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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?

El comité de empresa intenta presionar para la que la central alargue su actividad

m. a. m.

Lunes, 28 de enero 2019, 22:50

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Los trabajadores de la central nuclear de Almaraz ven con incertidumbre su futuro laboral y empiezan a intensificar sus movimientos a todos los niveles. En la calle y en los despachos. Lo demuestra el calendario de reuniones que va a mantener esta semana la sección sindical de UGT en la planta almaraceña, junto con el secretario regional de la Federación de Industria, Leocadio Núñez, para conseguir prolongar su actividad.

El primer encuentro de los tres programados se produjo ayer en Madrid con José Luis Navarro, presidente de Enresa (Empresa Nacional de Residuos) y anterior consejero de la Junta de Extremadura, para conocer si ya tienen alguna directriz tendente al desmantelamiento de la central y los residuos que contiene. Según explicó a HOY el presidente de esa sección sindical, y a la vez presidente del comité de empresa, César Vizcaíno, Navarro tiene una incertidumbre similar a la suya hasta conocer el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que previsiblemente presentará el Gobierno la próxima semana en sustitución del actual, fechado en 2006.

En ese sentido Vizcaíno entiende que el plan en vigor ya no se puede cumplir puesto que no se han dado los pasos necesarios en el objetivo que fijaba: el cierre escalonado de las centrales nucleares al cumplir sus 40 años de vida útil.

«En el mismo se establece que hay que conocer los cierres de las plantas con tres años de antelación y que se empieza a actuar tres años después, lo que ahora no puede cumplirse porque no se ha hecho nada. Hay que esperar a conocer el nuevo mix energético», insiste.

La siguiente gestión de los sindicalistas es solicitar a las empresas propietarias que reciban al comité de empresa en la próxima asamblea de los propietarios.

Por último, el miércoles mantendrán un encuentro con el presidente del Foro Nuclear, Ignacio Araluce, buen conocedor de la central de Almaraz al haber sido su director durante 14 años.

El objetivo de todos estos movimientos es presionar, desde el punto de vista laboral, para que la central funcione, al menos, diez años más de su vida útil, que termina en los 2023 y 2024 (dependiendo del reactor), por entender que técnicamente está preparada para ello y porque así lo vienen haciendo centrales con un tecnología similar en los Estados Unidos. «Ahora mismo es impensable prescindir de Almaraz tanto por la energía que produce como por el empleo que genera», afirma Vizcaíno.

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