o los refugios artificiales son fáciles de implantar. Otros, como el de control de predadores, son más complicados.

Aún así, en los lugares donde se han podido probar controles de predadores, como en dos cotos de Extremadura a cargo de la Fundación Artemisan, la población primaveral de perdiz roja aumentó un 58%, frente al descenso del 56,5% donde no se realizaron estos controles.

Ahora mismo, las granjas de producción son muy competitivas, al menos en Extremadura, y producen al máximo. Sin embargo, como señala el presidente de la Federación, el centro de referencia de la Junta de Extremadura debe contar con los «últimos medios» en cuanto a la reproducción animal.

«Y deberá contar con una sanidad que sea impecable, que sirva como referencia al resto de granjas de Extremadura, un espejo donde deban mirarse: alimentación mecánica, procesos de control… Y que sean salvajes de verdad, que las perdices rojas no tengan ningún contacto con el ser humano. Sólo así el centro de referencia que pretenden desarrollar será el modelo a seguir en toda la región», reflexiona.