La comunidad hispanoamericana de Extremadura pasa de 900 a 10.000 en este siglo
Los latinoamericanos residentes en la comunidad se muestran agradecidos a España pero más bien indiferentes a la fiesta del 12 de octubre
Dice el Instituto Nacional de Estadística que de cada cien personas que viven en Extremadura, tres son hispanoamericanas. Hay 1.774 colombianos, 83 uruguayos, 502 ... argentinos... En total, 10.084 hispanoamericanos empadronados en la región, y para todos ellos es el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Un año más, como es tradición, Guadalupe centrará las celebraciones en torno a su Monasterio, pero también habrá festejos en otras muchas localidades.
Dice también la estadística oficial que son cada vez más los latinos que celebran este día en Extremadura. No porque haya aumentado el fervor hispánico, que es algo desconocido y difícilmente cuantificable, sino porque el número de hispanoamericanos residentes en la comunidad se ha multiplicado.
Al comenzar este siglo eran 919, lo que significa que en poco más de dos décadas, la cifra se ha multiplicado por once. Había al iniciarse esta centuria seis hondureños y ahora hay 1.145; 49 mexicanos y ahora son 279; 387 cubanos en vez de 58... Esta comunidad en permanente aumento ayuda a sostener la maltrecha pirámide demográfica extremeña. Hace crecer los padrones municipales cacereños y pacenses, y los rejuvenece. Y entre ellos, cada uno vive la hispanidad a su manera.
El de este año, además, será un Día de la Hispanidad diferente, porque en el aire flota el conflicto diplomático entre España y México, tras la no invitación del Rey a la toma de posesión de la nueva presidenta, que se ha traducido en que Claudia Sheinbaum tomó posesión sin presencia de representantes del Gobierno ni la monarquía española. De todo ello hablan unos y otros.
David Rincón Venezolano en Badajoz
«Los conquistadores hicieron cosas malas, pero también muchas buenas»
«Yo voy con Españita», contesta David Rincón cuando se le plantea a qué selección animaría en un mundial de fútbol si Venezuela no participara. Porque está agradecido al país que le ha acogido, explica. «En dos años en España –resume–, he logrado más que en todo los años anteriores allí». «Me fui de Venezuela en julio del año 2022, junto a mi madre, aunque ella no se adaptó, echaba mucho de menos su tierra y se volvió», recuerda el joven, que vive en Badajoz y trabaja como teleoperador. «Me fui –continúa– por la situación que se vivía allí, que ya era insoportable. Allí casi no hay salidas laborales a no ser que seas familia o amigo de alguien del régimen, porque hay mucho nepotismo».
Él estudiaba Ingeniería Química, pero tuvo que dejarlo para emigrar a España, donde ya tenía familia. Tras dos meses en Madrid, recaló en Extremadura. «No soy experto en Historia –admite–, pero creo que aunque los conquistadores españoles hicieran cosas malas, también hicieron muchas buenas». «Ayudaron a pueblos indígenas que vivían subyugados –concluye Rincón–, y al final nosotros estamos aquí gracias a la Conquista. No creo que España tenga que pedir perdón por lo que pasó entonces».
Yuri Bonilla Colombiana en Cáceres
«No sé por qué los españoles se quejan tanto, si tienen un país maravilloso»
Yuri Bonilla Góngora recuerda las fechas concretas de sus llegadas a Madrid y a Cáceres. Viajó de Colombia a la capital española con la idea de establecerse en Bilbao, donde vivía un amigo. Pero la experiencia en la ciudad vasca no fue como esperaban, y acabaron en Extremadura.
«Llegamos a Cáceres el 26 de enero del año 2022, y mi experiencia está siendo maravillosa», resume Bonilla, que en su país trabajaba como administradora de empresas financieras, una titulación que ya ha homologado en España.
«Nos vinimos a Cáceres porque es uno de los sitios de España donde más rápidamente tramitan todo lo relacionado con extranjería», explica Yuri, que salió de su país «por la violencia». «No sé por qué los españoles se quejan tanto, si tiene un país maravilloso, yo aprecio mucho la seguridad que hay en esta ciudad», afirma.
«La Conquista no se ve en Colombia como la ve el expresidente de México, que se equivoca cuando habla de cosas del pasado», opina Bonilla, que recuerda que «mientras vivía en Colombia, me interesaba lo de España». «Tenía canales españoles en la televisión de casa, y recuerdo seguir mucho los atentados de ETA».
Pamela Justiniano Boliviana en Badajoz
«No hay nada que celebrar, lo de los conquistadores fue un genocidio»
«El 12 de octubre no hay nada que celebrar, lo de los conquistadores españoles fue un genocidio». Es la opinión de Pamela Justiniano, boliviana de 34 años que llegó a España hace 25. Lo hizo como participante en el programa 'Lo que necesitas es amor', que dirigía el fallecido presentador televisivo Jesús Puente. Pero no fue para un reencuentro de pareja, que es a lo que una mayoría asocia ese programa, sino para volver a ver a su madre, que había emigrado a España «huyendo de la pobreza y en busca de mejores condiciones de vida y un futuro para sus hijas y su madre», cuenta Justiniano.
De Madrid, donde se produjo el reencuentro familiar, viajaron a Berlanga (Badajoz), donde vivía la madre. Estuvieron cuatro años viviendo allí, después una década en Olivenza, y Pamela lleva ya once en Badajoz. Estudió el grado superior de FP de Técnica de igualdad en violencia de género y trabaja en Mérida como prospectora laboral para la Fundación Secretariado Gitano.
«España ha sido nuestro país de acogida, pero tus raíces son tus raíces, es un sentimiento que siempre tienes, una añoranza, porque sales del país por necesidad, no por gusto». «Igual que ahora oyes hablar del sueño americano, entonces se hablaba del sueño español», recuerda Pamela, que no ha olvidado las clases de Historia en el colegio.
«Allí nos contaron una Historia que no es la verdadera, y nos corregían porque hablábamos con la 's'. De niña no tienes conciencia, pero de adulta sí. Y ahora soy activista, y defiendo que no se puede presumir del mayor genocidio de la Historia, que es lo que fue lo de América, y no el encuentro de culturas que nos venden».
«Asesinaron a más de 80 millones de personas, se esclavizó a más de 20 millones, llevaron allí enfermedades, extrajeron muchísima riqueza, impusieron su religión...». «Me duele que el 12 de octubre se celebre, ver esas banderas, ese desfile, que sea una fiesta, es como una realidad paralela, como el reverso de una película rancia», expone Justiniano. «Nosotros defendemos lemas como 'Nada que celebrar' o 'Es el momento de descolonizarse'. Para nosotros, el 12 de octubre es el día de la resistencia, y lo digo sin odio ni rencor».
Bryan Steven Castillo Colombiano en Plasencia
«'La leyenda negra' es cosa del pasado»
«Cuando me propusieron venirme a España, dije que no, pero luego me lo pensé y dije que sí, porque no quería que me quedara para toda la vida la espina de no haberme atrevido a probar». Bryan Steven Castillo Arias (27 años) cumplirá tres años como emigrante el próximo noviembre, y tiene claro que el balance es positivo.
Colombiano de Bogotá, empezó a trabajar como albañil a los 12 años. Hace tres, un cliente le propuso viajar a Madrid para trabajar en la reforma de una vivienda. «Me fui para tres meses, y al final en Madrid estuve solo uno y me fui a Plasencia», recuerda el joven, que asegura haber «vivido en estos tres años lo que en mi país me habría llevado diez».
«España ha sido mi mejor escuela, he aprendido mucho en lo profesional y en lo personal, toda mi vida le estaré agradecido a este país por lo que me ha dado».
¿Y le dice algo el Día de la Hispanidad? «En verdad, no tengo mucha idea de en qué consiste este día, qué se hace», reconoce Castillo, que afirma que «en Colombia, España es visto como un país amigo y próspero, un buen sitio para vivir y conocer».
En cuanto a la 'Leyenda negra', opina que «es algo de lo que ni siquiera se debería hablar, porque supone tocar el pasado». «Hay muchas generaciones de distancia –concluye Castillo–, hoy no podría pasar lo que pasó».
Erik Aguado Mexicano en Don Benito
«España es vista como un país amigo en México»
Un trotamundos del fútbol. Así podría resumirse la carrera deportiva de Erik Aguado, mexicano de Monterrey que esta temporada juega en el Don Benito. Antes lo hizo en el Extremadura de Almendralejo, el Calamonte, Ciudad de Lucena, Real Oviedo Vetusta, Coria, Jerez Deportivo, Jaén y Antoniano. Y antes aún en las categorías inferiores de la Fundación Marset, que fue su primer destino en España.
Aguado salió de su país a los 14 años. Lo hizo solo. «En México –recuerda– tuve un entrenador que conocía a gente de la Fundación Marset, que está en Barcelona, y me propuso ir a España para un curso de verano que duraba dos meses, pero al acabarlo me propusieron que me quedara un año entero, y acepté». El joven mexicano vivía en una residencia con otros futbolistas, y en ella estuvo hasta los 18 años, cuando se marchó a Almendralejo.
«Estoy agradecido a España, porque me ha abierto muchas puertas para mi futuro y he conocido a mucha gente», valora. «He hecho amigos, he conocido gente que me ha hecho sentir bien, me siento parte de España, y además es que tengo la nacionalidad española». «Este país es mi segunda casa, me ha tratado muy bien, y eso que deportivamente no siempre me ha ido como me hubiera gustado».
Él se declara «orgullosamente mexicano», y afirma que ha conocido a través de las redes sociales la polémica diplomática entre España y su país natal por la toma de posesión de Claudia Sheinbaum y la petición de su antecesor, el expresidente López Obrador, de que España pida perdón por los excesos de los conquistadores. «No me gusta entrar en política, aunque no creo que el expresidenta tenga razón», apunta el futbolista, que en cualquier caso, deja claro que «en México, España es vista como un país amigo«.
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