Dibujante por vocación
EXTREMADURA EN FEMENINO ·
María Polán | IlustradoraMaría Polán llenaba de niña cuadernos con dibujos de la abeja Maya. Luego saltó a los clásicos de Disney. Mucha silueta de Mickey Mouse y Donald. Tampoco faltaron unicornios que tanto le gustan a los niños de hoy.
Después pasó a dibujar sus propias historias y crear personajes. Desarrolló la capacidad para comunicarse a través de la imagen.
Ahora tiene cuarenta años y hace ilustración desde Cáceres. Afortunadamente, cuenta, no hay fronteras para este campo profesional. Tiene varios libros en el horno parados hasta que se retomen las presentaciones y trabaja en encargos que le llegan de editoriales españolas y extranjeras. «Como trabajamos con formatos digitales podemos hacerlos aquí y mandarlos a cualquiera».
Su vocación siempre estuvo en los lápices y los blocs, pero estudió Historia en la Universidad de Extremadura porque decidió no moverse de Cáceres.
«Había interés e inquietudes por la carrera, por eso me quedé hasta el final y terminé, pero no era lo que me apasionaba».
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Formación María Polán tiene cuarenta años. Estudió Historia en la Universidad de Extremadura pero desde niña su vocación estuvo en el dibujo. La desarrolló años después en la Escuela de Bellas Artes de Cáceres.
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Trabajo Trabaja como ilustradora para editoriales españolas y extranjeras. En Extremadura colabora con la Editora Regional. Tiene cuatro libros distintos por presentar en los próximos meses.
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Ilustración Se ve más como comunicadora que como artista. Concibe la ilustración como un lenguaje a partir del dibujo en el que también se mezclan el arte y el diseño.
Con la licenciatura bajo el brazo y sin un camino definido que seguir todavía, volvió a la Escuela de Bellas Artes de Cáceres para reencontrarse con la creación artística. «Encontré mi segundo hogar».
Recuerda un ambiente muy familiar de grupos heterogéneos con muchas ganas de aprender. «Es maravillosa, todo lo que demandes te lo dan».
Transitaba entonces por varios campos artísticos tradicionales. Pintura, diseño... hasta que se topó con la ilustración.
Participó primero en un proyecto para promocionar la Cueva de Maltravieso y después puso imágenes al libro 'Rosa Terrosa', de Antonio Jesús González. «Fue mi primer libro publicado y entendí que debía seguir adelante en este campo».
Se fueron sucediendo los encargos y María fue buscando su propio estilo como ilustradora. «Poco a poco me he ido especializando. Estudias por tu cuenta, te documentas, investigas, acudes a eventos, entras en contacto con otros ilustradores... al final te das cuenta que siempre queda mucho por aprender».
Literatura, prensa, publicidad, animación, moda. La ilustración abarca un campo muy amplio. No se trata solo poner imágenes a textos o de dibujar estampados para camisetas. Va a mucho más. María trabaja ahora, por ejemplo, como ilustradora médica. Resulta muy útil para entender patologías o intervenciones quirúrgicas con imágenes bien trazadas y definidas. En algunos casos es el complemento a la fotografía real del caso clínico.
El proceso creativo arranca siempre con un borrador de primera ideas, gamas de colores, personajes y trazos hasta definir el dibujo final. Trata de aunar un estilo para todas las ideas.
«Hay un debate en la ilustración de si es mejor un estilo reconocible o no, pero los editores también demandan trabajos versátiles, que ofrezcan más opciones sobre un mismo proyecto para que no parezca reiterativo».
Hay varios caminos a explorar. Trazo pictórico, dibujos caricaturesco o elementos sintéticos y semióticos.
Dependerá de los encargos, pero siempre &ndashinsiste&ndash que se trate de un trabajo reconocible.
Las redes sociales, el trato con editores o reuniones como el Ilustratour, en las que pueden mostrar sus portafolios, le valen para darse a conocer.
En mente tenía la Feria de Bolonia para seguir haciendo contactos fructíferos, pero habrá que aplazarla hasta que se restablezca la seguridad sanitaria.
También ha cancelado las giras de libros como 'Sin ellas no hay nosotras', una obra de la editorial La Moderna escrita por Marta Fornés en la que se recopilan biografías inspiradoras de mujeres españolas. María Polán ha colaborado ilustrando a dos protagonistas. Más que como artista, se define comunicadora.
Concibe el elemento central de un lenguaje en el que mezcla arte y diseño. Forma parte de un colectivo profesional que reclama más valor para lo que hacen. Se puede decir que la ilustración y el diseño están de moda. Hay más encargos, pero no siempre correspondidos económicamente y con una peligrosa inercia a la precarización, de ahí que sienta la necesidad de cooperar con otros compañeros. «No es un mundo fácil. En realidad no hay nada fácil y tampoco se puede hablar estrictamente de competencia porque cada uno tiene un lenguaje y encajas más en un proyecto que en otro».
En sus trabajos combina el dibujo a mano con las herramientas digitales y ha puesto en marcha 'Doña tos', una marca de papelería creativa. Diseña libretas para llenar de dibujos.