El SES cierra 300 camas este verano porque hay menos médicos y pacientes

Un total de 327 camas son las que el Servicio Extremeño de Salud (SES) ha cerrado o dejado fuera de servicio desde este mes de julio hasta el próximo octubre. 327 camas bloqueadas o no operativas que están repartidas por los 13 hospitales de la región, aunque de forma diversa, para conjugar la disminución de la demanda asistencial que se produce en estos meses con las vacaciones del personal sanitario, según se argumenta desde la Consejería de Sanidad.

Extremadura tiene 3.002 camas hospitalarias. Y aunque durante todo el año parte de las mismas están bloqueadas (sin uso), el número se incrementa durante los meses de verano. Por ejemplo, durante el año 2017 hubo una media de 380 camas no operativas entre todos los hospitales del SES contabilizando los doce meses. Sin embargo, el número se elevó por encima de las 500 entre julio y septiembre incluidos.

Este verano el número de camas no operativas es inferior, son 327, y el reparto por hospitales es dispar. Según los datos facilitados por el SES, 60 de ellas se cierran en el Hospital de Mérida, 35 en Materno-Infantil de Badajoz,63 en el Perpetuo Socorro, 14 en Almendralejo, 29 en Don Benito-Villanueva, 28 en Llerena, 16 en Zafra, 35 en el San Pedro de Cáceres, siete en Coria, 28 en el Virgen del Puerto de Plasencia y 12 en Navalmoral.

Por el contrario, no se cierra ninguna cama en los hospitales de Talarrubias, en el Virgen de la Montaña de Cáceres y en el Infanta Cristina de Badajoz.

Los motivos que han llevado al SES a tomar esta medida son tres: la reducción del número de ingresos por patología infecciosa que provoca una mayor actividad hospitalaria (ingresos y atenciones en urgencias), la disminución de la actividad quirúrgica programada no grave y la necesidad de realizar reformas y labores de mantenimiento en los hospitales.

Esta última razón, matizan desde el SES, se da en el caso de los hospitales de Plasencia y Don Benito, donde se están llevando a cabo obras. Pero el descenso de los ingresos por patologías infecciosas alcanza al conjunto de los centros durante el verano.

«En los meses de julio, agosto y septiembre de 2017, el número de ingresos programados en el conjunto de los hospitales de la región se redujo en un 36,58 % respecto a los tres meses anteriores (abril, mayo y junio), y el número de ingresos totales disminuyó un 16,87 %», detallan desde el SES para argumentar el descenso en los ingresos que se producen durante el estío.

Por el contrario, en el invierno, por ejemplo durante la temporada de la gripe, se da la situación contraria, un aumento del número de ingresos por patología infecciosa que obliga al SES a aumentar el número de camas operativas, especialmente cuando la gripe supera el umbral epidémico en la región. Los pacientes crónicos afectados por la gripe sufren una agudización de sus enfermedades que hace necesaria su hospitalización en muchos casos por las complicaciones que la infección les genera.

Por último, respecto a la reducción de la actividad quirúrgica programada no grave, el SES explica que se posponen operaciones que no son urgentes bien «por elección de los pacientes, que rechazan la cirugía en las fechas vacacionales por diversos motivos», así como por la «reducción de la plantilla de personal por vacaciones, fundamentalmente cirujanos y anestesistas, no sustituibles o de difícil sustitución».

En este último caso, ante la imposibilidad de encontrar sustitutos de los especialistas, en general por el déficit de facultativos que en determinadas especialidades afecta al conjunto del país, se posponen las intervenciones que se pueden retrasar, por tanto que afectan a pacientes con patologías no graves.

Para cubrir al personal de otras especialidades médicas y de categorías sanitarias con sustituciones factibles, el SES adelantó el pasado mes que hasta octubre realizará en torno a 7.000 contratos para compatibilizar la atención sanitaria en los hospitales de la región con las vacaciones de su personal. Según anunció entonces el gerente, Ceciliano Franco, la Junta invertiría en estas contrataciones 18 millones de euros. Y frente a lo ocurrido en veranos anteriores, atendiendo a la demanda planteada por los sindicatos, la mayoría de los contratos tendría una duración media de tres meses.

Respecto al verano pasado, el SES dice que el número de contratos es bastante similar, aunque en esta ocasión se ha producido un incremento en la Atención Primaria de Mérida (5%) y también en el Banco de Sangre para garantizar las colectas programadas (7%). También habrá más contratos en Cáceres, «para contar con más técnicos de cuidados auxiliares de enfermería y con más facultativos en las urgencias hospitalarias».