Cuatro embalses del Guadiana sueltan agua para asegurar los cultivos y el abastecimiento

La presa de Alange, en el entorno de Mérida, es la sexta más grande de Extremadura. Puede albergar 852 hm3 (hectómetros cúbicos). Ahora mismo tiene almacenados 175,9, esto es, se encuentra el 20,7%. La de Orellana puede acoger 804 hm3 y ahora tiene 470 (58,6).

Mientras, la presa del Zújar, con capacidad para 302 hm3, acumula 137,7 (45,5%). Por último, la de Villalba de los Barros tiene casi 76,5 de los 109 hm3 posibles (está al 70%).

Según ha informado a HOY la CHG, los desembalses que se están realizando en la actualidad son volúmenes autorizados en la comisión de desembalses del pasado 7 de abril, órgano en el que están presentes también los regantes y aprueba las dotaciones finales de agua para la campaña. Un año, por cierto, con restricciones que han obligado a sembrar menos superficie en todos los cultivos de regadío.

Los que se están produciendo en esta semana –ayer eran visibles en las presas de Alange y Villalba– están liberando al río Guadiana y a sus afluentes Matachel, Guadajira y Zújar 9,1 hectómetros cúbicos. Un hectómetro cúbico equivale a mil millones de litros.

Por presas, son 3,5 hm3 los que se van a liberar esta semana desde Alange; 3,1 desde Orellana, 1,8 desde Villalba y 0,7 desde Zújar.

El organismo hidrológico, a preguntas de este diario, recuerda que en la comisión de desembalse ha llegado a autorizar el desembalse de hasta 57 hm3 desde Alange, 52 para riego y 5 para abastecimiento. De Alange bebe, por ejemplo, Mérida y gran parte de su comarca.

Mientras, desde el Zújar podrán salir hasta 134 hm3. Desde el pantano de Villalba se podrán soltar hasta 43. La Confederación Hidrográfica del Guadiana indica que también esta previsto, si es necesario, desembalsar desde la presa de Villar del Rey, de la que se abastece Badajoz: hasta 12,3 hm3, 5,3 para riego y 7 para abastecimiento.

«Dichos volúmenes se obtienen teniendo en cuenta las demandas de agua, así como la disponibilidad de agua en los diferentes sistemas de embalses», puntualiza el organismo que preside Samuel Moraleda.

Estas cantidades de agua que sueltan o soltarán las presas están destinados principalmente a usos de riego. Tanto para las zonas oficiales, de comunidades de regante y canales, como para los particulares y empresas que tienen concesiones de tomas directas de ríos.

De hecho, ahora mismo el caudal del Guadiana y, más aún el de sus afluentes, ha bajado significativamente respecto al aspecto que presentaban otros años por estas fechas. Nos encontramos en situación de sequía hidrológica, esto es, con un nivel de agua embalsada por debajo de unos parámetros 'normales'. Por eso se incrementa, vía desembalses, sus caudales.

Además, los desembalses en la cuenca extremeña de Guadiana se están produciendo para garantizar el abastecimiento, para poder disponer el agua para uso industrial y, por último, para cumplir con los caudales ecológicos que estipula el convenio de Albufeira con Portugal, firmado en 2008 entre España y el país vecino.

Se considera caudal ecológico, el agua mínima que debe llevar un río para mantener con vida a los animales que viven en él y a sus plantas. El volumen del caudal ecológico en los embalses extremeños del Guadiana asciende a 1.269 hm3.

Mientras, en el sur regional, la mancomunidad de Tentudía, que engloba a casi 20.000 habitantes, activa una nueva medida de la fase 2 de emergencia por escasez de agua en la presa del mismo nombre. Tiene 1,06 hm3 embalsados de los 5 posibles.

Se prohíbe el llenado total o parcial de piscinas, sean públicas o privadas. Quienes incumplan esta prohibición se enfrentan a multas de entre 1.500 y 3.000 euros. Si el incumplimiento lo realiza un municipio la multa será de hasta 30.000 euros. La mancomunidad de Tentudía «apela al civismo y a la solidaridad» de sus vecinos en el uso del agua.